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Las reuniones en La Moncloa, una historia de encuentros y choques pero nunca de plantones

Ningún líder de la oposición dio largas para una cita o planteó la posibilidad de no acudir. Rajoy y Sánchez llegaron a acuerdos; e incluso Casado y el actual presidente lo hicieron

El entonces presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, recibe al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, en La Moncloa, el 6 de julio de 2017.
El entonces presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, recibe al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, en La Moncloa, el 6 de julio de 2017.Eulogio Martín Castellanos
Carlos E. Cué

Las reuniones entre el presidente y el líder de la oposición en La Moncloa son un clásico de la política española. Las ha habido largas y cortas, de acuerdo y de ruptura total, pero lo que nunca había pasado hasta ahora es que estuviera encima de la mesa la posibilidad de un plantón. El líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, lleva dos semanas dando largas al presidente, Pedro Sánchez, que le ha ofrecido hasta tres fechas diferentes para verse antes de final de año. El PP alega que antes de cerrar el encuentro quiere un orden del día por escrito. En La Moncloa contestan que es una excusa absurda: ya saben qué tres temas quiere tratar Sánchez —reforma del artículo 49 de la Constitución para eliminar el término “disminuido”, nuevo modelo de financiación autonómica, y renovación del Consejo General del Poder Judicial cuyo mandato lleva cinco años caducado— y Feijóo puede añadir los que quiera, por tanto, no hace falta ninguna negociación de un orden del día, algo que nunca se había hecho.

Un breve recorrido por las últimas reuniones, con Sánchez en el Gobierno, pero también cuando estaba en la oposición, da cuenta de la anormalidad de la reacción del PP en esta ocasión. Incluso en momentos de mucha tensión política, Pedro Sánchez y Pablo Casado llegaron a acuerdos y renovaron órganos como el Tribunal Constitucional o el consejo de administración de RTVE. Y cuando Sánchez estaba en la oposición, también alcanzó acuerdos importantes con Mariano Rajoy, especialmente sobre la respuesta al proceso independentista catalán a través de la aplicación del artículo 155 de la Constitución. También hubo sonoros desencuentros, pero nunca fue tan difícil algo tan simple como cerrar una fecha para una cita.

2015: Pacto antiyihadista. Pedro Sánchez llevaba aún poco tiempo al frente del PSOE —ganó las primarias en 2014— cuando acudió a La Moncloa para firmar el primer gran acuerdo con Mariano Rajoy, al que entonces criticaba de forma dura por el caso Gürtel y por su política económica. Ambos fueron capaces de cerrar un acuerdo contra el terrorismo que recordaba al pacto que, también con el PSOE en la oposición, había promovido José Luis Rodríguez Zapatero en el año 2000 nada más llegar a la secretaría general: el pacto antiterrorista. El PP llegó a decir que era “un conejo en la chistera” que se había sacado Zapatero, pero José María Aznar y Javier Arenas acabaron firmándolo. Rajoy y Sánchez se congratularon por el pacto en 2015. “Consensos como el que ahora forjamos contribuyen a hacer de España un país más seguro”, dijo Rajoy. “Este acuerdo concede más eficacia a la lucha contra el terrorismo sin limitar la libertad de los españoles”, remató Sánchez.

2017: Acuerdo para aplicar el artículo 155 en Cataluña. El 6 de julio de 2017, con el procés en pleno apogeo, a menos de tres meses del referéndum, Rajoy y Sánchez se vieron en La Moncloa y reafirmaron, tras dos horas y media de conversación, su “coincidencia sustancial en lo fundamental”: su rechazo a la consulta sobre el derecho de autodeterminación fijada para el 1 de octubre. Sánchez reclamó “vías de diálogo”, pero el mensaje de esa reunión fue de acuerdo. El portavoz del Ejecutivo, Íñigo Méndez de Vigo, llegó a decir que el buen tono de la cita “abría vías” para futuros acuerdos. Y los hubo. El 7 de septiembre, seis días después del referéndum, Sánchez acudió a La Moncloa cuando le citó Rajoy y le ofreció “todo el apoyo del PSOE” en la “defensa de la democracia” frente al referéndum independentista. Después hubo muchas más conversaciones, y Sánchez apoyó la aplicación del artículo 155 con la destitución del Gobierno y la intervención en la gestión de determinadas áreas de la Generalitat. En mayo de 2018, ambos se volvieron a ver y reforzaron su acuerdo sobre el 155 “para la defensa del orden constitucional en España y ante los socios europeos”, según el comunicado pactado.

