La tumba de Franco le cuesta al Estado 768 euros al mes

El mantenimiento de la tumba donde reposan los restos de Francisco Franco desde que fue exhumado del valle de los Caídos (ahora Cuelgamuros) le cuesta al Estado 768 euros mensuales, entre gastos de vigilancia y seguridad, administración y limpieza, según una respuesta del Gobierno al senador Carles Mulet, de Compromís. El dictador de España entre 1939 y 1975, y su esposa, Carmen Polo, reposan en el cementerio de Mingorrubio (El Pardo, Madrid) del que es titular el Ayuntamiento de Madrid, dentro de un panteón que pertenece a Patrimonio del Estado, que asume los gastos. El mayor coste es el del servicio de seguridad, 714,12 euros al mes, dado que el mausoleo se ha convertido en un lugar de homenaje y de exaltación del franquismo. El traslado del cuerpo, ejecutado el 24 de octubre de 2019, costo 125.920 euros, lo que incluye las obras en la cripta nueva. El reciente desenterramiento de José Antonio Primo de Rivera de Cuelgamuros para llevar los restos a un enterramiento privado del cementerio capitalino de San Isidro el pasado día 24 ha supuesto ya un coste conocido al Estado 9.200 euros solo en la exhumación y las tasas, un dinero también pagado por Patrimonio.

El senador Mulet, cuya actividad parlamentaria gira en gran medida en la vigilancia de la aplicación de las leyes de memoria, preguntó sobre el coste para la Dirección General de Patrimonio del Estado de la “unidad de enterramiento” (el nombre oficial de la tumba es a PA71 ACAPIL1 A 421429-8) donde yace Franco, que llegó al poder tras la Guerra Civil que desencadenó en 1936 con su golpe de Estado contra la Segunda República. Es la única tumba que gestiona el Estado en esa necrópolis, según Mulet.

La respuesta del Gobierno detalla que el servicio de seguridad genera un gasto de 8.569,44 euros al año (714,12 euros mensuales); 222,46 euros anuales en administración y gestión (18,54 euros cada 30 días) y otros 430 euros al año para limpieza, aunque el Gobierno matiza que esta última cantidad se refiere a “gastos de carácter no recurrente que se estiman en el entorno). Es decir, 9.221 euros al año, o 768 al mes. Las labores de mantenimiento están encargadas a la Sociedad Mercantil Estatal de Gestión Inmobiliaria del Patrimonio (Segipsa). Mulet considera este gasto “un dispendio de dinero público”, y sostiene que eso supone “que el genocida repose con honores de jefe de Estado”. Por ello, reclama al Gobierno que se plantee sacar los restos del dictador de dicho panteón para llevarlo a “unidades de enterramientos de la familia y no del Estado”.

Ese gasto anual, que se ha incrementado en más de 200 euros con respecto al año pasado, se suma a los 125.920,15 euros que costó todo el proceso de exhumación, traslado y nuevo enterramiento de Franco, situado muy cerca de la que fue su residencia oficial como jefe del Estado (el palacio de El Pardo), según contestó el Gobierno al propio Mulet en 2020. La extracción del cadáver de la basílica del Valle de los Caídos y el traslado costaron 16.467 euros, mientras que el gasto para acondicionar la cripta y vigilarla se elevó a 75.382,84. La reciente exhumación de Primo de Rivera ha supuesto de momento un gasto de 8.630 euros por las obras de la apertura de la tumba (había que retirar una losa de 1,5 toneladas) y 566,27 euros para la licencia el Ayuntamiento de San Lorenzo de El Escorial, donde está ubicado el valle. El Gobierno no ha facilitado aún el monto total del desembolso para cambiar de tumba al fundador de Falange.

La actual sepultura de Franco en el panteón de El Pardo fue abierta justo detrás de la de su esposa, en la zona central de la cripta de Mingorrubio. En la lápida que cubre ahora los restos del dictador solo figura su nombre, Francisco Franco. En la de su viuda se inscribió en su día: “Excma. señora Da. Carmen Polo Martínez Valdés. Vda. de Francisco Franco. Señora de Meirás. 11-VI-1901. 6-II-1988. RIP”. La familia de Franco ha recibido la instrucción de que tienen que avisar a los responsables del cementerio, a la policía y a Patrimonio cuando quieran acudir a visitar la tumba. Tanto la exhumación de Franco como la de Primo de Rivera se llevaron a cabo en aplicación de las leyes de memoria histórica y memoria democrática.