Bárcenas acusa a todos los líderes del PP hasta 2008 de conocer la caja b
El extesorero asegura que un abogado relacionado con el PP le ofreció 500.000 euros en una reunión donde le pidieron manipular los papeles publicados en EL PAÍS
Luis Bárcenas se lanzó este lunes a la batalla contra el PP durante su declaración como acusado en el juicio que se celebra en la Audiencia Nacional sobre la caja b que mantuvo el partido durante más de dos décadas. El extesorero reforzó la tesis de la Fiscalía, que pide para él una pena de cinco años de cárcel, al confirmar la veracidad de la contabilidad paralela que publicó EL PAÍS en 2013. El antiguo responsable de las cuentas señaló también a las sucesivas cúpulas de la formación como ideólogas y conocedoras de esas finanzas opacas y acusó a Francisco Álvarez-Cascos, ex secretario general, de dar la orden de sistematizarlas. También denunció que muchos de los que fueran dirigentes populares, como Mariano Rajoy, cobraron sobresueldos.
Bárcenas llevaba tiempo esperando esta cita tras enviar el pasado 26 de enero un escrito de confesión a la Fiscalía Anticorrupción mostrando su disposición a colaborar. Estaba previsto que declarara el pasado 10 de febrero, pero el juicio tuvo que aplazarse hasta este lunes después de que otro de los acusados, Cristóbal Páez, exgerente del PP, cayera enfermo por coronavirus.
—Disculpe, ¿puedo retirarme la mascarilla a la hora de responder? —le preguntó este lunes Bárcenas al tribunal apenas unos segundos después de sentarse en el banquillo donde iba a ser interrogado por el fiscal Antonio Romeral— Es que prefiero que sea así, porque me cuesta trabajo respirar.
El extesorero necesitaba aire para las casi tres horas y media que duraría su testimonio. Una extensa exposición, que continuará este martes con las preguntas de la Abogacía del Estado, durante la que ratificó las principales tesis de acusación de la Fiscalía y disparó contra las antiguas cúpulas del PP.
Los papeles. Bárcenas solo tardó unos minutos en confirmar la veracidad de los documentos que publicó EL PAÍS en enero de 2013, que se bautizaron como los papeles de Bárcenas y que precipitaron el estallido del caso. Según detalló, esa era buena parte de la contabilidad paralela que él llevaba de su puño y letra, y que visaba personalmente con su firma Álvaro Lapuerta, que le precedió en el cargo de tesorero.
Una caja b que se nutría principalmente de donaciones de empresarios y de la que, incidió, estuvieron al tanto todos los presidentes y secretarios generales de la formación. Es decir, la cúpula conocía ese mecanismo ilegal. Tanto es así que, según su versión, cuando salieron a la luz los documentos, mantuvo un encuentro con un abogado vinculado al PP que le planteó manipular esos apuntes contables para confundir a la ciudadanía. “A los pocos días, en el despacho del abogado de Lapuerta, hubo una reunión con [el letrado] Javier Iglesias [...] en la que me plantearon la preocupación que había en el partido con esos documentos. Y me plantearon que volviera a repetirlos, pero variando conceptos y cantidades de cara a hacerlos públicos y crear, digamos, la duda en la opinión pública de cuáles eran buenos y cuáles malos”.
El extesorero del PP añadió que en esa cita se le ofrecieron también en nombre del partido 500.000 euros por acabar con el conflicto laboral que había entre ambas partes. Pero Bárcenas aseguró que lo rechazó. Quería más dinero y que no fuera en negro.
—¿Quién le hace el ofrecimiento?—, le inquirió el fiscal.
—Javier Iglesias, abogado del PP y luego, como ya conocemos, muy vinculado como interlocutor del PP con respecto a mí y con respecto a acciones contra mí.
—La fuente del dinero, ¿quién era?
—Empresarios. A mí me dijo que no habría ningún problema porque hay empresarios que aportarán esa cantidad. Y yo le contesté que no quería los 500.000 euros, que la cantidad eran 975.000. Que, si eran 975.000, a lo mejor hablamos, y que los quería oficialmente y no en dinero b.
Creación del sistema. Bárcenas afirmó este lunes que él y Lapuerta heredaron la caja b de Rosendo Naseiro, anterior tesorero durante los años ochenta. Y que se encontraron con que recibían unos donativos que superaban los límites permitidos mientras, a la vez, tenían “que satisfacer” una serie de compromisos de “forma no oficial”: como retribuciones a algunos cargos electos, pagos a asesores o ayudas a familiares de concejales asesinados por ETA. “Necesitábamos dinero de esas características para atender pagos de esas características”, resumió.
