El sello de calidad Eusko Label da luz verde al certificado de bienestar animal

Las 200 vacas de Eli Egiguren campan a sus anchas en la montaña de Azpeitia (Gipuzkoa). La ganadera se ocupa de que sus animales dispongan en todo momento de una buena alimentación y gocen de unas condiciones confortables cuando viven bajo techo, estén siempre sanos, sin estrés, y puedan desenvolverse de la forma más natural posible. Son exigencias que imponen las directivas europeas sobre bienestar natural, aunque Eli Egiguren prefiere resumirlas en dos palabras: “sentido común”. “Yo cuido al ganado como me gustaría que me cuidaran a mí. No hay otro secreto”, afirma la criadora. La carne que se obtiene de sus vacas y terneros se comercializa desde hace 30 años con el sello Eusko Label de calidad. A partir de este mes de septiembre las chuletas y filetes que produce también lucirán el certificado de bienestar animal.

Eusko Label engloba a 18 familias de productos que llevan la etiqueta de calidad que identifica “los productos agroalimentarios producidos, transformados y elaborados en el País Vasco cuya calidad, especificidad o singularidad superan la media general”. Josu Garaialde, director de Mercado de la Fundación HAZI del Gobierno vasco, afirma que hace tres décadas, cuando Eusko Label comenzó a promover el bienestar animal entre los productores agroalimentarios “nadie demandaba esta cuestión”, pero agrega: “La sociedad exige ahora que, además de consumir productos de origen animal de alta calidad, estos se hayan criado con criterios de bienestar. Por eso, ha llegado el momento de presentar al consumidor que los productos con nuestro label cuentan con todas las garantías de buen trato a los animales”.

El cordero lechal, la carne con Eusko Label, el pollo y los huevos de caserío, el vacuno de leche y el cerdo de caserío llevarán a partir de ahora un distintivo especial: “Promovemos el bienestar animal” es la leyenda en euskera y castellano que remarcará las buenas prácticas de los ganaderos durante toda la cadena de producción. José Pablo Larrea, trabajador de la sociedad cooperativa Harakai-Baserria km 0 (agrupa a 316 ganaderos y 70 empleados), asegura que la creación del nuevo sello “no cambiará la forma de trabajar en el campo, en el campo, en el transporte, en ninguna de las fases de la crianza, porque ya se están cumpliendo todos los parámetros que exigen las normativas en materia de bienestar animal”.

Los ganaderos deben cumplir “cinco libertades” definidos por la Organización Mundial de Sanidad Animal. Los animales tienen que vivir libres de hambre, sed y desnutrición, libres de temor y angustia, libres de molestias físicas y térmicas, libres de dolor, lesión y enfermedad, y libres de manifestar un comportamiento natural. “Se trata de que cuenten con comida y agua suficiente, tengan zonas de sombra en el campo y que las instalaciones de la cuadra tengan luz natural, estén limpias y sean espaciosas”, explica Egiguren, que al menos una vez al año recibe en su caserío Zelaiaran a inspecciones de la Diputación de Gipuzkoa que realizan controles periódicos para vigilar que se cumplen todos los requisitos citados.

El Gobierno vasco ha concedido este año ayudas por 200.000 euros para apoyar a titulares o agrupaciones de explotaciones ganaderas en los costes por la obtención de la certificación Welfair en bienestar animal. Garaialde asegura que “la promesa de valor que le hace Eusko Label al consumidor es que está adquiriendo un producto local, con una calidad superior y que da seguridad alimentaria. Al comprarlo tiene la garantía de que la producción se ha llevado a cabo con criterios muy exigentes, como que los animales estén en libertad, tengan acceso a suficiente alimentación y agua a libre disposición, estén tratados en buenas condiciones y en unas buenas instalaciones de cobijo”.

El nuevo sello, dice el responsable de HAZI (entidad dedicada a coordinar y catalizar proyectos estratégicos que impulsan la competitividad y la sostenibilidad de la cadena de valor alimentaria y forestal del medio rural y litoral de Euskadi), “pone en valor ante el consumidor que además de calidad, seguridad alimentaria y del país, está comprando un producto que garantiza los animales han sido criados en las granjas bajo los protocolos de atención máxima”. Y añade que las características de las explotaciones ganaderas del País Vasco, en un 99% formada por pequeños productores, “facilitan que el cuidado de los animales sea el mejor”.

Larrea apunta que el cumplimiento de las exigencias en materia de calidad y bienestar animal “es crucial” para la actividad que desarrollan, porque es “la manera de identificarnos ante el consumidor, al que se le dan garantías sobre las características de los productos, los controles que han superado desde que nace el animal hasta que se comercializa”. “Esto es una seña de identidad que mantenemos durante 30 años”, agrega, “y nos ha permitido sobrevivir en un mercado en el que, si no fuese por esta diferenciación en la producción, sería imposible aguantar tanto tiempo”. La gran diferencia ahora es que los productos de origen animal con label de calidad llevarán una etiqueta que certifica el bienestar animal en las ganaderías.