La justicia europea decide este miércoles si Puigdemont mantiene su inmunidad como eurodiputado
El Tribunal General de la UE debe sentenciar sobre el recurso que presentaron el ‘expresident’ y los exconsejeros Comín y Ponsatí sobre la decisión de la Eurocámara de levantarle el blindaje y permitir que se tramite su entrega a España
Todas las miradas políticas estarán en la mañana de este miércoles fijadas en el juez de Luxemburgo responsable de leer, a primera hora, las sentencias del día del Tribunal General de la Unión Europea (TGUE). El tribunal de primera instancia de la UE debe decidir si retira o confirma la inmunidad parlamentaria del expresident catalán Carles Puigdemont y los también eurodiputados independentistas Toni Comín y Clara Ponsatí.
No es una decisión final, puesto que todavía se puede apelar ante el Tribunal de Justicia de la UE (TJUE). Pero a menos de 20 días de las elecciones generales, y en un cargadísimo ambiente político, el veredicto de los magistrados europeos tiene en vilo a buena parte de la política española. Y a la justicia, puesto que de esa decisión depende en gran parte si el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena emite una nueva orden de detención europea o mantiene paralizados los trámites de entrega, que han vivido un constante baile desde que los responsables políticos catalanes huyeran de España a finales de octubre de 2017.
Los jueces europeos deben decidir si desestiman o aceptan el recurso presentado por los eurodiputados independentistas en mayo de 2021 solicitando que el TGUE anule la decisión de la Eurocámara de aceptar, por una amplia mayoría, el suplicatorio enviado por el Supremo desde Madrid para poder actuar contra ellos. Si desestiman el recurso, lo que implicaría de facto la retirada de la inmunidad, se espera —incluso la defensa de los eurodiputados independentistas— que Llarena emita una nueva euroorden para reclamar la entrega de Puigdemont y Comín por los delitos de malversación y desobediencia. Ambos estaban reclamados por sedición, pero la reciente reforma penal que ha derogado este delito ha hecho decaer esa parte del procesamiento.
El Tribunal Supremo es optimista respecto a la sentencia de este miércoles porque considera que el TGUE no va a entrar a fiscalizar una decisión puramente política, como es la concesión del suplicatorio. Pero el alto tribunal también es consciente de que la retirada de la inmunidad y la emisión de una nueva euroorden no implica una entrega automática de Puigdemont por parte de Bélgica, un país que siempre se ha mostrado reacio a entregar a delincuentes reclamados por España. Lo que está claro es que si el TGUE levanta la inmunidad, el expresident perderá el blindaje que hasta ahora le hacía intocable en Europa y volverán a ponerse en marcha los trámites para su entrega. El expresidente catalán se arriesgará a ser detenido si sale de Bélgica.
No obstante, los abogados de Puigdemont, Comín y Ponsatí ya han adelantado que recurrirán de inmediato la decisión de este órgano de primera instancia ante la institución superior, el Tribunal de Justicia de la UE (TJUE). Además, mientras este delibera una decisión final, pedirán nuevamente medidas cautelares como las que ya les concedieron en mayo del año pasado y que les devolvieron de provisionalmente la inmunidad que podría retirarles ahora el TGUE. La posibilidad de presentar recurso no demorará, sin embargo, los siguientes pasos del Supremo, que prevé lanzar la orden de detención sin esperar a que las posibles impugnaciones se presenten y se resuelvan.
En el caso de que los jueces de Luxemburgo den la razón a los representantes europeos de JuntsxCat, el Supremo tendría que esperar a que los eurodiputados pierdan la inmunidad por el fin de la legislatura europea, la próxima primavera. La defensa de Puigdemont cree que una victoria este miércoles supondrá el fin definitivo del largo laberinto jurídico en que están implicados desde antes de su elección como eurodiputados, en mayo de 2019. Porque aunque esa decisión también es apelable, la defensa de los eurodiputados catalanes ha puesto en duda el deseo de la Eurocámara, contra quien iba su demanda, de arriesgarse a que el TJUE pueda ratificar la decisión del tribunal inferior, algo que considera sería “muy comprometedor” para el Parlamento Europeo. España, por su parte, no puede recurrir autónomamente, al ser una “parte subordinada” al Parlamento Europeo en este caso, según estas fuentes.
La gran incógnita en este caso será qué hace Puigdemont, quien desde finales de 2017 no ha vuelto a pisar territorio español. Su defensa ha evitado adelantar si volverá a España en caso de que recupere la inmunidad de forma ya más sólida —por ahora la tiene todavía solo por las medidas cautelares del TJUE—, lo que depende sobre todo, según las fuentes, de si se retira la orden de detención nacional que sigue pesando contra él y contra Comín y Ponsatí. El alto tribunal no tiene previsto, sin embargo, dejar sin efecto la orden de detención nacional porque considera que Puigdemont no tiene inmunidad en España, ya que fue elegido eurodiputado cuando ya estaba procesado. Es decir, aunque el expresidente catalán mantuviera el privilegio como europarlamentario de poder desplazarse por Europa sin riesgo a ser detenido, sí se arriesgaría a ser arrestado si pisa suelo español.
A las puertas de la campaña para las elecciones del 23 de julio, la decisión de este miércoles ha levantado una gran expectativa en la política catalana. Muestra de ello es el viaje a Bruselas de la consellera de Acción Exterior, Meritxell Seret, que ha querido estar en la capital belga —donde los interesados esperarán la sentencia de Luxemburgo y procederán a comentarla en la misma jornada del miércoles— para estar “al lado” del expresidente catalán, según ha dicho este martes la portavoz del Gobierno catalán, Patricia Paja.
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