2018-2019: Primeros acuerdos entre Sánchez y Casado. Cuando Sánchez llegó a La Moncloa, la relación con Pablo Casado no fue fácil. El líder del PP adoptó un tono de extrema dureza, y el presidente le contestó con idénticas armas. El ambiente electoral era evidente, y los populares reprochaban a los socialistas la moción de censura. Pero aún así, hubo acuerdos y no hubo plantones. Sánchez y Casado pactaron la renovación del CGPJ a finales de 2018, con Manuel Marchena de presidente, algo que se truncó por el SMS en el que el portavoz del PP en el Senado, Ignacio Cosidó, le decía sus compañeros que con Marchena controlarían “la Sala Segunda por detrás”. La campaña de 2019 fue durísima, pero cuando acabó, Casado y Sánchez se vieron en La Moncloa y acordaron “abrir un canal de comunicación permanente sobre Cataluña”. Casado rechazó abstenerse, como le pedía Sánchez para no depender de Podemos y los independentistas, pero pidió a Albert Rivera, líder de Ciudadanos, que lo hiciera. Fue Rivera, de hecho, el único líder que se animó a dar plantón a Sánchez cuando le llamó una segunda vez. Es el único antecedente que hay, aunque no era el líder de la oposición, sino del tercer partido.

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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el entonces líder del PP, Pablo Casado, en La Moncloa el 17 de febrero de 2020.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el entonces líder del PP, Pablo Casado, en La Moncloa el 17 de febrero de 2020.Julián Rojas Ocaña

2021: Sánchez y Casado pactan el Constitucional y RTVE. 2020 fue un año difícil, y en plena pandemia, Casado, que llegó a votar en contra de varias prórrogas del estado de alarma, fue implacable con el presidente, aunque le reprochaba que no le ofreciera una reunión. Finalmente, se vieron por videoconferencia y lograron un pacto de mínimos sobre la comisión para la reconstrucción después de la pandemia. Hubo reuniones entre Sánchez y Casado muy duras. Pero en 2021 sí hubo acuerdos importantes, pese a que la tensión política era muy fuerte. Primero pactaron la renovación del consejo de administración de RTVE, a principios de año, y después, a finales, del Tribunal Constitucional, el Tribunal de Cuentas y el nuevo Defensor del Pueblo. No hubo pacto del CGPJ porque el PP vetó al juez De Prada, magistrado de la sentencia del caso Gürtel, pero estuvo muy cerca dos veces, en 2020 y 2021.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, en La Moncloa, el 10 de octubre de 2022.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, en La Moncloa, el 10 de octubre de 2022.Jaime Villanueva

2022: Dos reuniones sin ningún acuerdo entre Sánchez y Feijóo. Casado cayó en febrero de 2023 tras su denuncia del supuesto escándalo del hermano de Isabel Díaz Ayuso, que en plena pandemia obtuvo más de 200.000 euros de comisiones por su mediación en una venta de mascarillas a la Comunidad de Madrid y otras gestiones. El asunto fue archivado por la Fiscalía Anticorrupción tras abrir una investigación. Cuando llegó al poder Alberto Núñez Feijóo, se instaló la idea de que habría un giro y serían posibles algunos acuerdos, sobre todo la renovación del CGPJ. Sánchez citó rápidamente a Feijóo en La Moncloa y le ofreció un acuerdo de 11 puntos. Feijóo se quejó de que había conocido esa propuesta en la prensa antes de llegar a la reunión, y la cita se cerró sin ningún acuerdo, aunque se abrió la posibilidad de que los hubiera más adelante. Pasaron los meses, y no había ningún avance. Hasta que la dimisión de Carlos Lesmes, presidente del CGPJ, en octubre, forzó una nueva reunión, esta vez de tres horas, y la apertura de nuevas negociaciones que estuvieron casi cerradas hasta que Feijóo se echó para atrás con el argumento de que no podía pactar con Sánchez porque le había admitido que tenía intenciones de reformar el delito de sedición en el Código Penal para beneficiar a los independentistas encausados por el procés. Desde entonces, la relación ha sido prácticamente nula, los dos líderes ni siquiera se saludan en los actos públicos en los que coinciden, pero ahora La Moncloa quiere hacer un nuevo intento de negociación y el PP de momento da largas. Feijóo aún no ha rechazado de plano ir a La Moncloa, algo que sería inédito, pero sí está poniendo unas dificultades para un encuentro que sus predecesores como jefes de la oposición, tanto del PP como del PSOE, jamás habían planteado.


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