Podemos y Yolanda Díaz van al choque frontal por Sumar
El partido de Belarra afirma que solo apoyará el anuncio de la candidatura de la vicepresidenta del Gobierno si se cierra antes un acuerdo de coalición que incluya la organización de unas primarias abiertas
El espacio a la izquierda del PSOE vuelve a revolverse. Después de una aparente calma y coordinación durante semanas por la crisis en el Gobierno con la ley del solo sí es sí y la unidad en torno a la posición del Ministerio de Igualdad, en manos de Podemos, el partido de Ione Belarra ha vuelto a apremiar a Yolanda Díaz para sellar un pacto entre ellos y Sumar, la plataforma que impulsa. Horas después de que el equipo de la vicepresidenta diese a entender que tiene previsto trasladar su decisión en un acto en Madrid “pronto” al que invitará a los líderes políticos de las distintas organizaciones llamadas a formar parte de su coalición, Podemos ha puesto freno a la expectativa de una fotografía conjunta. La petición del partido, que revela de nuevo la frágil convivencia dentro del grupo y las complicaciones de ensanchar el espacio, difiere diametralmente de la opinión expresada por el líder de Izquierda Unida, Alberto Garzón, que a primera hora señalaba que el “ruido en la izquierda” de las últimas semanas “no ayuda al futuro” de un proyecto como el que abandera Díaz y llamaba a “cicatrizar las heridas” de estos años. El entorno de la titular de Trabajo rechazó este lunes contestar públicamente a Podemos, aunque antes de conocerse su postura, pedía a todos “estar a la altura de las circunstancias”.
“Nosotros esperamos que se cierre un acuerdo de coalición entre Podemos y Sumar para poder asistir al acto de presentación de la candidatura de Yolanda Díaz como la candidata de todos, también de Podemos”, respondió en varias ocasiones el coportavoz de la formación Javier Sánchez Serna, sin salirse del guion ante la insistencia de los periodistas. Fuentes del partido precisan que para ellos lo prioritario son las negociaciones, no tanto el acto puntual, pero la imagen de una presentación sin ellos haría más profunda la brecha en el espacio. El también secretario de la Mesa del Congreso reiteró que el acuerdo debe incluir que las listas se elaboren “con primarias”, que según Podemos han de ser abiertas a la ciudadanía —sin pacto previo en los despachos—, un aspecto sobre el que todas las partes, incluida Díaz, en principio coinciden. Sin embargo, en su día el exvicepresidente Pablo Iglesias señaló a dedo a la titular de Trabajo como sucesora; un método sobre el que ya hace un año mostró cierto arrepentimiento y que personas vinculadas al partido, como Juan Carlos Monedero, han criticado abiertamente. “Esa propuesta de Podemos ya está sobre la mesa de los negociadores de Sumar y estamos esperando que nos responda para saber si Yolanda Díaz va a ser la candidata de todos y de todas, también de Podemos”, repitió Sánchez Serna. “Si podemos cerrar un acuerdo antes de que se produzca ese anuncio, será la mejor de las noticias”, afirmó, menos explícita, Belarra en Valencia. Según ha podido saber EL PAÍS, Podemos planteó hace semanas, en los primeros contactos con Sumar, un “pacto de mínimos” a la vicepresidenta con la intención de dar claridad a ambas partes antes de las autonómicas y municipales del 28 de mayo.
