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Frente común municipal para que el Govern abarate los peajes del Garraf

La gratuidad de algunas autopistas aumenta las quejas por las tasas que todavía existen

La autopista AP-7 a su paso por La Roca del Vallès el pasado lunes.
La autopista AP-7 a su paso por La Roca del Vallès el pasado lunes.Carles Ribas (EL PAÍS)
Marc Rovira

Septiembre se presentó como el mes del levantamiento de los peajes en Cataluña, pero la gratuidad no ha alcanzado a todo el mapa por igual. La autopista de los túneles del Garraf conserva las barreras y, para poder cruzarlas, se sigue exigiendo abonar una de las tarifas más altas de las vías de pago. “Es el segundo peaje más caro de Cataluña, solo por detrás de los túneles del Cadí”, se queja Ramon Ferré, alcalde de Calafell. “En el Cadí, al menos los residentes pasan gratis, nosotros aquí, no”, abunda el edil. La C-32 sur, bautizada como autopista Pau Casals, siempre ha tenido fama de cara. Recorrer la setentena de kilómetros que separan El Vendrell de Barcelona implica desembolsar 11 euros.

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Municipios del Baix Penedès y del Garraf se han unido para reclamar un sistema tarifario menos gravoso para los vecinos de ambas comarcas que necesitan desplazarse por la C-32. La carretera es titularidad de la Generalitat, que anunció un paquete de descuentos a partir del 1 de septiembre. El recorte buscaba reajustar las deducciones que ya estaban en vigor para los conductores de la zona, pero el cambio no ha satisfecho a los usuarios. Se da la circunstancia que, los más asiduos, incluso deben pagar más de lo que acostumbraban. “Me parece que hemos salido perdiendo con el cambio que ha hecho la Generalitat”, manifiesta Neus Lloveras, presidenta de la federación empresarial Gran Penedès. La entidad se ha sumado al frente común que lideran los ayuntamientos de la franja litoral para protestar contra unos peajes considerados discriminatorios, cuando ya hay pista libre en otras rutas rápidas, como la AP-7 o la AP-2. “No puede ser que la autopista gratis vaya colapsada y aquí sigamos pagando un peaje que es carísimo”, protesta Lloveras.

La tarifa de paso entre Sitges y El Vendrell para un turismo que cruce el peaje de Cubelles es de 4,11 euros. Se aplica un descuento del 70% a aquellos usuarios que lo soliciten expresamente dándose de alta en una web y, además, hagan uso del Via-T. En los túneles del Garraf está el peaje de Vallcarca. El tramo entre Sitges y Castelldefels se cobra a 6,89 euros, y la rebaja aplicable es del 40%. Las bonificaciones solo operan de lunes a viernes.

“Claro que es una modificación a peor”, afirma Guillem Eroles, portavoz de la plataforma No vull pagar C-32. Recuerda que, antes de septiembre, el usuario más recurrente (16 viajes al mes) podía beneficiarse de una bonificación de hasta el 60% en Vallcarca. “La Generalitat se ha cargado la bonificación por recurrencia y ha fijado un descuento menor para aquellos usuarios que van y vuelven en un mismo día”, critica. Se refiere al hecho que el 40% de descuento actual solo es válido si el viaje de ida y vuelta se completa antes de la medianoche. Un vecino del Penedès o del Garraf que vaya a Barcelona a trabajar o a ver un espectáculo cultural o un partido de fútbol, deberá estar atento al reloj y cruzar la C-32 de retorno antes de 00.00 si quiere obtener la rebaja. “Además, con la bonificación anterior tenían descuento las motos, ahora solo los turismos”, señala Eroles.

En Sitges conocen bien el filtro que supone el peaje. La barrera de Vallcarca divide el término municipal. Los vecinos que quieren ir del centro al barrio de Les Botigues deben abonar los 6,89 euros enteros. “La policía o los servicios municipales tienen que pagar cada vez”, protesta la alcaldesa, Aurora Carbonell. La alternativa es recorrer la sinuosa carretera de las costas, pero es una opción inviable cuando el reloj apremia.

Los ayuntamientos sostienen que han planteado al Departamento de Territorio la necesidad de buscar un sistema menos costoso para los vecinos. “La opción ideal sería la gratuidad, ya entendemos que eso es complicado, pero hacen falta medidas para unos residentes que llevan años pagando, y pagando mucho”, defiende Carbonell.

El Garraf y el Baix Penedès constituyen un área de alta densidad, pero con escaso tejido empresarial. “Aquí, mucha gente tiene que desplazarse para trabajar, y quien lo hace en coche es por falta de otra opción”, observa Eroles. El Baix Penedès es la comarca con peores cifras de ocupación de Cataluña. El paro roza el 20%.

La explotación de la C-32 está concedida a la sociedad Aucat, del grupo Abertis. La Generalitat sostiene que para cumplir los compromisos que tiene con la compañía, no puede afrontar mayores descuentos, sin que se le descuadren las cuentas. “El año pasado la Generalitat invirtió un millón de euros en toda la comarca del Baix Penedès. Ya que llevamos años descuidados, al menos que invierta en esto y que la gente de aquí pueda ir por la C-32 a precios asequibles”, manifiesta Ramon Solé, el alcalde de Calafell.

Desviar el tráfico por el Garraf para aligerar la AP-7

El Servicio Catalán del Tráfico (SCT) tiene previsto mantener este fin de semana las medidas para intentar evitar nuevos colapsos en las autopistas que levantaron los peajes el 1 de septiembre. Tras los reiterados embotellamientos que se han registrado sobre todo en la AP-7 desde que, a primeros de mes, la vía pasara a ser gratuita para los conductores, el SCT ha tratado de dar mayor fluidez a la circulación con la habilitación de carriles adicionales en los accesos al área metropolitana de Barcelona.

Estos carriles extra se reservan básicamente para el domingo, jornada en la que también queda restringida la circulación de camiones de gran tonelaje por la autopista liberada. La estrategia adoptada no ha logrado, por ahora, aligerar el tráfico de la autopista con un mayor volumen de tráfico de toda España, que ha notado un incremento de usuarios desde que se eliminaron las barreras.

Una nueva prueba de fuego se prevé para la semana próxima, con la desbandada masiva que puede provocar la festividad de la Mercè en Barcelona. El director del SCT, Ramon Lamiel, ha reconocido el efecto llamada que ha supuesto la gratuidad, a la vez que admitía que no se tomaron con anticipación las medidas necesarias para hacer frente al incremento de tráfico. Una de las posibilidades que explora el SCT para oxigenar el tráfico de la AP-7 entre Tarragona y Barcelona los días punta pasa por incentivar la circulación por la C-32, incluso convirtiéndola en gratuita en franjas concretas de máxima intensidad circulatoria. Pero para eso es necesario un acuerdo con la concesionaria Aucat.

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