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Una casa romana para Toni Catany

Josep Lluís Mateo concluye el edificio del Centro Internacional de Fotografía que acogerá en Llucmajor el legado del fotógrafo mallorquín fallecido en 2013

José Ángel Montañés
Josep Lluis Mateo Toni Catany Llucmajor
Las dos fachadas del Centro Internacional de Fotografía Toni Catany en Llucmajor, tras la intervención de Josep Lluís Mateo.Aldo Amoretti

El fotógrafo Toni Catany (Llucmajor, 1942 - Barcelona 2013) falleció sin que se materializara uno de sus mayores anhelos: ver convertida su casa natal en la localidad mallorquina de Llucmajor en un centro de fotografía en el que poder conservar y mostrar su extensa obra: 90.000 negativos y unas 4.000 copias en papel. Un proyecto que ahora, ocho años después de su muerte, es casi una realidad. Al menos el Centro Internacional de Fotografía Toni Catany ya cuenta con un flamante edificio en el casco antiguo de este bello pueblo del interior de la isla; que conserva enormes casonas fruto de la riqueza generada por el cultivo del cereal y la ganadería desde el siglo XVI.

En dos de ellas, en la casa natal de Catany, situada en la calle que lleva el nombre del fotógrafo desde 2020 y que antiguamente se llamó del Purgatori y en una casa de al lado (situada en la calle Convent), el arquitecto Josep Lluís Mateo (Barcelona, 1949) ha creado un edificio moderno y funcional en el que mostrar las obras de Catany, gran fotógrafo de la belleza clásica y de lo mediterráneo a través de sus paisajes, sus cuerpos desnudos, sus naturalezas muertas y sus retratos con los que creó un universo único al que dotó de un aire sensual, intimista, misterioso y anacrónico. Sus fotografías y otras 300 copias que Catany coleccionó de fotógrafos contemporáneos harán de Llucmajor y Mallorca un lugar de referencia en la divulgación del octavo arte.

El patio creado por Mateo en el Centro Internacional de Fotografía Toni Catany de Llucmajor.
El patio creado por Mateo en el Centro Internacional de Fotografía Toni Catany de Llucmajor.J. Á. M.

El no edificio que ha creado Mateo para el centro de fotografía funciona a modo de casa romana en la que un patio central, que acoge a los visitantes, sirve también de distribución del resto de los espacios. El que pasee por delante de estas casas no percibirá la presencia de un nuevo edificio en el casco urbano. Tan solo un par de sutiles elementos advertirán al más observador que detrás de esas paredes antiguas se encierra algo nuevo. Entre ellos una bella celosía creada con bloques de la piedra arenisca de marés, la misma que domina la mayoría de las construcciones de la isla, entre ellas la catedral de Mallorca o el palacio de La Almudaina. Una piedra amarillenta y porosa que también forra algunas de las paredes creadas en varias zonas del conjunto.

Celosía creada con marés en la fachada del Centro Internacional de Fotografía Toni Catany, tras la intervención de Josep Lluís Mateo.
Celosía creada con marés en la fachada del Centro Internacional de Fotografía Toni Catany, tras la intervención de Josep Lluís Mateo. J. Á. M.

“La idea era respetar las estructuras originales, pero no los forjados. Pero al comenzar los trabajos vimos que las paredes, realizadas en una especie de adobe, no aguantarían y se decidió vaciar todo el interior, excepto algunos elementos significativos, como un enorme arco de piedra y la zona del pozo del patio”, explica Mateo, que logró imponer por unanimidad su proyecto a los otros 42 presentados en marzo de 2018. El arquitecto conoce bien la idiosincrasia de la isla, al tener desde hace más de 20 años una casa en la Colonia de Sant Pere, en el término de Artà, en el norte de la isla. “Antes de plantear el proyecto visité la casa de Catany, algo que no siempre tienes la oportunidad”, prosigue el arquitecto, ducho en las intervenciones que respetan el patrimonio preexistente, con intervenciones que pasan casi desapercibidas; algo opuesto a la imagen de enorme ego que acompaña a la mayoría de los arquitectos actuales.

Una de las salas para exposiciones del Centro Internacional de Fotografía Toni Catany que ha creado Josep LLuís Mateo.
Una de las salas para exposiciones del Centro Internacional de Fotografía Toni Catany que ha creado Josep LLuís Mateo.Aldo Amoretti

Catany, premio nacional de fotografía en 2001, habría estado encantado con el proyecto de Mateo. Su casa natal y la contigua, que adquirió el Govern de les Illes Balears en 2009 y luego cedió en 2018 con la idea de ampliar el conjunto, han quedado unidas por ese patio y un piso subterráneo destinado a las exposiciones temporales. Este edificio que hace esquina pertenecía a un pionero de la fotografía en Mallorca: el párroco fotógrafo Tomàs Montserrat (1873-1944), que a comienzos del siglo XX inmortalizó los paisajes, las fiestas del pueblo y a sus paisanos a los que hacía posar en el mismo patio ahora recuperado en el que se ha conservado el decorado que usó en la mayoría de sus fotos. “Catany fue quien recuperó el trabajo de Montserrat tras localizar, junto a sus sobrinas, unas 150 placas de vidrio en esta casa y publicar un libro con todas ellas en 1983″, explica Mateo que asegura que con su proyecto ha unido estas casas en una especie de “abrazo metafórico”.

Otro de los patios que ha creado Mateo en el Centro Internacional de Fotografía Toni Catany.
Otro de los patios que ha creado Mateo en el Centro Internacional de Fotografía Toni Catany.Aldo Amoretti

En lo que fue la casa de Catany, Mateo ha creado un núcleo de servicios del centro, como salas para conservar las fotografías, biblioteca, donde se conservarán los libros que reunió del tema el propio Catany, las oficinas y el archivo en el que también estará el fondo fotográfico de Tomàs Montserrat. Desde una de las ventanas del piso superior puede verse la riqueza interior de los patios traseros del interior de manzana en los que abundan las palmeras y las zonas verdes. El nuevo centro también contará con varias zonas con plantas y un espacio que se destinará a los talleres y escuelas. Aquí Mateo ha instalado un cuarto oscuro para poder revelar fotografías analógicas.

Hace unos días Mateo daba los últimos toques a este edificio de 1.625 metros cuadrados en los que se han invertido 2,4 millones de euros. Ahora será el Consell de Baleares, el Ayuntamiento de Llucmajor y la Fundación Toni Catany los que tendrán que articular un convenio para regir el nuevo centro que permitirá su apertura y funcionamiento. Todavía no hay fecha para que abra sus puertas al público. Mateo ya piensa en otros proyectos lejos de la isla: acaba de entregar la escuela de animación y diseño gráfico Esma de Montpellier, sigue trabajando en un grupo de viviendas en Toulouse y en la urbanización del nuevo eje de la ciudad de Niza, uno de sus mayores proyectos urbanísticos.

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José Ángel Montañés
Redactor de Cultura de EL PAÍS en Cataluña, donde hace el seguimiento de los temas de Arte y Patrimonio. Es licenciado en Prehistoria e Historia Antigua y diplomado en Restauración de Bienes Culturales y autor de libros como 'El niño secreto de los Dalí', publicado en 2020.

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