El Gobierno inicia el trámite para subir ya el salario mínimo
Sánchez pide que la recuperación se traslade a los sueldos después de que Trabajo haya convocado a los agentes sociales para discutir un aumento del SMI para 2021 y los años siguientes
El Gobierno pone en marcha el trámite para una de las medidas políticas clave del arranque del curso político: la subida del salario mínimo interprofesional de manera inmediata, este año, en septiembre. Este paso llega después de que en diciembre de 2020 se optara por una congelación que provocó un duro enfrentamiento interno entre los dos sectores de la coalición. Después de muchísima negociación interna, finalmente todo indica que Yolanda Díaz, la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, logrará imponer su criterio con nueve meses de retraso. El plan es subir el salario en la línea que indicaron los expertos: entre 12 y 19 euros. Desde Trabajo siempre han dicho que ese informe será la guía de la negociación.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha pedido este jueves que la recuperación se traslade a los salarios. “La recuperación económica no podrá ser una recuperación total si no es una recuperación justa. Una recuperación que se traslade a los salarios, al empleo de nuestros jóvenes y a unas jubilaciones dignas”, ha dicho en una visita al Hogar de Mayores de Navalmoral de la Mata.
La vicepresidenta primera, Nadia Calviño, quien más claramente rechazó la subida en diciembre de 2020, esa vez apoyada por Sánchez, ya anunció que en septiembre se podría pensar en una subida dado el buen comportamiento de la economía y en especial del empleo. Ahora el Ministerio de Trabajo, que dirige Díaz, inicia los trámites para tomar la decisión. Este jueves los agentes sociales (sindicatos y patronal) han recibido la convocatoria para el 1 de septiembre con el objetivo de discutir allí la subida del salario mínimo para 2021 y los años siguientes. Es el paso previo a subirlo. Fuentes del Gobierno apuntan que la decisión política está prácticamente tomada y solo está en discusión la cantidad, que ahora habrá que negociar con sindicatos, que quieren ir más allá y subir el IPC ―algo más de 20 euros― y la patronal, que no quiere ninguna subida y apela a la pandemia para intentar frenarla.
Detrás de esta negociación que ahora comienza hay una larga batalla política interna en el Gobierno, en un asunto que se ha convertido en una bandera para el grupo de Unidas Podemos. El sector socialista reivindicaba que el Ejecutivo de Pedro Sánchez ha hecho una de las mayores subidas del salario mínimo de la historia, desde los 739 que encontró hasta los 950 euros en 14 pagas actuales, una medida estrella de la primera parte de su mandato y que fue el símbolo del giro en política económica del Gobierno progresista del PSOE y Unidas Podemos, después de años de Ejecutivos del PP con subidas pequeñas e incluso alguna congelación. El salario mínimo español es uno de los más bajos de Europa, incluso con la última gran subida.
Sánchez y su equipo económico estaban en contra de subir el salario mínimo este año para facilitar la recuperación económica y además para no tensar la relación con los empresarios, que han sido un elemento político clave durante la pandemia. Mientras el PP rechazaba prácticamente cualquier tipo de gran acuerdo, las patronales han pactado hasta 12 grandes decisiones o reformas con el Ejecutivo. Pero Díaz lleva meses insistiendo en que no tiene sentido que suban los salarios de los trabajadores con convenio, suba el de los funcionarios y se congele el de los trabajadores más vulnerables, vinculados al salario mínimo, y más ahora que la inflación se dispara más de lo previsto. Finalmente los buenos datos de paro del verano han terminado de decidir al presidente y a su equipo económico para subir el salario mínimo, sumado a la necesidad política de iniciar el curso con una agenda social potente y con mensajes positivos hacia el núcleo del electorado progresista.
Ahora hay que ver si la patronal se queda fuera del acuerdo o acepta entrar. CEOE y Cepyme sí suscribieron la gran subida del salario mínimo hasta 950 euros, y lo justificaron internamente como una forma de evitar que se fuera a 1.000 euros, como pedían los sindicatos. Si no están, sería la primera gran decisión de Sánchez sin el respaldo de los empresarios.
Desde el cambio de Gobierno en julio, Sánchez está protagonizando un notable cambio de tono. Este incluye no solo medidas estrella como esta subida del salario mínimo y otras que se incluirán en los Presupuestos que se empiezan a negociar ahora, sino también una mayor proximidad con actos por toda España que le acerquen a los ciudadanos después de meses en los que solo salía de La Moncloa para actos institucionales sin apenas contacto con la gente. En este contexto se ha producido jueves la visita a un Hogar de Mayores en Navalmoral de la Mata (Cáceres), para hablar sobre todo de las pensiones.
Una vez resuelta la batalla interna del salario mínimo ―la cantidad definitiva se anunciará a lo largo de septiembre y no será retroactiva― Sánchez y Díaz se concentrarán en otro asunto muy delicado políticamente, la reforma del mercado energético. También aquí las posiciones son divergentes, pero en el Gobierno se está instalando la idea de que será imprescindible tomar alguna medida drástica en breve, porque este puede convertirse en el gran tema del otoño y el invierno. Todo indica que, si no se cambia nada, la luz puede seguir subiendo hasta marzo.
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