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La sequía irrumpe en la campaña y acelera el debate sobre la gestión del agua

La conversación entre un ecologista y un regante muestra las aristas de un conflicto en el que se mezclan las necesidades de la producción agrícola y la urgencia de un cambio de modelo ante el avance del cambio climático

Sequia
Rafael Seiz, coordinador de Política de Agua de WWF, y Pepe Andújar, presidente de riegos del Levante Margen Derecha y miembro de la junta directiva de Fenacore, en el trasvase Tajo-Segura a su paso por La Roda (Albacete).Luis Sevillano
José Marcos
La Roda (Albacete) -

España mira al cielo sedienta de que se cumpla el refranero, pero este mes traerá, en vez de la esperada lluvia de mayo, una campaña electoral más crispada aún por los estragos del cambio climático. La sequía se ha convertido en uno de los ejes de discusión de las elecciones del 28-M, espoleada por una sucesión de marcas funestas: 2022 fue el año más cálido desde el comienzo de la serie histórica en 1961; lo mismo que el pasado mes de abril, el más cálido y seco desde que existen registros, con unas temperaturas 3°C por encima de lo habitual y solo el 22% de las precipitaciones usuales, según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). El parque nacional de Doñana, convertido en un cuadrilátero donde el PSOE y el PP contraponen la bandera medioambiental y las promesas a los agricultores, ha abierto un nuevo frente en la llamada guerra del agua, un asunto en el que, hasta hace unas semanas, todas las pasiones e intereses contrapuestos los acaparaba el recorte del trasvase Tajo-Segura.

EL PAÍS reunió este lunes en las afueras de La Roda (Albacete) a un regante y a un ecologista en un espacio tan simbólico como la infraestructura hídrica que ha convertido a Murcia, Almería y el sur de Alicante en la huerta de Europa con agua procedente de la cabecera del Tajo, a casi 300 kilómetros de distancia. La gran cañería del trasvase fue inaugurada en 1979.

“En España hay agua para todo y para todos desde que regulamos los ríos. La naturaleza está al servicio del hombre, pero el hombre la tiene que cuidar. El cambio climático nos va a limitar, pero las dificultades están para que las salvemos, como venimos haciendo desde los romanos”, defiende Pepe Andújar, de 81 años, presidente de Riegos del Levante Margen Derecha y vocal de la junta directiva de la Federación Nacional de Comunidades de Regantes de España (Fenacore). Rafael Seiz, de 38 años y coordinador de Política del Agua de la ONG WWF, replica:“Somos el quinto país del mundo en número de infraestructuras y de presas, eso nos permite garantizar el agua para muchos de los usos que le damos, pero no la estamos utilizando de una manera sostenible. Yo diría que no hay agua para todo, no tenemos recursos ilimitados y no podemos dominar la naturaleza, pero sí podemos adaptarnos. Sí podría haber agua para todos si la utilizamos de otra manera”.

El trasvase Tajo-Segura en su camino a las zonas de cultivo de regadío de Alicante, Murcia y Almería.
El trasvase Tajo-Segura en su camino a las zonas de cultivo de regadío de Alicante, Murcia y Almería.Luis Sevillano

La sequía de larga duración que España padece desde diciembre está provocando escenas de otro tiempo, como la procesión de Nuestro Padre Jesús Nazareno por las calles de Jaén rogando agua por primera vez desde 1949. Entre el 1 de octubre y el 2 de mayo ha llovido un 26% menos de lo normal, según Aemet. Los expertos ponen sus esperanzas en otoño. Con los embalses al 49,6% de su capacidadun punto menos que hace un año—, el debate sobre la sostenibilidad del sector primario y la condición de España como potencia exportadora de cultivos intensivos de regadío se ha acelerado.

“España tuvo un problema grave siempre: éramos un país deficitario en nuestras exportaciones y por tanto nuestro PIB no cubría las importaciones. Se necesitaban divisas y nos llevaron el agua [a la zona del Levante]. El objetivo era que el agua se transformara en dinero. Nos indujeron a ser agricultores y a competir con países de África donde las condiciones de vida y los sueldos no tienen nada que ver. Producir barato ha ido en contra de producir bien. Si no podemos vivir de nuestro trabajo, ¿qué porvenir le damos a nuestros hijos?”, expone el responsable de Fenacore, organización que aglutina a 700.000 regantes y más de dos millones de hectáreas, lo que equivale a más del 80% del regadío nacional agrupado en comunidades de regantes.

