Sánchez ultima una “salida personal” a Ábalos para zanjar el ‘caso Koldo’
El presidente busca, con la renuncia del exministro a su acta de diputado, frenar cualquier equiparación de corrupción con el PP
El presidente del Gobierno y líder del PSOE, Pedro Sánchez, está determinado a zanjar cuanto antes y con urgencia el caso Koldo, consciente del daño que cualquier asunto de corrupción les hace en general a los partidos políticos y sobre todo para diferenciarse de los comportamientos pasados y recientes del PP. Sánchez convocó el sábado por la tarde a la ejecutiva del PSOE para este lunes a las 10.00, aunque él no asistirá porque a esa hora estará inaugurando con el Rey el Mobile World Congress en Barcelona. Diferentes fuentes del partido consultadas esperan que sea más que probablemente el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, que en su día promocionó a Koldo García ante el exministro José Luis Ábalos, el que tenga una intervención “clara” y “concisa” sobre cómo afrontar y contener la tormenta política que ha originado el escándalo por el presunto enriquecimiento ilícito de uno de los principales colaboradores del entonces todopoderoso secretario de Organización del PSOE hasta que, de la noche a la mañana, Sánchez le cesó sin explicar las razones en la remodelación de Gobierno que ejecutó en julio de 2021. El presidente y su equipo más cercano ultiman una “salida personal” inminente a la situación de Ábalos, que es diputado por Valencia, en cuyas listas repitió en las elecciones generales del 23-J.
La estrategia de contención de daños diseñada por la cúpula socialista pasa por la renuncia al escaño del parlamentario, de 64 años y diputado las últimas siete legislaturas. La salida de Ábalos del Parlamento serviría de “cortafuegos” al escándalo político que el PP quiere elevar al máximo para socavar la credibilidad de su secretario general. El vicesecretario de Política Autonómica y Municipal del PP, Elías Bendodo, apuntó el sábado contra Sánchez como “líder de una organización criminal” dirigida por Ábalos, Koldo García y Santos Cerdán, el actual secretario de Organización del PSOE. El domingo, la vicesecretaria de Organización del PP, Carmen Fúnez, interpretó de los mensajes emitidos en la noche del sábado por Ábalos, en una entrevista en La Sexta, que “amenazó, extorsionó y recordó” a Sánchez que gracias a él llegó al Gobierno y exigió al líder socialista “que explique por qué no le pide el acta de diputado”. El PP volcará esta semana todas sus preguntas e intervenciones en el Congreso y el Senado contra Sánchez por el que llaman “caso Ábalos” y anuncian que tienen la intención de estirarlo todo lo que puedan.
En el PSOE y en La Moncloa son conscientes de todo ello y de su coste, y quieren cortar la polémica y su ruido cuanto antes. Pero la decisión final depende en última instancia de Ábalos: el acta de diputado es personal y su situación familiar es compleja y delicada. Como el mismo Ábalos ha reiterado los últimos días, no está investigado judicialmente en la causa. Y exige, como mínimo, sentarse con su partido para tratar “con cariño” un asunto tan sensible como su dimisión. “Se me está hablando de un tema serio y me lo voy a tomar con seriedad [...] Estoy abierto a hablarlo en el marco de un compromiso, de un marco, de una estrategia, no para darle un tributo a la derecha”, dijo el sábado en La Sexta.
El PSOE alude a su “responsabilidad política” para que Ábalos, según su punto de vista, “abandone la vida pública” por su particular y estrecha relación con Koldo García. Ábalos le fichó en 2017, tras la victoria de Sánchez en las primarias contra Susana Díaz, inicialmente como chófer y escolta, pero la lealtad y compromiso demostrados convencieron a Ábalos para llevárselo al ministerio y convertirle en un asesor de confianza, nombrándole consejero de empresas públicas. “Si esto se hubiera producido yo siendo ministro, es evidente que tendría que haber dimitido”, concedió el sábado exministro y ex número dos del PSOE. “En mi ejercicio de diputado no he hecho nada para dimitir. No estoy acusado de nada. Se me está planteando que quede inhabilitado políticamente. Posiblemente, fuese de por vida. Me parece tremendo, quedaría estigmatizado”, sentenció. Fuentes socialistas reconocen que no hay motivos para abrir una investigación a Ábalos ni cuestionarse su militancia. El caso de Ábalos no tiene nada que ver con el de Juan Bernardo Fuentes Curbelo, Tito Berni, que sí fue partícipe en la trama corrupta del caso Mediador, que estalló tres meses antes de las elecciones del 28-M. El secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, le convenció para que firmase su renuncia al acta tras ocho horas de negociación frenéticas.
