El PP insiste en sus excusas y no aclara si Feijóo se reunirá con Sánchez

El PP sostiene que la petición u ofrecimiento que hizo hace dos semanas el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al líder de los populares, Alberto Núñez Feijóo, para que ambos se reúnan en La Moncloa antes de fin de año es una “trampa” para evitar que se hable esta semana de otros asuntos como el pacto entre socialistas y EH Bildu en Pamplona. El portavoz nacional del PP, Borja Sémper, ha insistido este lunes en que no van a “caer en ese anzuelo”, pero no ha aclarado si eso significa que Feijóo da portazo a la reunión. El PP, que lleva días posponiendo esa respuesta y que ya puso como condición la semana pasada que el presidente les enviara un “orden del día” de la cita, ha revestido hoy algo más sus exigencias: los populares requieren un guion formal, por escrito, pactado entre gabinetes y en el que sean incluidos asuntos de su interés, aunque Sémper no ha querido decir cuáles son.

En La Moncloa hay estupefacción por la estrategia del PP de retrasar la respuesta al ofrecimiento de una reunión, algo que consideran “inaudito” porque nunca un jefe de la oposición ha rechazado una cita con el presidente del Gobierno. El único político que hizo algo similar fue Albert Rivera, líder de Ciudadanos, que rechazó un encuentro con Sánchez para negociar un posible apoyo a su investidura en 2019, algo que en su momento fue muy criticado. Pablo Casado nunca rechazó ni dio largas a un encuentro con Sánchez. Al contrario, se quejó en varias ocasiones de que no le llamaba. Tampoco lo hizo el propio líder del PSOE cuando era el jefe de la oposición y gobernaba Mariano Rajoy, que le citó varias veces y pactó con él cuestiones relevantes como el apoyo a la aplicación de artículo 155 de la Constitución en Cataluña tras la declaración de independencia. El equipo de Sánchez ha ofrecido tres fechas al de Feijóo: 18, 22 y 29 de diciembre, y el equipo del líder del PP aún no ha dado una respuesta, a pesar de que la primera posibilidad ya ha decaído. “En un hecho inaudito en democracia, el PP no ha respondido a la propuesta del presidente del Gobierno. ¿Por qué el Sr. Feijóo no quiere ir a esta reunión? Basta de excusas”, señalan fuentes de La Moncloa.

El Gobierno ya dijo hace dos semanas que los asuntos a tratar eran tres: la renovación del Consejo General del Poder Judicial (que lleva cinco días con el mandato caducado), el nuevo modelo de financiación autonómica y la reforma del artículo 49 de la Constitución para eliminar el término “disminuidos” referido a las personas con discapacidad. Pero el PP alega que no ha habido una comunicación formal de La Moncloa detallando esos asuntos ni incluyendo los que los populares quieran plantear. La Moncloa insiste en que Sánchez está abierto a que Feijóo incluya además los asuntos que estime oportunos. Lo que rechaza el equipo del presidente es la exigencia del PP de pactar un orden del día por escrito formal, porque creen que es una maniobra dilatoria de los populares y que lo importante es acordar la fecha.

El presidente del Gobierno lanzó la propuesta de la reunión en un corrillo con periodistas el pasado 6 de diciembre, en el acto institucional del 45º aniversario de la Constitución. Ya entonces los periodistas le comentaron sobre la marcha esa propuesta a Feijóo y desde el primer minuto en el PP pusieron reparos, por las formas y porque desconfiaban del fondo de esa iniciativa. El jefe del Gabinete de Sánchez, Óscar López, llamó por teléfono el día 11 a la jefa de gabinete de Feijóo, Marta Varela, y le ofreció tres fechas posibles para el encuentro: 18, 22 y 29 de diciembre. Los socialistas trasladaron también a los periodistas las tres cuestiones que querían poner sobre la mesa: el CGPJ, la financiación autonómica y el artículo 49 de la Constitución. Tres asuntos que requieren un acuerdo entre los dos principales partidos españoles, pero que llevan encallados años.

El PP sostiene que Óscar López se fue por las ramas cuando le demandaron concreción sobre la agenda de ese hipotético encuentro. Y remarcan que desde entonces no ha habido más comunicación que para apuntar las posibles fechas para verse. En La Moncloa subrayan que los tres asuntos adelantados por el presidente a los periodistas son un punto de partida y que ellos no se cierran a incluir otras materias. Pero el PP no se fía de Sánchez en nada, tampoco de su gabinete, y quieren todo por escrito y de manera formal. Además, entre medias se ha cruzado el anuncio del apoyo de los socialistas navarros a la moción de censura con la que EH Bildu se hará con el Ayuntamiento de Pamplona, un movimiento que el PP tacha de escandaloso y que ha vuelto a enfriar la posibilidad de una comunicación constructiva entre Sánchez y Feijóo.

Borja Semper insistió este lunes en las condiciones que ponen los populares. El PP, subrayó su portavoz, es un “partido institucional” que nunca va a negarse a “sentarse a hablar”. Pero quiere determinadas garantías. “La situación por la que atraviesa España es de tal gravedad”, ha dicho Sémper, que es “una vergüenza” que Sánchez lanzara la propuesta de reunión a través de los medios de comunicación y no por escrito y entre los respectivos gabinetes. El PP exige un guion en el que figuren los contenidos a exponer y en el que se integren los temas que Feijóo plantee. Sémper no ha querido decir cuáles son esos temas para no caer, según ha argumentado, en la misma falta de “seriedad” de La Moncloa, pero sí ha anticipado que en el orden del día debería estar la independencia del poder judicial. El portavoz del PP remarcó varias veces que el PP no sabe aún de qué quiere hablar el presidente, pese a que hace dos semanas que se conocen las tres reformas que Sánchez fijó como sus prioridades. Así, y pese a la insistencia de los periodistas, Sémper no aclaró si Feijóo acepta o rechaza reunirse con el presidente.

El portavoz, por otra parte, anunció que el PP presentará una moción en todos los Ayuntamientos de España para que los concejales del PSOE se retraten sobre el pacto con EH Bildu en Pamplona. Sémper consideró que con esa alianza el PSOE y Sánchez superan todos los límites de la “indignidad” y de los “principios éticos”, por facilitar el gobierno de una capital de provincia a un partido que sigue asumiendo que ETA tuvo alguna razón de ser.