Las exportaciones agroalimentarias españolas crecieron un 12,8 % en 2022 y alcanzaron los 64.248,4 millones de euros, según datos del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo. Entre las exportaciones del sector (16,5% del total), las frutas, hortalizas y legumbres continuaron siendo la principal partida (21.811 millones). Los regadíos, según Fenacore, concentran el 70% del agua que se emplea, frente al 10% del consumo humano. El resto es para la industria.

“La incertidumbre por el cambio climático nos afecta a todos y en el caso de los agricultores, además, es evidente que tiene una implicación en su economía familiar. Tenemos que ser capaces como sociedad de repensar esa manera de producir y de consumir alimentos”, apunta Seiz. “Y eso tiene que incluir también el salario que ellos reciben, qué incentivos se les da, si se prima la calidad frente a unos productos baratos que vienen de todo el mundo. Desde nuestro punto de vista, el sector es tanto víctima como verdugo. A ellos hasta ahora se les han dado incentivos principalmente para producir más y barato, llevándoles a una situación extrema”.

El especialista en agua de WWF también pone el foco en los consumidores: “Muchas veces forzamos a que haya una producción en todo momento, de todo tipo de productos. Hay una producción homogénea que responde a unos cánones estéticos más que unos cánones de calidad”. En un contexto marcado por la inflación, que en abril repuntó al 4,1% , ¿los españoles aceptarían pagar 30 céntimos más por un melón? “No todo el mundo, pero si el melón que yo ofrezco es muy bueno, muy dulce y está en su punto, y si encima se pusiera un cartel de cómo lo he producido, probablemente la gente estaría más dispuesta”, opina Andújar, que reivindica la eficiencia del riego por goteo para aprovechar al máximo el agua disponible. Sobre el agua desalada —la vía que defiende el Gobierno como alternativa para compensar el descenso del trasvase—, sostiene que solo tiene calidad suficiente si se mezcla con la procedente del río. Y además, subraya, es el triple de cara que el agua trasvasada.

Invernadero ilegal desmantelado en Bonares (Huelva), junto al parque de Doñana.
Invernadero ilegal desmantelado en Bonares (Huelva), junto al parque de Doñana.PACO PUENTES

La polémica por Doñana ha polarizado el debate público, aunque el regante y el ecologista comparten trinchera en las críticas a los partidos políticos. “En España todo el mundo da facilidades pero luego nadie firma papeles”, reprocha Andújar. “Empezaron a poner en producción una serie de tierras, con concesiones en precario, mientras los que mandaban en cada momento estaban a favor, y los otros [la oposición], callados. Y entretanto, las obras prometidas para llevar el agua no se han hecho”. Seiz coincide: “Ha habido una inacción por parte de las distintas administraciones para controlar y hacer una buena gestión de ese territorio. En WWF llevamos más de dos décadas denunciando la situación porque hemos visto esa expansión: se han repartido más derechos de los que indicaba la ciencia y la situación se ha descontrolado con la expansión del cultivo de frutos rojos en esa zona sin los permisos adecuados”.

La mayor discrepancia se produce cuando el agricultor afirma que los caudales ecológicos de los ríos son “un invento” que no aparece en la directiva marco de agua de la UE. El ecologista lo considera en cambio “un avance” y afirma que la directiva sí marca unas condiciones de mantenimiento de los ríos. Además de la normativa europea, varias sentencias del Tribunal Supremo obligan al Estado a fijar esos caudales en el Tajo y en el Ebro, que es lo que en el futuro obligará a recortar el volumen de agua trasvasada.