El exministro insiste, como ya hizo antes en una entrevista a EL PAÍS, en que no tiene ningún afán por permanecer a cualquier precio en su escaño en el Congreso, incluso por el coste personal y familiar que reconoció que está sufriendo. “No he pasado peor momento en mi vida que ahora”, aseguró. Pero el aún diputado socialista también apuntó que no contempla dimitir de cualquier manera y menos como “tributo” del PP. Y como principal argumento sigue esgrimiendo que él no está investigado por nada, tal y como le trasladó el jueves a Cerdán en una reunión que mantuvieron en el Congreso. Ábalos no figura en la querella del caso, no ha sido detenido en la Operación Delorme —que investiga la participación de Koldo García en una presunta trama de adjudicación de contratos por valor de 53 millones de euros a empresas amigas para la compra de mascarillas en plena pandemia— y los investigadores no han demostrado que fuera consciente de las presuntas comisiones o mordidas que, según la Guardia Civil y el juez Ismael Moreno, Koldo García recibió como conseguidor de hasta nueve contratos de mascarillas en lo peor de la pandemia.
La presión del PSOE, al máximo nivel, por el momento no ha convencido a Ábalos. Si el viernes fue María Jesús Montero, la vicepresidenta primera del Gobierno y vicesecretaria general socialista, quien abrió la puerta de salida al exministro —“le corresponde al señor Ábalos tomar cualquier decisión. Yo sé lo que yo haría”—, el sábado fue el mismísimo Sánchez quien multiplicó el aviso sobre su antiguo número dos en Ferraz y puntal del Gobierno en sus tres primeros años en La Moncloa. “Este Gobierno nació de la necesidad de acabar con la corrupción de la anterior Administración del Gobierno del PP. Y ha hecho además de la ejemplaridad su bandera. Una ejemplaridad absoluta, total, que no entiende de colores. Quiero reafirmar que esa lucha contra la corrupción ha de ser implacable. Venga de donde venga y caiga quien caiga”, aseveró en la apertura del Consejo de la Internacional Socialista. “El que la hace la paga”, apostilló. Ábalos no se dio por aludido: “No, porque no estoy acusado por nada. No estoy implicado. Lo que ha dicho el presidente es una máxima del PSOE desde hace mucho tiempo”, precisó en La Sexta.
Pilar Alegría fue la última dirigente de la dirección federal del PSOE que transmitió, este domingo, un mensaje teledirigido a Ábalos, con el propósito de vencer su resistencia. “La derecha quiere construir en este país una tormenta. Quiere que se escuchen solamente el ruido y las mentiras. Este Gobierno llegó con el máximo compromiso por la transparencia y la lucha contra la corrupción, y ese principio sigue firme hoy como el primer día”, observó en el acto de presentación de las candidaturas de Eneko Andueza para las elecciones vascas del 21 de abril. “El PSOE no se esconde, da la cara, con su historia, ética, principios. El PSOE está lleno de gente honesta e implacable ante la corrupción. El PSOE tiene unos principios inquebrantables, siempre vamos a colaborar con la justicia y trabajar en pro de la transparencia”, añadió antes de remarcar la “tolerancia cero a los corruptos, sean quienes sean”. “Nunca nos dará lecciones un partido que sigue tomando decisiones desde una sede pagada con dinero B”, concluyó. Pero el PP no está dispuesto a soltar la presa en que la sombra de Ábalos le ha metido a menos de dos meses de las elecciones vascas y a cuatro de las europeas.
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