El fin de los peajes destapa la falta de previsión en la gestión del tráfico en Cataluña
El colapso en la autopista precipita la búsqueda de soluciones para oxigenar la circulación
La caducidad de una ristra de peajes en Cataluña a partir del 31 de agosto era un tema calendarizado y que fue anunciado durante meses. Sin embargo, el levantamiento de las barreras se estrenó con un monumental colapso de tráfico y ha destapado la escasa planificación realizada para absorber el impacto circulatorio que conlleva la gratuidad de rutas rápidas de alta demanda, como son la AP7, la AP2 o la C-32.
El Servicio Catalán del Tráfico (SCT) admite que no tomó medidas para anticipar el impacto que pudiera tener la vía libre y su director, Ramon Lamiel, ahora sale al paso reclamando que se busquen vías alternativas para descongestionar las autopistas en las horas punta. El SCT tuvo este lunes por la tarde una reunión con el ministerio de Transportes y el grupo Abertis, para plantear soluciones. Una de las propuestas es levantar barreras en la autopista C-32, conocida como los túneles del Garraf, cuando haga falta desviar vehículos para oxigenar la AP7 entre Tarragona y Barcelona. El alto precio de los peajes de la que fue bautizada como autopista Pau Casals ha sido una queja recurrente de los vecinos del Garraf y del Baix Penedès.
Quién asumiría el coste de la gratuidad temporal de ese desvío de tráfico es un tema que está en el tejado. La Generalitat es la titular de la carretera, y deberá decidir si procede alterar un sistema de peaje que caduca, en teoría, en 2039. En las últimas semanas, varios cargos del Govern han pregonado que suprimir las barreras de las autopistas competencia del Estado, como la AP7 y la AP2, ha supuesto terminar con un gravamen catalán de varias décadas. El vicepresidente de la Generalitat de Cataluña, Jordi Puigneró, llegó a calificarlo de “espolio del Estado”.
“La reunión era para valorar el fin de semana y para estudiar qué medidas, las que sean, hay que tomar ante la nueva situación”, manifestaba tras el encuentro Òscar Llatje, coordinador de Movilidad y Seguridad Vial del SCT.
Espeso atasco
El primer fin de semana sin peajes en las autopistas catalanas se saldó con un espeso atasco de vehículos. En el tramo norte de la AP7, el Servei Català del Trànsit (SCT) registró retenciones a lo largo de 37 kilómetros, entre Maçanet de la Selva y La Roca, y en la zona de Tarragona el embotellamiento se alargó desde Vilafranca del Penedès hasta El Vendrell, más de 20 kilómetros de cola. El tráfico también fue muy espeso en la C32, en Vilassar y Mataró. “Era la primera vez en 50 años que nos encontrábamos con un fin de semana y la liberación de la autopista”, se excusó este lunes Ramon Lamiel, director del SCT. En declaraciones a RAC1, Lamiel aludió a varios accidentes que entorpecieron la fluidez, pero también acusó a la concesionaria Abertis de no abrir todos los carriles de los antiguos peajes, lo que contribuyó, alega, a engrosar el tapón. “La playa de peajes de La Roca estaba provocando retenciones”, critica. Abertis lo niega y justifica que la apertura de los carriles “fue acordada previamente a la finalización de la concesión con la administración pertinente, en este caso el ministerio de Transportes y Movilidad, y valorada en términos de seguridad vial”.
La posibilidad de circular por las vías rápidas sin tener que pasar por caja fue un reclamo para los conductores. “La gratuidad llamó a mucho tráfico”, admite Lamiel. El incremento de vehículos fue del 7%, en comparación con el mismo fin de semana de 2019, antes de la pandemia, según datos reportados por Òscar Llatje.
El primer fin de semana de autopistas gratuitas coincidió con el último fogonazo de la operación retorno de vacaciones, durante el que se registró un movimiento de más de 280.000 vehículos. Sin embargo, la crecida de la densidad circulatoria en vías como la AP7, la AP2 y la C-32 en el Maresme no se prevé excepcional. El SCT apunta que mantendrá más contactos con Abertis, el ministerio y el departamento de Territorio de la Generalitat para analizar cómo se puede desviar el tráfico hacía rutas alternativas en los momentos de picos de demanda en la carretera.
El enredo que registraron las vías liberadas alimenta las dudas acerca de la planificación que hicieron las autoridades de tráfico ante la gratuidad de los peajes. Un ejemplo de ello son los carriles adicionales, que se solían habilitar en momentos punta para aligerar, básicamente, la circulación de retorno al área metropolitana de Barcelona. “Tenemos que pensar cómo lo hacemos ahora, sin los peajes”, manifestó Lamiel en RAC1.
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