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Sánchez defiende en el Congreso los indultos a los presos del ‘procés’

El presidente del Gobierno llega al Parlamento al día siguiente de su primera reunión con Aragonès en La Moncloa y una semana después de tomar una decisión trascendental para la legislatura

Pedro Sánchez y Pere Aragonès en La Moncloa. En vídeo, declaraciones de Sánchez el pasado día 25 sobre su reunión con Aragonès. Vídeo: ANDREA COMAS
José Marcos

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, llega este miércoles al Congreso de los Diputados para comparecer a petición propia y explicar una de las decisiones más trascendentales de la legislatura: el indulto a los presos del procés que su Ejecutivo concedió hace una semana tras la aprobación del Consejo de Ministros. Sánchez informa desde las nueve sobre las reuniones del Consejo Europeo y sobre la situación política y económica, donde estos controvertidos indultos concentrarán el foco de su intervención y las réplicas —el líder del PP, Pablo Casado, tiene previsto endurecer en su intervención la oposición frontal a la medida de gracia— del resto de partidos del arco parlamentario. La comparecencia se celebra al día siguiente del primer encuentro de Sánchez con el presidente de la Generalitat de Cataluña, Pere Aragonès. Una reunión de dos horas y media que el martes escenificó el inicio del deshielo entre las administraciones que lideran.

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La concesión de los indultos no ha alterado el pulso a Pedro Sánchez. Y si así ha sido, nadie de su círculo, ya sea en La Moncloa, Ferraz o el Consejo de Ministros, lo ha percibido desde que el 25 de mayo adelantó su intención de otorgar la medida de gracia a los líderes del procés condenados por sedición y malversación. El presidente del Gobierno, de por sí hermético, no ha mostrado señales de que le pudiera el vértigo, según la decena de fuentes consultadas del Ejecutivo y del PSOE, por una decisión que marcará la legislatura. La tenía tomada desde hacía meses, a la espera de una ocasión propicia. “Todo este tiempo ha estado relajado porque estaba convencido de que era lo que tenía que hacer. Cuando tiene dudas está tenso; no ha sido el caso”, resume un colaborador estrecho. La recepción con Pere Aragonès ha sido el siguiente paso dentro de la estrategia a largo plazo para reconducir la crisis territorial en Cataluña.

“A lo largo de estas semanas he visto al presidente muy sereno, crecientemente seguro”, repasa un peso pesado del Gobierno. “Conforme pasaban los días se ha sentido más acompañado con el afianzamiento de los apoyos a los indultos. Ahí está el pronunciamiento de la sociedad catalana, de la Iglesia, de Garamendi [presidente de la patronal CEOE]... Sin olvidar las dudas iniciales en el PSOE, que se han ido reduciendo hasta casi desaparecer”.

La carta en la que Oriol Junqueras rechazó la vía unilateral para obtener la independencia marcó un punto de inflexión, reconocen en el Ejecutivo. El culmen lo propició la aceptación que dos sectores tan vinculados a la derecha como la patronal y la Iglesia —tanto la catalana como la española— se mostrasen favorables a la medida de gracia, para desconcierto del PP. Pero por el camino se han producido otros hitos a los que el presidente ha otorgado una importancia enorme y que entiende que refuerzan su liderazgo, como el recibimiento positivo a los indultos en los grandes medios internacionales. “Está muy pendiente de la prensa extranjera y ha enviado mensajes sobre algunos editoriales de los últimos días”, cuentan fuentes de su confianza. The Financial Times, la biblia del periodismo económico anglosajón y referente para todos los gobiernos, los consideró “una apuesta para que se resuelvan las divisiones de España”. The New York Times los recibió como “una importante rama de olivo en un conflicto que durante mucho tiempo ha dividido al país”.

En el Consejo de Ministros inciden en que, más allá de la “determinación” del presidente en la búsqueda de una solución para Cataluña, la dureza del último año y medio de pandemia han curtido tanto a Sánchez como al Gobierno. “Dar los indultos es muy difícil, pero lo preceden decisiones muy difíciles, como la declaración del estado de alarma”, reflexiona una ministra. “El Consejo de Ministros donde se aprobaron los indultos duró tres horas, cuando lo normal es que no pasen de una hora y media. Pero no fue peor que varios de los Consejos que tuvimos durante la primera ola de la pandemia. El más duro fue en el que se decidió confinar dos meses, de un día para otro, a los ciudadanos. Y no se disponía de la información sobre el coronavirus que tenemos ahora. Y qué decir de una vacuna. Hay que verlo en ese contexto”. Aparte de las experiencias durísimas del año pasado, colaboradores del presidente destacan, dentro de las dotes de resistencia que se atribuyen a Sánchez, su capacidad para sobrellevar la presión y el ritmo frenético de los últimos meses evadiéndose haciendo deporte —corriendo o en el gimnasio— o con una novela negra.

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A diferencia de lo más crudo de la emergencia sanitaria, cuando llegó a haber más de 800 fallecidos diarios, ahora Sánchez también dispone de buenas noticias a las que aferrarse. El ritmo de vacunación alcanzado pronostica que el 70% de la población estará vacunada en agosto. Los fondos europeos ya no son una promesa: el Gobierno espera recibir 9.000 millones en julio. Son dos de los factores que están haciendo que las previsiones económicas se revisen al alza. “Se espera un crecimiento de entre el 7% y el 8% los dos próximos años. Si conseguimos que la situación esté bajo control en Cataluña nos presentaremos a las elecciones en 2023 con un escenario bueno”, creen en La Moncloa. En plata: por mucho que insista el PP, Sánchez no tiene ninguna intención de adelantar las generales.

Momento delicado

La aceptación, aunque sea con sus matices, de los indultos por parte de los barones socialistas ha sido fundamental para que la inquietud inicial en el partido no se desbordara y terminara abriéndole a Sánchez un frente interno en un momento tan delicado. “Estoy posicionado en contra de la política de indultos. Me gustaría equivocarme y que el camino a recorrer no se convierta en un calvario”, se pronunció Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha. “Me saben a cuerno quemado igual que a una mayor parte de españoles. No estoy seguro, pero es el único camino. Hay que intentarlo”, compartió el presidente extremeño Guillermo Fernández Vara. En ambos casos los dos presidentes autonómicos socialistas que gobiernan con mayoría absoluta dejaron clara su posición, pero sin entrar en conflicto con el presidente del Gobierno y secretario general del PSOE. Los líderes territoriales cerrarán filas el sábado en el comité federal, el principal órgano de decisión de los socialistas. Esto es, tan solo tres días después de la comparecencia de este miércoles del presidente en el Congreso para explicar la concesión de la medida de gracia. Resuelta la salida de Susana Díaz en Andalucía, el horizonte de Sánchez dentro del PSOE aparece despejado.

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Sobre la firma

José Marcos
Redactor de Nacional desde 2015, especializado en PSOE y Gobierno. Previamente informó del Gobierno regional y casos de corrupción en Madrid, tras ocho años en Deportes. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster de Periodismo de EL PAÍS. Trabajó en Starmedia, Onda Imefe y el semanario La Clave.

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