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La costa mediterránea, el cortijo de los fugitivos más buscados

La Policía Nacional ha detenido a más de 200 prófugos en lo que va de año, la mayoría de ellos en Málaga, Levante y Cataluña

Mariel Delgado
El exdirector de la petrolera estatal mexicana Pemex, Emilio Lozoya, detenido en febrero de 2020 en Marbella, donde se ocultaba bajo una identidad falsa.
El exdirector de la petrolera estatal mexicana Pemex, Emilio Lozoya, detenido en febrero de 2020 en Marbella, donde se ocultaba bajo una identidad falsa.Jon Nazca (Reuters)

Robert Czik iba cada mañana a desayunar a la misma cafetería de Puerto Banús. Parecía un ciudadano normal y corriente, pero no lo era. Bajo sus gafas de sol se escondía la mirada de uno de los delincuentes de cuello blanco más importantes de Polonia. Czik, de 44 años, dirigía un grupo criminal dedicado a blanquear grandes sumas de dinero sucio. Tras fugarse de su país hace unos años, decidió esconderse en Marbella, destino habitual de fugitivos de la justicia, donde llevaba una vida discreta hasta que la policía dio con él hace unas semanas y lo puso a la sombra.

Czik es uno de los 225 fugitivos que han caído en España en lo que va de año. Los criminales más buscados de Europa han encontrado en la costa mediterránea su particular cortijo. Atraídos por el clima, como cualquier turista, se instalan en zonas populosas de veraneo como Marbella, Alicante o Barcelona, donde tratan de pasar desapercibidos ocultándose bajo identidades falsas y camuflándose en sitios de grandes urbanizaciones y comunidades foráneas, como la Costa del Sol. A sus espaldas pesan delitos de tráfico de drogas, crimen organizado, homicidio o agresiones sexuales. Tras cometerlos huyen de sus países de origen con el fin de eludir la justicia. Y a cientos de ellos los atrapan en España.

Hace unos días cayeron en Calpe tres de los prófugos más buscados de Europa que se encontraban allí de vacaciones. Eran narcotraficantes y se enfrentan a una condena de cadena perpetua en Hungría. Los detenidos continuaban introduciendo droga en Hungría desde España, oculta dentro de camiones. Sus nombres —que no han trascendido— estaban incluidos en la lista Game Over en la que figuran los 50 delincuentes más buscados del Viejo Continente.

“En verano siempre aumentan las detenciones”, señala el inspector Fernando González, jefe de la Unidad de Localización de Fugitivos de la Policía Nacional. Una de las razones es que los agentes saben dónde buscarlos: al escoger España por el clima, estos delincuentes se instalan en zonas costeras y de veraneo donde hay un alto volumen de extranjeros para pasar inadvertidos.

El inspector Fernando González, jefe de la Unidad de Localización de Fugitivos, el miércoles en el complejo policial de Canillas
El inspector Fernando González, jefe de la Unidad de Localización de Fugitivos, el miércoles en el complejo policial de CanillasINMA FLORES

El perfil más común del fugitivo detenido en España es el del narcotraficante, aunque hay de todo: violadores, estafadores e incluso asesinos. Es el caso de Francelys María Furcal, la fugitiva más buscada de República Dominicana, acusada de matar a su jefe tras una acalorada discusión, que fue detenida en Madrid hace unos días. O de Libélula, buscado por Francia por asesinar a un miembro de una banda rival y por pertenencia a organización criminal. Fue arrestado a principios de este mes en Girona tras intentar huir de la policía saltando entre varios edificios.

“Lo bonito de este trabajo es que nunca sabes lo que te vas a encontrar cuando llegas a la oficina”, comenta uno de los policías de la sección que participó en la reciente detención de un fugitivo reclamado por Italia por participar en un robo de droga en el que tirotearon e hirieron de gravedad a dos narcotraficantes. El arresto de este individuo, calificado como “extremadamente peligroso”, se complicó porque el hombre se resistió ferozmente, e incluso siguió dando patadas dentro del coche policial.

La Unidad de Localización de Fugitivos recibe al año 4.000 solicitudes de colaboración internacional para localizar a estos individuos, según datos del Ministerio del Interior. De los 346 detenidos el año pasado, el 11% tenía una orden de detención emitida por Alemania (37), el 10% de Italia (35), el 7% de Rumanía (23), el 6% de Francia (22) y el 4% de Polonia (14).

En general, los que se esconden en España tratan de llevar un perfil bajo y no continúan con las actividades por las que son buscados. “Se han dado casos de narcotraficantes que han seguido operando desde aquí, o también algunos atracadores que han seguido cometiendo delitos, pero los que han cometido delitos más graves, como los homicidas, es poco frecuente que perpetren aquí más crímenes”, detalla González, que lleva desde 2019 en el cargo.

Entre los que fueron arrestados el año pasado se encontraba Michel J. Pratt, uno de los 10 más buscados por el FBI, que fue condenado a cadena perpetua en Estados Unidos por delitos de pornografía infantil, explotación y agresión sexual y ganancias ilícitas de más de 16 millones de euros. Era la primera vez que España capturaba a un delincuente de esa lista de criminales. Pratt se encuentra ahora en la cárcel de Soto del Real a la espera de ser extraditado a Estados Unidos. “La captura del depredador Pratt en Madrid ha sido mi regalo de Navidad”, escribió Cati, una de sus víctimas, en un mensaje publicado en Facebook. Cati tenía 19 años cuando fue captada por la organización de Pratt. Según su testimonio, la obligaron a grabar vídeos porno que se acabaron haciendo virales “Los vio hasta mi familia”, señala la víctima en el mensaje.

“Nunca sabes cuándo vas a encontrar esa pista que te va a llevar a localizar al fugitivo”, sostiene González. El polaco Robert Czik, a pesar de ser extremadamente cuidadoso, cometió un error que fue clave en la investigación policial: ir siempre al mismo sitio a desayunar. Ese hábito lo delató.

España preside la Red Europea de Fugitivos

En los años noventa, cuando desaparecieron las fronteras en Europa, los delincuentes que querían escapar de la justicia empezaron a tener más facilidad de movimiento. Se desató una avalancha de peticiones de colaboración entre países para buscarlos. A partir de entonces, “España se configura como una especie de coworking criminal, un buen sitio para hacer negocios donde empiezan a venir criminales de todas partes del mundo”, sostiene González.

En 2004, cuando entra en vigor en España la Orden Europea de Detención y Entrega, se creó el Grupo —formado inicialmente por cinco personas— de Localización de Fugitivos en España para atender esa avalancha de peticiones. Actualmente, existe una red nacional: en cada provincia hay un punto de contacto especializado en este campo. “Normalmente, son grupos de Crimen Organizado que hacen sus investigaciones y cuando nosotros [la unidad central] necesitamos un apoyo son a los que nos dirigimos, el propósito es la rapidez”, subraya González.

En el 2010 se creó la Red Europea de Fugitivos (Enfast) —que preside actualmente España— para mejorar la coordinación entre países. 


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