Fue entonces cuando, según Bárcenas, Francisco Álvarez Cascos, secretario general entre 1989 y 1999, ordenó a Lapuerta sistematizar estos abonos a través de la contabilidad opaca.
Sobresueldos. De esa caja b, precisó también el acusado a continuación, salieron los sobresueldos reflejados en sus papeles y percibidos supuestamente por exdirigentes del partido. Entre otros perceptores, enumeró a Cascos, Javier Arenas, Mariano Rajoy, María Dolores de Cospedal, Jaime Mayor Oreja, Federico Trillo, Ángel Acebes y Rodrigo Rato. Según dijo, excepto a estos dos últimos, a quienes jamás dio él las cantidades en mano —sino Lapuerta—, “al resto, en alguna ocasión, yo les he entregado el sobre con lo que les correspondía”.
Según su versión, esas retribuciones extra se idearon al existir cargos que, además de ser diputados, “dedicaban una parte muy importante de su tiempo al partido”. “De forma que perciben, hasta que se llega al Gobierno, una cantidad en gastos de representación que se pagaba por la caja oficial. Pero, al llegar al Gobierno, la ley de incompatibilidades lo impedía y, evidentemente, suponía una merma muy importante en la retribución que percibían. La propuesta que recibe el tesorero es que, a partir de ese momento, no recibieran menos dinero neto”. El objetivo era, añadió, que se complementara su salario oficial con cantidades de la caja b.
“No solo [cobraban] los secretarios generales [...], a los que siempre se les informaba de lo que estaba haciendo el partido”, continuó Bárcenas, que remachó que su último movimiento como tesorero fue entregar sendos sobres con 25.000 euros a Rajoy y Cospedal. La expolítica lo negó este lunes en un comunicado: “Miente impunemente para defenderse”.
Rechazado el careo. Antes del interrogatorio, los jueces rechazaron el careo entre Bárcenas y Rajoy que propuso la defensa del extesorero en la fase de cuestiones previas. La acusación popular ya pretendió en el juicio celebrado sobre la primera etapa del caso Gürtel, conocido como Época I, que se celebrara un enfrentamiento de este tipo, pero los magistrados también lo descartaron entonces.
El tribunal sí aceptó, en cambio, que declaren como testigos en la vista oral dos periodistas, Francisco Mercado y Eduardo Inda, sobre la existencia de una supuesta grabación del fallecido Lapuerta, donde hablaba de la contabilidad paralela y que ellos podrían haber escuchado.
Dardo contra Aguirre. Luis Bárcenas aprovechó el interrogatorio al que le sometió el fiscal anticorrupción para insistir en un aspecto que hace unos días contó ante el juez del caso Púnica, Manuel García-Castellón: que él mismo fue testigo de cómo su entonces jefe como tesorero del Partido Popular, Álvaro Lapuerta, entregó en 2007 un sobre con 60.000 euros a quien era, a la sazón, líder del PP en Madrid, Esperanza Aguirre. El dinero, según Bárcenas, lo había llevado un constructor para financiar de manera irregular la campaña de Aguirre a las elecciones autonómicas de ese año.
Tras aquel testimonio, la expresidenta madrileña lanzó una ofensiva de declaraciones públicas y escritos ante el juez para negar la acusación del extesorero. Este lunes, Bárcenas reiteró sus acusaciones durante el juicio de la caja b. Para ello detalló la supuesta vinculación personal entre Aguirre y el constructor —al que la líder del PP de Madrid negó conocer— a través de Sigfrido Herráez, un miembro del partido muy relacionado con la entonces presidenta, que estaba casado con la hija del empresario y a cuya boda ella asistió, según dijo el acusado.
Las sesiones. El juicio por la caja b del PP comenzó el pasado 8 de febrero con la fase de cuestiones previas, pero se suspendió tras celebrarse solo dos sesiones debido a la enfermedad de Páez, que requirió hospitalización. Tras acabar este lunes el interrogatorio de la Fiscalía, la vista se reanudará el martes con las preguntas de la Abogacía del Estado. Después, le llegará el turno al abogado del propio Bárcenas, que se ha acogido a su derecho a no responder al resto de las partes.
Cuando finalice el extesorero, el juicio continuará con los interrogatorios del resto de acusados que se sientan en el banquillo: además de Páez, Gonzalo Urquijo y Belén García, administradores de Unifica, empresa que reformó la sede de Génova, y Laura Montero, directora de proyectos de la compañía. El PP y Unifica, como personas jurídicas, también se encuentran procesados como responsables civiles subsidiarios.
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