El Gobierno y el PP, bajo el signo de la amenaza

La semana que comienza estará marcada por los tribunales con las declaraciones del empresario Víctor de Aldama y de Begoña Gómez, mujer del presidente Pedro Sánchez. Para el dirigente socialista y líder del Ejecutivo serán dos citas que lo marquen personal y políticamente, pero ninguna pone en tela de juicio la estabilidad y el cumplimiento de los objetivos del Gobierno. Los Presupuestos Generales para 2025 siguen siendo la cuestión prioritaria frente a cualquier otro asunto, y los socios del Ejecutivo mantienen planteamientos muy dispares, sobre todo cuando se trata de asuntos económicos.

Las advertencias de Carles Puigdemont al presidente del Gobierno, expresadas por Miriam Nogueras en el Parlamento en su pregunta del miércoles con la coloquial expresión “muevan el culo”, supone la amenaza más seria, al menos verbalmente, que ha sufrido el Ejecutivo desde la investidura de hace un año. A esto se le añade que, desde el sábado, el interlocutor del Gobierno en ERC vuelve a ser Oriol Junqueras, y su mano derecha en el Congreso de los Diputados va a ser Gabriel Rufián, que ha atesorado una enorme experiencia en negociaciones.

Junqueras ha logrado la victoria frente a una fuerte oposición interna que representaba Marta Rovira. Un triunfo para el exvicepresidente de la Generalitat, pero que ha dejado un partido dividido. Un 40% de la organización no le ha votado. Ahora toca reforzar la nueva ejecutiva y fuentes consultadas del sector ganador recalcan la idiosincrasia asamblearia de ERC, por lo que las decisiones importantes que quedan por tomar serán sometidas a los militantes. El nuevo equipo de Junqueras tiene que decidir si entra a formar parte del Gobierno del Ayuntamiento de Barcelona, además de su voto en los presupuestos de la Generalitat y del Estado. Todo será consultado a los militantes, según fuentes del partido.

El plan de Junqueras a partir de este lunes será mostrarse exigente, tanto con el Gobierno central como con el que encabeza Salvador Illa en la Generalitat. Las fuentes consultadas aseguran que no abrirá nuevas carpetas y se centrará en los asuntos pendientes. Los acuerdos con el PSC para hacer presidente a Illa están en la primera línea de los asuntos a abordar, aunque lo cierto es que el grueso de los mismos dependen del Ejecutivo de Sánchez. El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ha redoblado esta semana sus esfuerzos para que el catalán, gallego y euskera sean lenguas cooficiales en la Unión Europea. El coste económico será asumido por España. Esta demanda pactada en su momento con Junts también la defiende ERC. El gaélico irlandés, que se convirtió en lengua oficial desde 2007, es el ejemplo que quiere seguir el ministro. Esta aprobación aún está por cumplir, además de dar forma a la “financiación singular” de Cataluña que el Gobierno de Sánchez busca sacar adelante en un marco de mejora de todas las comunidades autónomas.

Dentro de ERC reconocen que Illa camina con buen pie en sus primeros meses al frente del Govern catalán y que así se está percibiendo en buena parte de la sociedad catalana. Las fuentes consultadas son conscientes de esta realidad, aunque defienden que no serán ellos quienes vayan a convertirse en los exégetas del presidente socialista. Los militantes republicanos decidirán si apoyan los presupuestos de Illa y de Sánchez. Esa es también la realidad de Junqueras, cuya capacidad de liderazgo ha vuelto a revalidar, aunque al día de hoy su partido registra una fuerte división.

En el caso de Junts per Cataluña, trazar un diagnóstico político se antoja mucho más complicado. Puigdemont no ha sido amnistiado y en Cataluña gobierna un presidente socialista. La teoría de que si cae Sánchez llegará probablemente un gobierno del PP y VOX es plausible, pero esto no marcará las actuaciones de Carles Puigdemont y su partido. Tampoco es posible saber si en algún momento Junts pactará con el PP, habida cuenta sus afinidades en el terreno económico. Los años noventa pasaron y está por ver si esa Convergència de Jordi Pujol y de Artur Mas vaya a volver, señalan fuentes nacionalistas.

En el otro lado ideológico del Congreso, las amenazas y avisos de Vox presionan al PP, sobre todo en los gobiernos regionales donde hace unos meses rompieron sus acuerdos. El presidente de la formación de extrema derecha, Santiago Abascal, ha recordado que, tras marcharse de esos Ejecutivos, la próxima parada es impedir la aprobación de los presupuestos de esos ejecutivos si los populares colaboran con la acogida de menores inmigrantes. No van de farol, lo cumplirán. Los presidentes autonómicos del PP lo creen.