_
_
_
_

Junts marca distancias con Sánchez como aviso por la negociación de Illa y compromete a la mayoría de investidura

Puigdemont se sitúa al lado de PP y Vox para rechazar el primer paso de Hacienda de los presupuestos de 2025 y la reforma de la ley de Extranjería lanzada por el Gobierno

La portavoz de Junts, Miriam Nogueras, en el Congreso.Foto: PABLO MONGE | Vídeo: EPV
Javier Casqueiro

Junts, el partido de Carles Puigdemont, quiso enviar un mensaje al Gobierno de Pedro Sánchez antes de que aterrice este miércoles en Barcelona para mantener una entrevista con el presidente saliente de la Generalitat, Pere Aragonès, de ERC: su voto no es previsible y no lo puede dar por garantizado, sobre todo, mientras negocia con los republicanos la investidura de Salvador Illa. Junts rechazó dos asuntos más que simbólicos en el último pleno de la temporada en el Congreso y en el primer aniversario de las elecciones generales del 23-J, como fueron la reforma de la ley de extranjería para el reparto obligatorio de menores migrantes hacinados en Canarias y la fijación de los objetivos de estabilidad, primer paso para lanzar Presupuestos del Estado. Lanzan así un aviso al presidente Sánchez: apoyaron su investidura en noviembre pasado, pero no debe dar por descontados sus siete votos clave en este mandato “a cambio de nada”. Los dos toques de atención retrasarán los planes del Ejecutivo central al menos varios meses. En esas dos votaciones, los objetivos de déficit y la distribución obligatoria de menores migrantes, Junts se colocó al lado del PP y Vox, marcando distancias con el bloque que hizo posible la investidura de Sánchez.

La formación que lidera Puigdemont aguantó nueve horas del último pleno de este periodo de sesiones en el Congreso, hasta las siete de la tarde, para ratificar que querían soltarle al Gobierno de Pedro Sánchez un buen sopapo parlamentario y refrescarle la precariedad de sus apoyos. En definitiva, dejar así la legislatura otra vez tambaleando, desmontando el mensaje de estabilidad que pretendía defender el Gobierno con la activación de las cuentas del año que viene antes del parón veraniego. No era un pleno cualquiera, otro más de esos debates de estos meses llenos de incertidumbres, campañas electorales y votos in extremis, en los que el primer Ejecutivo de coalición de esta etapa democrática ha jugado en muchas ocasiones a la ruleta de la geometría variable en demasiadas votaciones.

María Jesús Montero, vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, durante el pleno del martes.
María Jesús Montero, vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, durante el pleno del martes. Álvaro García

La vicepresidenta y ministra de Economía, María Jesús Montero, optó por destacar de esa “jornada intensa” en el Congreso los cuatro proyectos que sí salieron adelante (ley de paridad, renovación del Poder Judicial, bomberos y agentes forestales y novena prórroga del decreto con medidas anticrisis por la guerra de Ucrania) y buscó minimizar los fracasos en la ley de extranjería y la primera fase para los presupuestos al culpar de esas derrotas al objetivo declarado por el líder de la oposición: “Feijóo ya lo dejó claro, su único afán es el acoso y derribo de este gobierno”. Montero ni siquiera contestó por la situación de debilidad en la que Junts había retratado al Gobierno con sus votaciones negativas y buscó la manera de endosar al PP la culpa de no facilitar en los próximos dos años hasta 10.000 millones más a todas las autonomías y ayuntamientos y les acusó de “insolidaridad” y de “compartir el discurso” ultra de Vox por dejar en Canarias a esos jóvenes “en condiciones no aceptables”.

El PP, por su parte y a través de su secretaria general, Cuca Gamarra, replicó elevando el listón de las responsabilidades de lo ocurrido en el pleno al “error histórico” de Pedro Sánchez de “iniciar una legislatura para sobrevivir sin una mayoría parlamentaria para gobernar para todos los españoles”.

