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El Gobierno presentará los Presupuestos pero descarta elecciones aunque se los tumben

El Ejecutivo ofrece mensajes de tranquilidad un día antes de un decisivo Comité Federal del PSOE

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, habla con el ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, este viernes en el Palacio de la Zarzuela.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, habla con el ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, este viernes en el Palacio de la Zarzuela.Borja Sánchez-Trillo (EFE)
Carlos E. Cué

Pedro Sánchez está decidido a presentar los Presupuestos en el Congreso aunque eso suponga correr el riesgo fuerte de una dura derrota parlamentaria. Según fuentes del Gobierno, la decisión está tomada al máximo nivel y es inamovible. Hasta hace algunas semanas, el Ejecutivo insistía en que solo presentaría las Cuentas si tenía apoyos para aprobarlas. De hecho, Sánchez decidió no presentar las de 2024, que estaban en plena negociación con los socios, cuando ERC adelantó las elecciones catalanas al caer los Presupuestos de esa comunidad, algo que complicaba mucho las posibilidades de sacar adelante los de todo el país. Pero ahora el Gobierno está completamente decidido, según estas fuentes, a llevar las Cuentas al Congreso con el riesgo evidente de que se vea con claridad su debilidad parlamentaria. El Ejecutivo quiere forzar así a todos los grupos a retratarse y asumir el coste político de tumbar unas Cuentas expansivas que serían beneficiosas para millones de ciudadanos.

Sin embargo, Sánchez, que podría no presentar los Presupuestos pero ha decidido seguir adelante, también tiene absolutamente claro que esa derrota parlamentaria, la más grave que puede sufrir un Gobierno, no implicará el adelanto electoral ni la caída del Ejecutivo. Si se las tumban, Sánchez, según estas fuentes, seguirá adelante con unos Presupuestos prorrogados como han hecho otros gobiernos en el pasado, entre ellos el último de Mariano Rajoy. En La Moncloa señalan que obviamente el Gobierno quiere aprobar las Cuentas para poder desarrollar en plenitud su proyecto político, y confía en lograrlo pese a las evidentes dificultades políticas especialmente con Junts, pero puede seguir adelante con los Presupuestos prorrogados porque los que hay en vigor ya son suyos, los terceros que ha aprobado el Gobierno de coalición, y contienen las líneas maestras de la política económica del Ejecutivo. La Moncloa está empeñada así en ofrecer mensajes de tranquilidad y de estabilidad política el día previo a un Comité Federal del PSOE decisivo porque será el primero después del pacto con ERC que abre la puerta a que la Generalitat cobre y gestione todos los impuestos de los catalanes, algo que ha puesto en alerta a varias federaciones socialistas.

En 2019, cuando ERC y el PdeCAT -aún no existía Junts- le tumbaron las cuentas con una enmienda a la totalidad, Sánchez decidió adelantar las elecciones y logró un buen resultado en abril de ese año, aunque después se repitieron porque no se puso de acuerdo con Podemos y finalmente en noviembre obtuvo menos escaños que en abril pero aún así pudo gobernar al aceptar una coalición con el grupo de Pablo Iglesias. Sánchez, por tanto, adelantó las elecciones la última vez que le tumbaron unos Presupuestos en el Congreso, y con los de 2024 decidió directamente no presentarlos. Sin embargo, ahora, según las fuentes del Gobierno consultadas, la situación es completamente diferente desde el punto de vista político y Sánchez no tendría por qué adelantar elecciones si le tumban los Presupuestos.

El presidente, explican, ha demostrado que puede seguir adelante con su proyecto con negociaciones puntuales de cada reforma, y sobre todo tiene las más difíciles ya aprobadas, las que suponían además la condición para recibir los fondos europeos -reforma laboral, de pensiones- aunque Bruselas exige ahora también una reforma fiscal. Los negociadores de Sánchez ven muy difícil aprobar los Presupuestos dada la situación política actual, con Junts muy enfrentada al Gobierno después del varapalo que ha supuesto para ellos quedar fuera de la Generalitat y ver cómo Salvador Illa se convertía en president gracias a un acuerdo PSC-ERC que incluye una financiación singular muy similar a la que reclamaba el grupo de Carles Puigdemont.

Además en Junts están muy molestos porque el Tribunal Supremo ha impedido de momento que su líder se pueda beneficiar de la amnistía, uno de los elementos centrales de la negociación de la investidura de Sánchez. Aún así, en el Ejecutivo confían en que poco a poco Junts reflexione y vea que es mucho más positivo para ellos estar en la mayoría y negociar cuestiones concretas dentro de los Presupuestos, como han hecho hasta ahora con otras leyes para brindar su apoyo. Y en cualquier caso, si tumban las Cuentas, en La Moncloa tampoco creen que vayan a votar que no a todas las demás leyes que vayan al Congreso.

De momento, como anunció Sánchez el miércoles, el Consejo de Ministros aprobará este martes la misma senda de estabilidad que ya tumbaron Junts, Vox y el PP en julio. Es todo un desafío del Gobierno, que no piensa cambiar esa cifra que Junts rechazó porque exigen que las autonomías tengan más margen de déficit. En cualquier caso, aunque la vuelvan a tumbar, los Presupuestos no estarán muertos. Se podría seguir adelante con la senda aprobada el año pasado, y se podrían hacer las mismas Cuentas con ese número anterior. Pero las que tendrían menos margen de déficit son las autonomías, que con la cifra anterior, de 2023, tendrían que ajustarse más que con la que propone el Ejecutivo para 2025.

El Gobierno tendría así espacio político, como ya está haciendo, para criticar no tanto a Junts sino al PP, que gobierna 13 autonomías, para explicar que por su voto en contra, sus propias comunidades y sus ayuntamientos van a poder gastar 10.500 millones de euros menos para servicios públicos del que podrían tener si apoyaran la senda de estabilidad. “Votar en contra de la senda de estabilidad como hizo el PP implica quitar dos décimas de margen fiscal a las comunidades autónomas en 2025 y 2026. Eso supone un ajuste de 3.000 millones en cada uno de esos años. Es decir, un coste total de 6.000 millones. Para los ayuntamientos, la nueva senda fiscal implica contar con una décima más de margen fiscal en 2025 y con dos décimas más en 2026. Por lo tanto, votar en contra supone un impacto negativo para los ayuntamientos de 1.500 millones en 2025 y de 3.000 millones en 2026. En total, 4.500 millones”, explica el Ejecutivo.

En cualquier caso la negociación seguiría hasta la votación definitiva de los Presupuestos, la de las enmiendas a la totalidad. Y ahí sí, si Junts vota a favor de tumbar las Cuentas con el PP y Vox, sería definitivo y habría que prorrogarlas de nuevo durante un tiempo indefinido, hasta que cambie la realidad política o haya elecciones. En cualquier caso, las fuentes del Gobierno insisten en que no habrá adelanto electoral inmediato y el propio Sánchez aseguró con claridad el miércoles que “hay Gobierno para rato”. En La Moncloa confían en que después de los congresos de Junts y ERC, y también del PSOE, que en este otoño marcarán las líneas estratégicas de tres grandes partidos de la mayoría que apoya al Ejecutivo, las cosas se serenarán y con un horizonte si elecciones por delante se podrá intentar negociar reformas y pensar en otros Presupuestos para 2025 ya arrancado el año, como se intentó hacer en este año hasta que el adelanto de las elecciones catalanas llevó a La Moncloa a desistir de presentar las Cuentas.

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