Pulso entre populares y socialistas por los controles de la ayuda europea

El choque entre socialistas y populares a cuenta de los controles en el fondo de recuperación de la UE se recrudece en vísperas de la cumbre europea sobre la respuesta comunitaria a la crisis. El enfrentamiento se visualizó este miércoles tanto en el Congreso de los Diputados como en la Eurocámara, con acusaciones recíprocas de falta de patriotismo por poner en peligro una ayuda imprescindible para España. La jornada también confirmó la intención del PP europeo de supeditar el plan a una condicionalidad que “evite el uso del dinero para proyectos ideológicos”, una andanada que apunta al Gobierno de coalición entre PSOE y Podemos.

La cumbre europea de este viernes marcará el inicio de la cuenta atrás para la negociación de un fondo de tres cuartos de billón de euros que se espera pactar en julio. La propuesta de la Comisión Europea, que cifra el fondo en 500.000 millones de euros en subsidios y 250.000 millones en préstamos, se acepta por todas las partes como la base del futuro acuerdo. Pero el regateo sobre las cantidades finales y, sobre todo, la letra pequeña de las condiciones para el desembolso augura una dura batalla entre los 27 socios de la UE. Una batalla que, en el caso de España, se reproduce también a nivel interno entre el Gobierno y el principal partido de la oposición, el PP.

”Conspirar en Europa para que aquí se hagan recortes solamente tiene una denominación: traición”, atacó a los populares el vicepresidente y líder de Podemos, Pablo Iglesias, durante la sesión de control al Gobierno. El eco de la tarascada llegaba hasta el hemiciclo europeo, donde el eurodiputado Javier Moreno, presidente de la delegación socialista, acusaba a los populares de aliarse con “la estrategia de los frugales”, en alusión a los cuatro socios de la UE (Países Bajos, Suecia, Austria y Dinamarca) que reclaman una estricta condicionalidad en el uso del fondo. “Aprendan a ser patriotas también cuando están en la oposición”, criticó Moreno durante el debate en el Parlamento Europeo.

”Defender a los españoles y ser patriota es digitalizar y reindustrializar España, es reactivar el sector turístico y es, en definitiva, crear empleo, que es la mejor política social”, defendió la eurodiputada del PP Dolors Montserrat durante una trifulca que puso de relieve en Bruselas la tensión que genera el futuro fondo entre el Gobierno y el principal partido de oposición. Las palabras de Montserrat llegaban también poco después de que, en Madrid, el líder de los populares, Pablo Casado, espetara al presidente del Gobierno: “Los únicos antipatriotas que hay aquí son los socios que le hicieron presidente”.

Los Presupuestos de 2021 son en estos momentos una especie de reloj para la legislatura: el Gobierno necesita apoyos para sacarlos adelante si quiere evitar unas nuevas elecciones anticipadas. El batacazo económico obliga al Ejecutivo a plantear un presupuesto expansivo. Para ello son fundamentales los 140.000 millones de euros que podrían llegar a España a través del fondo europeo. Y también lo son las condiciones asociadas al uso de ese dinero: el Ejecutivo está dispuesto a poner en marcha una agenda de reformas, pero a diferencia de hace 10 años no quiere que las reformas sean sinónimo de recortes.

En principio, tampoco el PP aboga por sacar la tijera. Pero sí es partidario de una férrea condicionalidad, y de evitar la utilización de ese dinero para proyectos que definen como “ideológicos”. Los socialistas temen que esa tensión favorezca a las fuerzas que en varios países pugnan por limitar el Fondo. Pero fuentes del PP replican que Iglesias “miente” en sus acusaciones de traición. “Suecia, Finlandia y Dinamarca son socialistas. En Holanda gobiernan los liberales; en Austria, el PPE en coalición con los verdes”, señalan esas fuentes. Todos esos países están en la órbita de la estricta condicionalidad, que podría retrasar las ayudas o, en el peor de los casos, convertirlas en una especie de rescate en la sombra.

El PP europeo respaldó este miércoles en una reunión, de manera casi unánime, la creación del fondo. La ausencia del canciller austriaco, Sebastian Kurz, restó fuerza a las voces críticas. Pero entre los conservadores hay diferentes sensibilidades sobre el reparto de los recursos entre subsidios y préstamos y, sobre todo, en cuanto a la condicionalidad para su desembolso. La presidencia del PPE reclama que los fondos se destinen “a promover reformas estructurales e innovación” y que “se evite el uso del dinero para proyectos ideológicos”. Y una parte de la formación no oculta su desconfianza hacia el Gobierno de coalición.

Los populares españoles, según fuentes del grupo europeo, secundan esa posición de fuerza. Los socialistas, por el contrario, temen que los llamamientos del PP a un control estricto precisamente en el país que, según la Comisión, podría aspirar a 61.000 millones en subsidios, refuerce las tesis de los frugales en la cumbre del viernes.

En la reunión del PPE, Casado insistió en que las ayudas deben destinarse “a los más afectados” por el coronavirus y deben ir acompañadas de “reformas estructurales”. El líder del PP presentó a sus colegas europeos “un programa de reactivación”, basado, según fuentes populares, en la “reducción de costes fiscales, laborales y burocráticos”, la extensión de los ERTE y programas de liquidez empresarial hasta fin de año, tarifa plana para autónomos y acciones específicas para los sectores más afectados, como la industria y el turismo. En los últimos días, los populares han evitado pronunciar la palabra “recortes”, aunque sí apuestan por un duro control.

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