La diputada del PP en el Congreso, Cuca Gamarra, este martes durante su intervención en el pleno.
La diputada del PP en el Congreso, Cuca Gamarra, este martes durante su intervención en el pleno. Álvaro García
Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Pero el detonante de lo que ocurrió este martes en el Congreso lo provocó Junts, que se sumó en noviembre pasado a los 179 escaños a favor de la investidura de Sánchez frente a los 171 en contra, aunque ya entonces alertaron de que no formarían parte de ningún bloque homogéneo ni serían un socio más. El diputado Josep María Cruset esperó hasta que María Jesús Montero intervino en la tribuna para contar las bases de los objetivos de estabilidad presupuestaria y los límites de gasto de todas las administraciones para 2025 con la pretensión de que la responsable de cuajar esas cuentas públicas ofreciese alguna pista sobre si pensaba compensar mejor y más a Cataluña en ese reparto. Cruset no vio por ningún lado esas señales y, antes de replicar a la titular de Hacienda dentro del hemiciclo, se plantó en el patio, ante los medios de comunicación, y razonó que Junts no prestará sus votos para facilitar ese primer paso del diseño de los Presupuestos Generales del Estado para 2025. El Gobierno perdió esa votación al contar solo con 171 votos, frente a los 178 de PP, Vox y Junts.

El portavoz económico de Junts reiteró antes una retahíla de datos sobre la que consideran histórica infrafinanciación de Cataluña, con números comparativos con otras comunidades y especialmente con Madrid y acabó: “Es evidente que mientras no cambie esta realidad que hemos expuesto, este déficit de ejecución de presupuestos que tanto perjudica a Cataluña, el Gobierno no puede contar con los siete votos de Junts para la tramitación de los Presupuestos”. Al diputado catalán se le preguntó entonces si esa posición, y el voto también en contra que habían adelantado al comienzo de la sesión contra la reforma de la ley de Extranjería para obligar a un reparto de los menores migrantes que se agolpan en Canarias, comprometía la legislatura, a la mayoría de la investidura y la continuidad de este Ejecutivo.

No respondió ni que sí ni que no. Recogió el argumentario de agravios recurrente de Junts y remachó que sus votos “responden a esta máxima de que el Gobierno ha de entender que su posicionamiento siempre será en beneficio de Cataluña”. Y ante el planteamiento de que Sánchez, el PSOE y el PSC puedan estar ultimando con ERC la fase final para la investidura del socialista Salvador Illa como presidente de la Generalitat, el diputado nacionalista intentó evitar esa conexión: “Nuestro trabajo no queda supeditado a cuestiones adicionales, paralelas o accesorias que se puedan producir a última hora”. Detrás de Cruset se situó la portavoz en la Cámara de Junts, Míriam Nogueras, de la máxima confianza de Puigdemont, que no quiso intervenir, pero sí lo apremió para que dejara de hablar ante la prensa.

Gabriel Rufián, este martes en el pleno del Congreso.
Gabriel Rufián, este martes en el pleno del Congreso. Álvaro García

El portavoz de ERC, Gabriel Rufián, en los pasillos interpretó a su manera esa deriva de Junts pero sin relacionarla con los contactos con Aragonés o la investidura de Illa: “Estamos más cerca que ayer de una moción de censura de Feijóo. Feijóo no pactó con Junts porque Vox se lo impidió. Las derechas se están votando entre ellas y eso incluye a Junts”.

La ensalada de cifras más que optimistas previa de Montero sobre el presente y el futuro económico de España no convencieron a Junts, como tampoco a PP o Vox, que cuestionaron abiertamente esas buenas perspectivas. La vicepresidenta no se ahorró un dato sobre la mejoría de los objetivos de gasto para todas las administraciones (especialmente para las autonómicas y locales que no tendrían que realizar en ese escenario ningún esfuerzo de reducción del déficit para 2025, porque todo correría a cargo del Estado) y los quiso enlazar con la meta que se fijó el Gobierno al inicio de esta legislatura en sus compromisos con sus socios para reforzar el Estado del Bienestar y la vida de las clases medias y las más desfavorecidas. El rechazo de Junts retrasará ahora esa norma al menos otro mes, porque tendrán que volver a tramitarla en septiembre, y podría poner en peligro la presentación de los Presupuestos Generales del Estado “en tiempo y forma”, es decir, en otoño, para que pudieran entrar en vigor a finales de año.

El Gobierno de coalición, del PSOE y Sumar, quiso relativizar la trascendencia de esas relevantes derrotas parlamentarias, en dos proyectos emblemáticos, pero no definitivos. El plan ahora es volver a registrarlos tras el verano. En el caso de los presupuestos, la diferencia crucial con Junts es cuestión de más dinero para Cataluña. El desmarque de la formación catalana para ejecutar con urgencia el reparto de los menores migrantes ahora agolpados y en malas condiciones en Canarias no está nada claro cómo podrá sortearse porque Junts sostiene que ha agotado hace tiempo su cuota de “solidaridad y de locomotora” con un Estado en el que no cree.



Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.
Tu comentario se publicará con nombre y apellido
Normas
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_