El fiscal mantiene la petición de siete años de cárcel para El Pequeño Nicolás: “La puesta en escena fue buena”
La Abogacía del Estado carga contra Gómez Iglesias: “Se atribuyó la condición de secretario de Estado, de director general o de subdirector”
Francisco Nicolás Gómez Iglesias, alias El Pequeño Nicolás, ha apurado este jueves su llegada a la Audiencia Provincial de Madrid. Apenas unos minutos antes de la diez de la mañana, el acusado ha entrado en la sede judicial para afrontar la fase final de la vista oral por el caso Ribadeo, donde se sienta en el banquillo por hacerse pasar en 2014 por emisario del Rey y de la entonces vicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría. Una vez en el interior de la sala, el principal acusado de la trama ha visto cómo dos nuevos testigos insistían en que se presentó ante ellos como una autoridad —extremo que él negó en su declaración— y cómo, finalmente, el fiscal mantenía la petición de siete años de cárcel contra él.
El relato del ministerio público no ha dado tregua al joven de 27 años, a quien atribuye los delitos de usurpación de funciones públicas, falsedad documental y cohecho: “La puesta en escena fue buena, fue creíble”, ha resumido el fiscal Alfonso San Román, que sitúa a Gómez Iglesias al frente del ardid consumado el 13 de agosto de 2014, cuando una comitiva de vehículos salió de Madrid rumbo a Ribadeo (Lugo), donde había fijado un almuerzo con el presidente de la empresa de transportes Alsa, Jorge Cosmen. Antes, según la investigación, contactó con las autoridades locales para que los escoltaran ante la llegada de una persona importante cuya identidad no se podía revelar “por razones de seguridad nacional”. Al empresario le dijo que iría con él un “miembro importante de la Casa Real”.
En palabras de la Fiscalía, durante el juicio se ha presentado “abundante prueba” contra El Pequeño Nicolás. Varios testigos han reforzado la tesis de la acusación. Tanto Cosmen como el jefe de la Policía Municipal de Ribadeo han reiterado que el joven se les presentó como “enlace” entre la Vicepresidencia del Gobierno y la Casa Real. El presidente del Club Náutico de la localidad gallega, donde se celebró el almuerzo, también ha relatado que recibió una llamada días antes donde se identificó de la misma forma para que le reservara distintas plazas de aparcamiento para la comitiva.
Al afirmar que formaba parte del gabinete de Vicepresidencia, ha arremetido la Abogacía del Estado, “se atribuyó la condición de secretario de Estado, de director general o de subdirector, (...) porque todos los miembros del gabinete de la Vicepresidenta tienen esa condición”.
Dos policías locales
Para consumar su engaño, Gómez Iglesias contó con el apoyo de dos policías locales, Jorge González y Carlos Pérez, que también se sientan en el banquillo por simular labores de vigilancia y escolta. Según la acusación, acompañaron al joven en el viaje a cambio de un dinero y facilitaron varias sirenas luminosas del Ayuntamiento de Madrid y pinganillos. Además, utilizaron supuestamente acreditaciones falsificadas de organismos gubernamentales que colocaron en la parte delantera de los vehículos. El fiscal, en su fase de conclusiones finales, ha rebajado la solicitud de pena contra ellos y ha pedido al tribunal que los condene a cuatro años de prisión por cohecho o, en su defecto, a año y medio por usurpación de funciones públicas.
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