PSOE y PP buscarán un acuerdo de mínimos en la comisión de la covid

No es teatro. El PSOE y el PP quieren alcanzar, al menos, un acuerdo de mínimos en el refuerzo del sistema de salud así como en las propuestas económicas, sociales y europeas que estudia en el Congreso la Comisión de Reconstrucción. Ambos partidos manifiestan esa voluntad, aunque admiten que deberán superar los resquemores mutuos cuando haya que elevar un texto al pleno de la Cámara con propuestas para superar la crisis económica y afrontar las debilidades puestas de manifiesto por la emergencia sanitaria. El PSOE busca la complicidad de todos. Con Ciudadanos se esforzará especialmente.

El acuerdo para crear en el Congreso esta Comisión de Reconstrucción Sanitaria, Social y Económica lo propuso en su día el líder del PP, Pablo Casado y lo aceptó el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. No era esa la idea del jefe del Ejecutivo, que aspiraba a un plan de reconstrucción con partidos, agentes sociales y comunidades autónomas, fuera del Congreso —invocaba el precedente de los Pactos de La Moncloa en la Transición—, aunque sus resultados tuvieran que avalarse luego en la Cámara. Pero Casado exigió que el marco no fuese otro que el Parlamento. Así se decidió y la comisión trabaja desde hace cinco semanas bajo la presidencia del socialista Patxi López.

Tanto en el Gobierno como en el PP aseguran que su voluntad es que los trabajos sean de utilidad para mejorar o poner en marcha medidas que ayuden a superar los problemas que han emergido con la pandemia. “La propuesta fue de Casado y no la conocía mucha gente. Él quiere que llegue a buen fin”, apuntan fuentes del PP. El Gobierno tiene especial interés en converger con los populares en propuestas centrales, aunque su objetivo es que el consenso alcance al máximo de grupos posible. Un punto de escepticismo, sin embargo, se constata en socialistas y populares. Y el resto de los partidos alberga igualmente sus reservas sobre las posibilidades de alcanzar un consenso final. Pero todos aseguran que se intentará. En dos semanas habrán terminado las comparecencias de expertos y políticos y se abrirá un plazo para presentar propuestas sobre las cuatro áreas en las que se han dividido los trabajos: sanidad, economía, políticas sociales y Unión Europea.

La mayoría de los comparecientes tienen un alto nivel de cualificación, reconocen todos los grupos, y sus aportaciones servirán para elaborar las propuestas de cada uno de los grupos. Las incidencias se produjeron al principio cuando el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, proclamó que a Vox le gustaría que hubiera un golpe de Estado de España. Se produjo alguna escaramuza más, pero la comisión entró enseguida en la senda de la normalidad.

Con acuerdo o sin él, los grupos van a exponer sus tesis sobre el refuerzo de la atención primaria, el papel de los Ayuntamientos en la salud pública, la necesidad de más UCI o de involucrar a la industria nacional en la fabricación de instrumentos de protección frente al contagio. También expondrán sus ideas sobre las necesidades de personal sanitario o la perspectiva financiera y de recursos de la salud pública.

Es muy difícil prever cómo terminará esta comisión, el único foro que abre la posibilidad a algún tipo de gran acuerdo frente a la crisis, cuando trabaja en medio de un ambiente de constante gresca política. En el PP desconfían de Unidas Podemos y dan por supuesto que tratará de imponer al PSOE unas propuestas que los populares consideran inasumibles. En el Gobierno responden que sus propuestas estarán en la línea de lo que se propone cada semana con amplio respaldo parlamentario, como el ingreso mínimo vital, aprobado con la única abstención de Vox.