Feijóo mete en la refriega de la campaña electoral la presidencia española de la UE

Nada se escapa a la refriega de campaña y tampoco sucederá con la presidencia española de la Unión Europea, que comenzará oficialmente el 1 de julio y se extenderá todo el semestre final del año, más allá de la convocatoria de las elecciones generales. El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, de viaje los dos últimos días precisamente en Suecia, que ejerce ahora esa presidencia rotatoria, ha criticado desde Estocolmo el oscurantismo y la falta de información del Gobierno sobre sus planes para esa presidencia y ha pedido que se consensúe esa agenda y se presente en las Cortes. En el Gobierno han contemplado atónitos esas quejas que tachan de “ridículas” y pensaban que una cuestión tan institucional debería ser un asunto de Estado. La Moncloa reafirma que la agenda y las actividades de la presidencia de España de la UE las presentará pública y oficialmente Pedro Sánchez, a mediados de junio, 15 días antes de asumir el encargo, como se hace normalmente, para no opacar el mandato anterior.

Los ministerios, La Moncloa y los colaboradores más directos del jefe del Ejecutivo llevan meses cuidando al detalle todo lo relacionado con la presidencia española de la UE, que culminará además esta legislatura, tan peculiar y compleja, en la que Pedro Sánchez se ha querido esmerar en la proyección de su liderazgo internacional con una agenda particularmente intensa y con más de 90 viajes a citas multilaterales fuera de las fronteras españolas. Además, desde mayo de 2019, cuando asumió este cargo, Sánchez ha participado en entre 35 y 40 consejos europeos, ordinarios y extraordinarios, porque suelen celebrarse unos ocho al año, pero en 2020 fueron menos presenciales por la pandemia.

El equipo internacional del presidente está estudiando con mimo las distintas localizaciones de los diferentes encuentros —se repartirán por toda España— con otros jefes de Estado y de gobierno. Habrá consejos informales o cumbres en todas las comunidades autónomas —en algunas hasta dos, como en Andalucía—, algo que tampoco hacen todas las presidencias. Y Sánchez ha querido emprender una gira por diversos países de la UE para anticipar algunos de sus planes para ese periodo, que es un despliegue que también está bien considerado por sus homólogos europeos.

El presidente lleva ya varias semanas en el avión oficial para solventar esa gira. Hasta ahora ha pasado ya por las capitales de 10 países, en turnos de tres por cada desplazamiento: Austria, Eslovenia y Croacia; Irlanda, Dinamarca y Finlandia; y Chipre, Malta e Italia. También se organizó un encuentro bilateral en Bélgica. Antes de junio, cuando se presente toda la presidencia, Sánchez hará otra gira más y están previstas dos citas bilaterales. En total habrá cubierto ese expediente con 15 socios europeos. No es lo que hacen todas las presidencias. No es lo que ha hecho la actual presidencia sueca.

El líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, que no se maneja con igual soltura en el ámbito internacional, ha viajado esta semana precisamente a Suecia y allí ha celebrado varias reuniones. Tras esas citas ha arremetido contra la organización de la presidencia española. Lo ha hecho por comparación, al subrayar que tras diferentes reuniones con los principales responsables del Gobierno sueco, desde el primer ministro, Ulf Kristersson, a la secretaria general del Partido Moderado, Karin Enström, y la ministra para la UE, Jessika Roswall, sabía más de esa presidencia que de la española. “Lamentablemente estamos comprobando que tenemos más información de la presidencia sueca de la UE que de nuestro Gobierno sobre la española y eso, sin ninguna duda, es una anomalía”, reseñó Feijóo. A continuación, indicó que el PP ofrece “lealtad” al Ejecutivo para ese proyecto, pero exigió que esa carencia de información se corrija, que se ofrezcan explicaciones en los próximos días o semanas en las Cortes y que se consensúen algunos de los asuntos, objetivos y contenidos a abordar.

El vicesecretario Institucional del PP, el eurodiputado Esteban González Pons, ya había anticipado esas críticas el día anterior tras comprobar por un tuit del PSPV-PSOE de Valencia que el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, había precisado en un acto de esa formación que habría hasta dos cumbres ese semestre en esa comunidad autónoma. Pons estalló: “No solo estamos ante el único Gobierno que no informa a la oposición de su programa de presidencia UE, sino que el ministro de Exteriores se permite anunciar los actos de la presidencia en mítines del PSOE. ¿Cabe mayor desvergüenza? Empiezan a confundir el Estado con su partido”.

En el Ministerio de Exteriores, sin embargo, recalcan que el PP fue debidamente informado y que la lista de las ciudades españolas que albergarán consejos de la UE en ese semestre sí se comunicó oficialmente por parte del ministro Albares en la conferencia de asuntos relacionados con la Unión Europea en julio de 2022 y en septiembre de 2022 en la Comisión Mixta.

El Gobierno, en realidad, aún no ha presentado nada oficial y formalmente sobre la presidencia española de la UE, aunque sí se han ido desgranando algunos encuentros e ideas generales. La presentación se programará para mediados de junio, 15 días antes de asumir el encargo, como se hace habitualmente, entre otras razones para no solaparse ni tapar las actividades aún en curso de la anterior presidencia. En ese acto público, el presidente Sánchez dará a conocer las prioridades, el lema y hasta el logo de esa presidencia. No será un acto que se desarrolle en las Cortes, aunque luego esa información sí llegará al Congreso y el Senado en distintos tipos de comparecencias, preguntas o interpelaciones.

Las presidencias de turno de la UE las organizan y desarrollan los respectivos gobiernos en ejercicio en esos países. No se pactan como temas de Estado con la oposición, y de hecho se ha producido en alguna ocasión algún cambio de última hora en el partido al frente del Ejecutivo que debía asumir esa responsabilidad con giros y modificaciones sobre lo previsto por el Gabinete anterior. Las agendas sobre los asuntos fundamentales, además, no se improvisan de una presidencia para otra porque tienen un recorrido mucho más largo. No se resuelven asuntos complejos en la UE en seis meses. Tampoco sucederá ahora.

Lo que el presidente Sánchez sí ha ido adelantando son algunos de los ejes en los que la presidencia española incidirá más y son fundamentalmente cuatro: la autonomía estratégica abierta, el pacto de inmigración y asilo, la gobernanza económica y la reforma del mercado eléctrico. En el primer punto, el proyecto español pretende presentar en la futura cumbre de jefes de Estado y de gobierno de Granada un estudio que implique a los 27 países de la Unión sobre las vulnerabilidades europeas observadas en estos años tras la crisis de la pandemia y ahora con la guerra en Ucrania. Ese estudio abordará cuatro áreas fundamentales: sanidad, cadena alimentaria, tecnología y energía. El pacto de inmigración y asilo lleva años intentándose sin éxito. España sí tiene más interés en mover hacia sus tesis la reforma del mercado eléctrico, que es una demanda que implica diferentes alianzas internacionales.