El partido lleva meses señalando que Díaz “va tarde” en las negociaciones y le ha urgido a aclarar su decisión. Este lunes, no obstante, ha ido más allá al amagar con darle plantón en su puesta de largo si no pacta antes con ellos, independientemente de lo que suceda con el resto de partidos. “Que nadie se pueda llevar ninguna sorpresa cuando en la presentación de Yolanda como candidata con Sumar a las próximas elecciones no haya nadie de Podemos”, advierte un miembro destacado del partido, que muestra “estupefacción” ante su actitud, al pretender anunciar su decisión, sin acuerdo previo, a las puertas de una campaña en la que Podemos se juega su presencia en hasta seis Ejecutivos autonómicos y de la que ella se ha desmarcado por completo, a pesar de ser la máxima representante de Unidas Podemos en el Gobierno de coalición. Distintas voces autorizadas de la organización de Belarra temen que el dilatar las conversaciones sea únicamente una estrategia para debilitar la posición de Podemos en la mesa de negociación de las listas. “Lo que está haciendo nos conduce a pensar que Yolanda va a subcontratar el proyecto Sumar con Compromís en Valencia, con Más Madrid en Madrid, con los comunes en Cataluña, con Mes en Baleares, con Alberto Rodríguez en Canarias y hasta con la Chunta en Aragón”, relata una fuente, que también avisa: “Podemos no aceptará que nos haga trampas con 15 partidos pequeños para que no tengamos la representación que nos corresponde”.
Desde Bruselas, donde se encontraba este lunes, la vicepresidenta pidió a todas las organizaciones, también a los partidos, estar “a la altura de las circunstancias”, pero rechazó valorar el órdago de Podemos. “Lo que quiere todo el mundo es que sigamos garantizando un Gobierno de coalición para la próxima década, que va a ser progresista. La herramienta para garantizar que ese Gobierno permanezca y sigamos ganando derechos se llama Sumar”, señaló antes de conocerse las declaraciones de Sánchez Serna. A primera hora de la mañana, la cuenta oficial de la plataforma anunciaba en Twitter: “La primavera de 2023 va a ser decisiva para el país que queremos. Pronto nos veremos en Madrid y arrancará una nueva etapa”. En su equipo precisan que la intención es que ese acto se celebre en las próximas tres semanas, antes en todo caso de los festivos de Semana Santa.
En medio del ruido, fuentes del grupo interpretan el ultimátum de Podemos como una manera de negociar “desde una posición de fuerza” y “prepararse” por si las conversaciones “salen mal”. El partido lleva meses promocionando a Irene Montero, ministra de Igualdad y uno de sus mayores activos electorales, y con la crisis del solo sí es sí hizo de la necesidad virtud, al organizar multitud de actos para realzar su perfil. En el espacio hay quien valora que la exigencia de Podemos supone “cambiar las reglas de juego” a mitad de partido, porque hay formaciones más allá de UP con intereses electorales propios este 28-M —como Más Madrid o Compromís— que no están dispuestas a cerrar un acuerdo antes de junio, algo que ya se trasladó al partido de Belarra hace semanas y ellos mismos hicieron público. El pacto, destacan estas fuentes, debe ser “global”, con todos los partidos, y recuerdan que en todo caso, el próximo anuncio de Díaz es el de una decisión personal, no la presentación oficial de una candidatura completa.
En un tono muy distinto a Podemos se manifestó el ministro Alberto Garzón. IU ha acompañado sin matices el proyecto de la vicepresidenta desde el arranque y tras desvelarse en redes la inminencia del acto para dar a conocer su decisión, alabó de nuevo su figura y lanzó un mensaje indirecto a la organización de Belarra: “Sumar no es ni debe ser una suma de partidos. Es un instrumento popular donde los partidos debemos contribuir con humildad y con nuestro propio bagaje”. “Los partidos debemos comenzar cicatrizando las heridas que se han sufrido en estos años. En Sumar cabemos todas y todas somos necesarias. El protagonismo le toca ahora a la gente”, advirtió Garzón, para quien todas las energías “deberían dedicarse a que el proyecto de Sumar siga creciendo, madurando y tomando forma”, y no a perderse en batallas internas.
Las diferencias estratégicas y las tensiones, sin embargo, son evidentes. Y la pelea por la representación en las listas, ya sobre la mesa, definirá el futuro de la coalición. Un espacio condenado a entenderse si quieren revalidar el Gobierno de izquierdas, algo que cada uno de los actores tiene claro. Pero todo puede saltar por los aires.
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