Sánchez centrará en la economía su encuentro con Aragonès para evitar hablar del referéndum
La primera cita entre el presidente del Gobierno y el de la Generalitat suscita pocas expectativas: consolidar el giro y pactar un calendario de encuentros
Ni el Gobierno ni la Generalitat tienen expectativas muy altas de la primera reunión en La Moncloa entre Pedro Sánchez y Pere Aragonès desde que este último fue elegido president y solo una semana después de la concesión de los indultos a los nueve presos del procés que aún tenían condenas de prisión por cumplir. “No vamos a arreglar de la noche a la mañana lo que se ha estropeado en 10 años”, resumió Sánchez en una entrevista en la Cadena SER.
Sin embargo, será un hito más en el giro que se está precipitando en las últimas semanas entre el Gobierno y la Generalitat. El presidente, según fuentes del Ejecutivo, tratará de centrar la discusión en la economía y el autogobierno, el espacio donde hay más posibilidades de llegar a acuerdos —reforma de la financiación autonómica, Presupuestos de 2022 con importantes inversiones en Cataluña, gestión del gran fondo de recuperación europeo, también clave para esta comunidad industrial y puntera que tiene proyectos candidatos especialmente en el sector del automóvil— para evitar que la discusión se centre en la autodeterminación y el referéndum pactado que quiere proponer Aragonès y que La Moncloa descarta por anticonstitucional.
Sánchez intentará llevar el debate al terreno donde cree que sí hay espacio para la negociación, esto la llamada agenda del reencuentro, con más de 40 puntos sobre reclamaciones históricas de la Generalitat, e incluso la posibilidad de reformas de mayor calado como un nuevo Estatut.
Todo está mucho más acordado de lo que parece, y La Moncloa y la cúpula de ERC llevan meses hablando de todos los hitos de este proceso, según fuentes de ambos sectores. Sin embargo, una cosa es el acuerdo de fondo en abrir un espacio de diálogo y consolidar la legislatura, con un apoyo de ERC que podría incluir la aprobación de unos nuevos Presupuestos este otoño, y otra es la escenificación. Y ahí hay muchas más dificultades.
ERC, con un socio de Gobierno muy “incómodo”, en palabras de fuentes del Ejecutivo, como Junts, no puede ahora ofrecer una imagen de acuerdo total con Sánchez. De momento tiene previsto mantener la tradición de los últimos años, los de la tensión del procés, que incluye que los presidentes catalanes, cuando van a La Moncloa, no hablan allí, como hacen los demás, sino en Blanquerna, la librería catalana y sede de la Generalitat en Madrid. Aragonès también lo hará, al igual que antes hicieron Artur Mas, Carles Puigdemont y Quim Torra.
Las expectativas de resultados concretos del encuentro no son pues muy altas más allá de un acuerdo sobre el calendario para poner en marcha la mesa de diálogo, la agenda y posibles componentes, con la idea de dejar fuera tanto a Oriol Junqueras como a Jordi Sànchez, con el argumento de que no son miembros del Govern, y es una mesa entre ejecutivos.
Aragonès querrá en todo momento situar el foco en las reclamaciones del independentismo sobre su agenda, en especial el referéndum pactado “a la escocesa”. El president ya anunció el lunes que reclamará a Sánchez que cumpla las recomendaciones del Consejo de Europa, que el PSOE ha rechazado abiertamente porque incluirían retirar las demandas de extradición contra el expresident Puigdemont, por ejemplo.
La previa en Cataluña augura pocos avances en la reunión. El Gobierno catalán aprovechó los actos institucionales en homenaje a los líderes indultados (en el Palau y el Parlament) para insistir en que su propuesta para solucionar el conflicto es la amnistía y la celebración de un referéndum acordado de independencia. “Lo habéis dado todo por hacer posible que Cataluña decida su futuro a través de un referéndum de autodeterminación y esto os convierte en unos referentes”, le dijo el president Aragonès a los nueve expresos.
Después insistió en esa idea en su intervención en el Consejo Nacional. “La solución es la amnistía como primer paso para abrir una negociación franca entre las dos partes”, dijo el jefe del Govern. Junqueras, presidente de ERC, también aprovechó ese foro para cargar contra la causa del Tribunal de Cuentas e insistir en la vía secesionista: “Ahora más que nunca, ante la represión que hemos sufrido y la represión que sufrimos, la independencia es más que nunca un deber”, aseguró. En este ambiente, lo más probable es que este primer encuentro solo sirva para algo importante para los dos lados: ganar tiempo.
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