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El Puerto desafía a Colau y aprueba la concesión del museo Hermitage en Barcelona

El Ayuntamiento tiene ahora en sus manos aprobar un convenio y la licencia de obras del edificio

Museo Hermitage
Imagen del edificio proyectado por el arquitecto Toyo Ito donde se ubicará el centro cultural del Hermitage en el Puerto de Barcelona.
Clara Blanchar

El Consejo de Administración del Puerto de Barcelona aprobó este miércoles otorgar la licencia al proyecto de museo Hermitage, tal y como anunció el pasado fin de semana en un comunicado donde anunciaba que el proyecto irá de la mano del teatro del Liceo. Con la votación, la Autoridad Portuaria desoyó la petición del gobierno de la alcaldesa Ada Colau, que el martes instó a levantar el punto del orden del día para estudiar mejor el proyecto. La representante del consistorio, la teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz, votó en contra. También lo hicieron el alcalde de El Prat y la abogada del Estado. Los votos a favor fueron 12 de 15.

El puerto informó de que la concesión está condicionada a que en dos meses el museo y el Liceo presenten un proyecto conjunto. A la salida de la reunión, visiblemente molesta, la teniente de alcalde de Urbanismo mostró “sorpresa” por la decisión y acusó al Puerto de “poner la directa” y de tomar la decisión para “proteger sus intereses patrimoniales” ante posibles actuaciones judiciales de los promotores por retrasar la concesión. Según Sanz, la abogada del Estado votó en contra porque la concesión se aprobó sin el convenio entre el Ayuntamiento y el Puerto (aunque la autoridad portuaria envió una propuesta al Consistorio hace meses) que concretará el uso del espacio.

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La pelota, en cualquier caso, está ahora en el tejado de los promotores (que deben concretar el proyecto) y del Ayuntamiento. El Consistorio tiene que pactar el convenio y, más tarde, concede la licencia de obras para construir el edificio. Al finalizar la reunión Sanz lamentó: “No tiene sentido que lleven a votación una propuesta antigua, lo lamentamos mucho, se ha seguido manteniendo sabiendo que hay un proyecto nuevo, sin ninguna concreción sobre la participación del Liceo, es una incongruencia”.

En el trasfondo del conflicto hay cuestiones jurídicas no menores y el Ayuntamiento actuará, dijo, de acuerdo con lo que determinen sus servicios jurídicos. “El Puerto, que es quien pone la directa y hace una concesión administrativa sin tener convenio porque el plazo del otorgamiento [de la solicitud de los promotores] se acababa. Lo hace sin la complicidad del Ayuntamiento e incorpora una cláusula en el acuerdo: que el Puerto no tiene ninguna responsabilidad patrimonial y quiere dirigirla al Ayuntamiento, cuando nosotros no hemos hecho ninguna concesión”. El Puerto, sintetizó, optó por “proteger sus intereses patrimoniales obviando los de la ciudad, ahora lo que corresponde es que el Consistorio defina jurídicamente qué hace para proteger sus intereses”.

La institución marítima, por su parte, defendió que con su decisión “da por resuelto el trámite administrativo como respuesta a la solicitud presentada por los promotores del proyecto Hermitage” y destacó que “supondría atraer una inversión privada de 50 millones y 377 empleos”.

El martes, cuando el Consistorio pidió aplazar la decisión, la presidenta de la Autoridad Portuaria, Mercè Conesa, replicó que la decisión se tomaría durante la reunión. Conesa celebró “el cambio de posicionamiento del Ayuntamiento” sobre el proyecto, dijo que “los servicios técnicos” debían valorar la petición y añadió que debían compartir cualquier cambio de planes con el resto de miembros del consejo. En cualquier caso, destacó que es “un tema delicado” y que es necesario “dar confianza al inversor”. Cuando las partes hablan de la complejidad de la decisión, se refieren a la posibilidad de que los promotores del proyecto vayan a los tribunales.

El proyecto de una franquicia del museo Hermitage de San Petersburgo llegó al a mesa del Puerto de Barcelona en octubre de 2014 y desde entonces protagoniza un debate ciudadano e institucional. La llegada de los comunes al Gobierno de la ciudad en 2015 lo ralentizó, con distintos argumentos: su viabilidad económica, la calidad de la colección o la afectación del equipamiento sobre el barrio de la Barceloneta o la movilidad.

Los promotores del proyecto Hermitage Barcelona celebraron este miércoles la concesión. “Este trámite es un paso adelante en la creación de un nuevo punto de encuentro internacional del arte, el diseño y la cultura que aspira a crear sinergias y alianzas con el entorno institucional, museístico y social de la ciudad”, afirmaron en una nota.

Abierto “en 2024”

Hermitage Barcelona quiere convertirse en un puente cultural, conectando personas y lugares a través de una de las mayores y más relevantes colecciones de arte del mundo, la del Hermitage Estatal de San Petersburgo”, añadieron los promotores en un comunicado en el que hablan de fecha de apertura “prevista en 2024”. El director del museo, Mikhail Piotrovsky, manifestó, según la nota de los promotores: “Esta buena noticia significa hacer un paso más hacia la construcción de un maravilloso nuevo edificio que actuará como puente de intercambio cultural entre San Petersburgo y Barcelona y se convertirá en un espacio de entendimiento cultural”, dijo.

Los promotores aseguran que el proyecto quiere ser un “agente transformador y dinamizador para el barrio de la Barceloneta” e integrándose en la ciudad, por lo que han trabajado para “avanzar en la firma del convenio con el Ayuntamiento y el Puerto”. El comunicado también cita las conversaciones con el Liceo “para consolidar el litoral como gran eje artístico”.

Janet Sanz: “Sin convenio, no tiene efectos legales”

El enfrentamiento abierto entre el Ayuntamiento de Barcelona y la Autoridad Portuaria tiene momentos que recuerdan a aquella escena de Groucho Marx con un contrato leyendo aquello de “la parte contratante de la primera parte”. La cuestión es que aquí las connotaciones jurídicas no son broma. Y una de las claves es el convenio entre las dos partes.

La teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz, recuerda que el plan especial urbanístico sobre la nueva bocana del puerto y el rompeolas “incorporaba que para concretar el uso cultural de la parcela central sería preciso un convenio entre el Ayuntamiento y el Puerto sobre qué se podría hacer”. Y este convenio, asegura, era el paso previo a licitar la concesión. “El Puerto la licitó sin convenio”, dice y concluye que “si el Ayuntamiento no pacta el convenio la concesión, no tendrá efectos jurídicos”. La concesión salió a concurso sin convenio. Pero omite que el Ayuntamiento tiene un borrador del Puerto desde hace once meses en el que se contemplaban notables concesiones a la ciudad.

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Sobre la firma

Clara Blanchar
Centrada en la información sobre Barcelona, la política municipal, la ciudad y sus conflictos son su materia prima. Especializada en temas de urbanismo, movilidad, movimientos sociales y vivienda, ha trabajado en las secciones de economía, política y deportes. Es licenciada por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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