La financiación singular de Cataluña agita el comité federal que pondrá en marcha la renovación del PSOE

El PSOE celebra hoy su cuarto comité federal en menos de un año. Y no será de trámite. Será la primera vez que Pedro Sánchez y los barones del partido se verán las caras desde el terremoto interno por la financiación singular para Cataluña que ERC pactó con el PSC a cambio de la investidura como president de Salvador Illa. Un debate que los socialistas arrastran desde finales de julio con reproches a Ferraz y La Moncloa de los líderes territoriales por falta de información, temerosos de que el resto de comunidades de régimen común se vean perjudicadas y su discurso político debilitado. En este clima de incomodidad interna e incertidumbre, los socialistas aprobarán la convocatoria del 41º Congreso Federal los días 29 y 30 de noviembre y 1 de diciembre y fijarán el calendario del resto de congresos en el que renovarán toda su estructura en un plazo, según marcan los estatutos del partido, inferior a 90 días.

Por primera vez desde su reelección en las primarias de 2017 como líder del PSOE, Sánchez se puede encontrar con un comité federal con más voces críticas que la de Emiliano García-Page. El presidente de Castilla-La Mancha fue en el comité federal del pasado octubre la única voz discrepante junto al exdiputado Odon Elorza, durante años un incondicional de Sánchez, en contra de la amnistía en el que el jefe del Gobierno hizo “de la necesidad virtud” y defendió la medida de gracia. Page estará esta vez más arropado: Javier Lambán, expresidente de Aragón y secretario general de esa federación, que no acudió en aquella ocasión, ha confirmado su asistencia y su intención es intervenir. Lo mismo que el secretario general de Extremadura, Miguel Ángel Gallardo, elegido en marzo y que en una entrevista en EL PAÍS reconocía que ha echado en falta “diálogo y debate”, aparte de concreción, acerca de la financiación.

La previsión es que también marquen posición, con menos aristas, Luis Tudanca, responsable de la federación de Castilla y León, y el madrileño Juan Lobato. Adrián Barbón, que ha explicitado en público su rechazo frontal a un trato fiscal privilegiado para Cataluña, será el gran ausente: el presidente de Asturias se quedará en su tierra, donde se celebra el domingo la fiesta del Principado aunque hoy ya participará en diversos actos. La vicepresidenta asturiana, Gimena Llamedo, defenderá la posición de su federación. Entre los asistentes a la reunión estará el flamante president de la Generalitat, Salvador Illa, por cuya investidura Pedro Sánchez ha accedido a bendecir la singularidad catalana pactada con ERC.

Las promesas y garantías que esta semana han realizado Pedro Sánchez y María Jesús Montero han relajado el ambiente, aunque las dudas persisten en el PSOE. El presidente aseguró el miércoles en la apertura del curso político que todas las comunidades recibirán más dinero y ninguna perderá con el pacto para Cataluña en el modelo de financiación que diseñan en Hacienda. Sánchez concretó que con la reforma se doblará el fondo de cohesión territorial, de donde salen los recursos que compensan las desigualdades entre autonomías. Casi al mismo tiempo, la vicepresidenta primera, ministra de Hacienda y vicesecretaria general del PSOE defendió en el Senado que la financiación singular catalana “es un acuerdo solidario” y en modo alguno se puede equiparar a un concierto económico similar al de Euskadi o Navarra. Montero ya aseguró el fin de semana pasado en la interparlamentaria del PSOE de Andalucía que la financiación singular se podrá extender a otras comunidades autónomas. La decisión de poner sobre la mesa más recursos para todas las comunidades será una manera de responder a las “singularidades” de todos los territorios, sostienen fuentes del Ejecutivo.

Hay expectación en el PSOE por saber hasta dónde llegan este sábado las explicaciones de Sánchez que, el 27 de abril pasado, vio desde La Moncloa la anterior reunión del máximo órgano entre congresos. Aquella reunión la convocaron porque el jefe del Ejecutivo amagó con dimitir tras la imputación de su esposa y se retiró durante cinco días a reflexionar. Cinco meses después, el líder socialista va a defender ante el partido la necesidad de celebrar este otoño el Congreso Federal para activar la renovación del PSOE y volver a ser reelegido secretario general, diez años después.

El Congreso Federal, en el que Sánchez blindará su liderazgo en un final de año marcado por la incertidumbre de si habrá nuevos Presupuestos, servirá además para actualizar el ideario del PSOE, algo que el PP hizo por última vez en 2017. El objetivo inmediato de Sánchez es sofocar el incendio en sus filas y aspira a que el máximo órgano sirva para “alinear” el discurso territorial tras las críticas internas. La intención a medio plazo es el rearme del PSOE con una perspectiva a medio plazo, consolidando sus liderazgos territoriales o apostando por otros perfiles de cara al próximo ciclo electoral. Sánchez necesita que el partido recupere el espíritu de victoria y vuelva a ser fuerte en comunidades como Andalucía, clave para la gobernabilidad de España, para que otra legislatura en La Moncloa no dependa en gran medida del tirón en Cataluña.

La celebración del Congreso Federal obligará a que todas las federaciones revisen sus liderazgos. Lambán ya ha anunciado que no se presentará a la reelección, pero no ha convocado un congreso extraordinario para acelerar su relevo. La expresidenta de La Rioja, Concha Andreu, también ha confirmado que no se postulará de nuevo al frente de su federación. Descontando los cambios en la Comunidad Valenciana, Extremadura y Galicia en el primer semestre del año, siete de los 17 líderes territoriales llevan solo tres años en el cargo. Cuatro presiden sus comunidades: Page, Barbón, la navarra María Chivite y, desde agosto, Illa.