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Miles de personas no cobran el ERTE en Cataluña por el colapso del sistema

Las oficinas del SEPE abrirán el 6 de julio en Barcelona con cita previa y con medidas de seguridad para evitar altercados

Una oficina de empleo cerrada en la localidad de Rubí (Barcelona).
Una oficina de empleo cerrada en la localidad de Rubí (Barcelona).Cristóbal Castro

Tres meses y medio después del inicio del estado de alarma, todavía hay miles de trabajadores afectados por un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) que no han percibido la prestación o sufren retrasos en el cobro. Las administraciones argumentan que a causa del elevado volumen de expedientes que se han presentado en Cataluña — 98.120 expedientes y 726.973 trabajadores que suponen casi el 20% de los cuatro millones en toda España— también están aquí buena parte de los errores en los expedientes. Fallos que impiden que se estén cobrando las prestaciones y que abran las oficinas.

La cifra concreta de trabajadores que, pese a estar en un ERTE no están cobrando la prestación por desempleo, es una de las grandes desconocidas de esta crisis. “Hay una gran opacidad en todo esto, y no comunican cuántos trabajadores están en esta situación”, explica Ricard Bellera, secretario de Trabajo y Economía de CC OO. Según los cálculos del sindicato, que se basan en la diferencia entre las prestaciones contributivas abonadas y el número de personas en ERTE, en abril hubo, solo en Cataluña, 120.000 trabajadores que tendrían que haber cobrado y no lo hicieron. En junio calculan que como mínimo 30.000 continúan en esta situación, “aunque es una cifra muy optimista y no podremos calcularla bien hasta principios de julio, cuando comuniquen el número de prestaciones contributivas”.

“Es muy difícil establecer cuánta gente se ha quedado o está todavía sin cobrar, pero lo que sí podemos decir es que son demasiadas personas”, señala Bellera. Los sindicatos habilitaron formularios web para presentar reclamaciones, y tienen en ellos otras herramientas para adivinar la cantidad de gente que está en esa situación y la afectación que tiene: el formulario de UGT, creado a finales de mayo, tuvo en solo dos semanas 20.000 reclamaciones.

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A mediados de junio, una encuesta de la patronal de pequeñas y medianas empresas de Cataluña (Pimec), afirmaba que el 70% de las empresas tenía trabajadores que habían sufrido retrasos en el cobro de la prestación. Todas las miradas están puestas sobre el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE). Este órgano es el encargado de tramitar las prestaciones de desempleo por ERTE, y de corregir las incidencias. Los afectados denuncian que, además de no percibir la prestación, les es imposible comunicarse con el SEPE, ya que la atención telefónica está anulada. Mientras que en algunas comunidades autónomas ya se han abierto las oficinas con cita previa, y en otras la apertura está prevista para los próximos días, el SEPE no ha anunciado todavía cuándo abrirán las oficinas de las provincias de Barcelona, Lleida, Tarragona y Girona, así como tampoco las de la Comunidad de Madrid.

Según ha podido saber EL PAÍS, en Cataluña la apertura de oficinas empezará el día 6 de julio, de forma progresiva y solo con cita previa. Sindicatos y administración se reunirán esta semana para concretar qué medidas se toman para la apertura. Además de las sanitarias, los sindicatos reclaman medidas de seguridad, con presencia de los Mossos d’Esquadra, para evitar problemas con afectados que vayan a reclamar la prestación.

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“No se han podido abrir las oficinas, ni contestar al teléfono, porque estamos todos corrigiendo errores e incidencias de los ERTE. Todos los trabajadores estamos volcados en esto”, explica Margarita Rico, delegada de CC OO en el SEPE. “El personal está en mínimos, y tenemos una media de jubilación de dos personas al mes”, añade la trabajadora. La plantilla ha sufrido un gran incremento de volumen de trabajo que se ha dado de bruces contra una estructura precaria fruto de los recortes. La plantilla del SEPE en España ha pasado de 10.300 a 7.150 trabajadores en 10 años. Solo en Cataluña, las 900 personas que trabajan en las oficinas de empleo “han visto como se incrementaba un 600% el volumen de trabajo”, señala Bellera, que añade, “con ordenadores viejos y solo 50 licencias para trabajar desde casa”.

El SEPE solo contrató a 81 personas para cubrir el aumento de trabajo, cosa que según los sindicatos se ha demostrado “insuficiente”, porque ha obligado a dejar de lado la atención telefónica y otros servicios de las oficinas de empleo. El hecho de que Cataluña concentre el mayor volumen de afectados por ERTE la convierte en la comunidad que más incidencias sufre. “Que haya más gente aquí que no está cobrando tiene que ver con el colapso de la estructura del SEPE, ha habido mucho más trabajo”, explica Núria Gilgado, secretaria de política sindical de UGT.

El departamento de Trabajo de la Generalitat recuerda que se ofreció en cinco ocasiones al Ministerio de Trabajo para destinar parte de su plantilla del Servei d’Ocupació de Catalunya (SOC) a tramitaciones de ERTE o para la atención telefónica, una posibilidad que el ministerio desestimó. Fuentes del servicio público de empleo indican que la plantilla está trabajando al máximo esfuerzo y que solo quedan por tramitar las incidencias relacionadas con errores de las empresas al presentar los expedientes.

Amplia casuística de incidencias

Además del gran incremento del trabajo para una plantilla reducida, la causa de las incidencias está en el origen del expediente, que son las hojas de cálculo que las empresas envían para tramitar el ERTE. “Todos los errores son confusiones de las empresas: DNI mal puestos, números de cuenta incorrectos, falta de datos… Todo lo volvemos a pedir y ralentiza mucho el proceso”, explica Margarita Rico, trabajadora de una oficina de empleo. “Uno de los errores que hemos visto es que enviaron el excel en formato PDF, con lo que no sirve para nada, no se puede mecanizar”, apunta Bellera. “La gente se está desesperando mucho, aunque hay que destacar la gran paciencia del que no cobra desde marzo”, añade.

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Sobre la firma

Josep Catà Figuls
Es redactor de Economía en EL PAÍS. Cubre información sobre empresas, relaciones laborales y desigualdades. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona. Licenciado en Filología por la Universidad de Barcelona y Máster de Periodismo UAM - El País.

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