La sintonía entre ambos responsables, en todo caso, es mayor de la prevista. Y los dos terminan mostrando su preocupación y la necesidad de un trabajo conjunto:

“Sin vosotros”, dice el coordinador de agua de WWF dirigiéndose a los regantes, “es imposible avanzar hacia una solución real y sostenible en el tiempo”. “Pero no podemos seguir haciendo como hasta ahora, si no ponemos freno al modelo actual iremos hacia un colapso ecológico, económico y social. Pepe [Andújar] se ha enfrentado a sequías más duras, pero no se ha enfrentado a la incertidumbre climática que estamos viendo con temperaturas de récord, con veranos más largos y primaveras más cortas. Por el interés general, tenemos que ser menos vulnerables y estar menos expuestos”.

“Nosotros siempre confiamos que va a llover”, responde Andújar. ”Yo, cuando veo a los agoreros del clima que dicen que esto es el final, les respondo que el final no ha sido nunca... Somos la gente que nació mirando al cielo. Ahora hay una situación irregular, pero no significa que no esté lloviendo nada. Al final hay una España húmeda que va a seguir siéndolo aunque haya cambio climático. Nosotros tenemos que confiar que esa agua nos sirva. Estoy con aquellos que pensaron que en España siempre iba a haber una zona seca a la que había que mandarle agua”. Y apostilla, señalando a Seiz: “Él no es mi enemigo. Si está defendiendo que haya una naturaleza sana, no puede ser mi enemigo”.

Las medidas de las principales formaciones en la política del agua

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PSOE

Los socialistas proponen inversiones para modernizar regadíos aprovechando los fondos Feader, el Plan de Recuperación, los Presupuestos autonómicos y del Estado y la colaboración público-privada. Para los nuevos regadíos, el programa afirma que se impulsarán aquellos que sean sostenibles en cuanto a disponibilidad de agua, a su impacto en el medioambiente o a su viabilidad económica y social. El programa del PSOE recoge un PERTE (proyecto estratégico para la recuperación y transformación económica) para digitalizar el ciclo del agua, y aplicar nuevas tecnologías para "mejorar su gestión", "aumentar su eficiencia" y "reducir las pérdidas en las redes de suministro".
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PP

Los populares apuestan por un Pacto Nacional del Agua que integre a las comunidades autónomas y a los sectores afectados y que aborde las inversiones prioritarias para la gestión de los recursos hídricos. Propugnan también actuaciones que optimicen las
dotaciones mediante la modernización de los regadíos y, en colaboración con las comunidades de regantes, controlando el uso racional de fertilizantes. El programa aboga por usar las nuevas tecnologías para conseguir extraer "el máximo partido posible a cada gota de agua".
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VOX

El partido de extrema derecha recoge un plan de mejora de la gestión del agua para "eliminar las pérdidas" y reutilizar la de los sistemas de depuración y de lluvia. También plantea modernizar los sistemas de riego e integrar "los planes de regadío con los desarrollos agropecuarios". El programa menciona genéricamente unos "proyectos para la mejora y recrecimiento de presas y embalses para aumentar su capacidad" y "revisar los vertidos de aguas residuales".
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UNIDAS PODEMOS

IU apuesta por garantizar que los travases entre cuencas hidrográficas solo se realicen "cuando respeten el medioambiente, garanticen el suministro de agua para necesidades básicas y solo se ejecuten cuando haya excedente". El programa especifica que en ningún caso se puede comprometer el recurso "que es necesario para mantener los ecosistemas". La formación legislará para garantizar que "en ningún caso los recursos hídricos disponibles sirvan para cambiar el modelo agrícola o ganadero del territorio a otro insostenible con las condiciones climáticas, ambientales o de aporte hídrico natural de esa zona". La formación quiere endurecer las sanciones por contaminación del agua de acuíferos, ríos, embalses y el mar por vertidos ilegales o una mala depuración. Podemos no recoge referencias a la cuestión en su programa marco.


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Sobre la firma

José Marcos
Redactor de Nacional desde 2015, especializado en PSOE y Gobierno. Previamente informó del Gobierno regional y casos de corrupción en Madrid, tras ocho años en Deportes. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster de Periodismo de EL PAÍS. Trabajó en Starmedia, Onda Imefe y el semanario La Clave.

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