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The Newt in Somerset, el mejor hotel ‘boutique’ del Reino Unido en medio de la campiña

Un alojamiento con spa y tres restaurantes, que usa como telón de fondo el mismo paisaje que inspiró a Jane Austen

Hotel The Newt in Somerset
El campo de cróquet, dentro de los jardines que rodean Hadspen House, construida en el siglo XVII.Manuel Vázquez
Rafa de Miguel

La idea del lujo es encontrar esa pequeña puerta con una llave dorada que atravesó la niña Alicia en el cuento de Lewis Carroll para dar al otro lado con “el jardín más hermoso que jamás fuera visto”. La puerta es una metáfora. El reto de cada viajero inquieto es encontrar la suya.

Desde la fachada lateral de Hadspen House, una casa de campo inglesa de estilo georgiano construida en el siglo XVII con piedra caliza de color miel, se accede a la avenida. Es casi un kilómetro de hierba esponjosa, flanqueado por dos hileras de majestuosos tilos. Con un poco de suerte, algún ciervo montaraz se atreve a cruzar el sendero y dejarse ver.

Un ciervo macho astado, en una de las praderas que rodean Hadspen House.
Un ciervo macho astado, en una de las praderas que rodean Hadspen House. Manuel Vázquez

Ese camino es la puerta imaginaria para entender el condado de Somerset. Para atrapar la Inglaterra de la que surge la alta burguesía agraria de las novelas de Jane Austen; para capturar el paraíso perdido que Evelyn Waugh añora en Retorno a Brideshead; para comprender la desesperanza del poeta T. S. Eliot en su obra cumbre, La tierra baldía.

Al fondo de esas suaves colinas con mil tonalidades de verde y capas de neblina que se divisan desde el mirador que hay al final de la avenida, donde espera un solitario banco, está Camelot. Y en algún lugar de esta tierra pantanosa robada al mar, quieren creer los lugareños, reposan los restos del rey Arturo, en la legendaria isla de Avalon.

Hadspen House, la mansión georgiana convertida en hotel The Newt in Somerset.
Hadspen House, la mansión georgiana convertida en hotel The Newt in Somerset.Manuel Vázquez

En 2013, el empresario sudafricano Koos Bekker, presidente de la gigante empresa mediática Naspers, y su esposa, Karen Roos, exdirectora de la revista Elle Decoration South Africa, compraron la casa de campo cuya propiedad retenía la familia Hobhouse desde el siglo XVIII. Su último custodio era Niall Hobhouse, crítico de arquitectura e hijo de la gran dama de la jardinería inglesa, Penelope Hobhouse, cuya inmensa creatividad ha dejado rastro en la finca.

Uno de los tres restaurantes de The Newt in Somerset, abastecido con las frutas y verduras que crecen en los terrenos de la finca.
Uno de los tres restaurantes de The Newt in Somerset, abastecido con las frutas y verduras que crecen en los terrenos de la finca.Manuel Vázquez

“Muchas casas de campo antiguas inglesas son extremadamente caras porque están protegidas. No puedes derribarlas para comenzar a construir de cero. Ese mantenimiento recae en cada generación, pero el Gobierno se lleva en cada traspaso un 40% a través del impuesto de sucesiones. Hay menos dinero, y el cuidado de la casa es cada vez más caro. Niall Hobhouse se decidió a vender, y la finca acabó afortunadamente en manos de Koos Bekker y Karen Roos”, explica Arthur Cole, el director de proyectos de The Newt in Somerset, elegido el año pasado como el mejor hotel boutique del Reino Unido por la organización Top 50 Boutique Hotels.

Bekker y Roos, propietarios del ya legendario hotel Babylonstoren, con sus viñedos y jardines, en el sudafricano valle de Drakenstein, incorporaban su pasión por la naturaleza; la voluntad de pensar en grande el nuevo proyecto; y el amor desde la distancia por la campiña inglesa, un amor no contaminado por la desilusión del Brexit, la eterna lucha británica de clases o los clichés desgastados como el de la serie Downton Abbey.

Piscina y spa, en uno de los graneros reconvertidos.
Piscina y spa, en uno de los graneros reconvertidos.Manuel Vázquez

Un newt es un tritón, una pequeña salamandra anfibia con cresta, de apenas 12 centímetros. Es autóctono de Somerset y sus 2.000 ejemplares dan nombre a un proyecto de lujo y sostenibilidad, de regeneración y exclusividad, que ha dado la vuelta, que ha revisitado la idea de la casa de campo inglesa.

Una “granja con habitaciones”. La finca adquirida por la pareja sudafricana, cerca del pueblo de Bruton, comprendía dos propiedades: Hadspen House, la mansión victoriana, y Emily Estate. Doce hectáreas de jardín y cientos de hectáreas de bosque y terreno cultivable, con molinos, graneros, establos y casas de campo repartidas a lo largo de la extensión. Un microcosmos con la pretensión de autoabastecer a los tres restaurantes del complejo, Botanical Rooms, Farmyard Kitchen y Garden Café, y construir un legado para las siguientes generaciones de vecinos de Somerset.

Salón de té de Hadspen House.
Salón de té de Hadspen House.Manuel Vázquez

Un hotel galardonado con tres llaves Michelin cuyos empleados, cerca de 600, prefieren definir como una “granja con habitaciones” o un “jardín con habitaciones”.

The Newt produce 350 variedades de verduras y frutas, y es capaz de experimentar con cultivos hidropónicos —en los que la tierra ya no es necesaria, basta el agua y los nutrientes— para suministrar alimentos a lo largo de las cuatro estaciones. Sus campos de repollos, acelgas rojas, puerros, tomates o lechuga tienen más apariencia de jardín que de huerto.

El bar principal de Hadspen House, adyacente al restaurante Botanical Rooms.
El bar principal de Hadspen House, adyacente al restaurante Botanical Rooms.Manuel Vázquez

Unas 300 de las 3.000 vacas de la variedad british white que existen hoy en el Reino Unido habitan en la finca. 120 búfalos de agua importados desde Irlanda constituyen el mayor ganado de esta raza en la isla. Su rendimiento es muy inferior al de otras variedades, pero la leche suave y cremosa que producen es la materia con la que se hacen un yogur, una mozzarella y una burrata que plantan cara al queso chédar, el producto más universal del condado de Somerset.

“La utilizamos para nuestro helado. Y aquí quizá sea algo tendencioso, pero creo que con la leche de búfala hacemos el mejor helado del mundo. Tiene una textura y una cremosidad increíbles. Esa sensación que a veces tienes al comer otros helados, que resultan un poco aguados, nunca la tienes con los nuestros”, presume Cameron Knee, el responsable de todos los proyectos agrícolas del complejo. “La agricultura regenerativa se basa en el principio de mejorar siempre el suelo y la biodiversidad de la finca en la que trabajas, para dejarla mejor de como la encontraste”, explica Knee la idea con la que intenta atrapar el ecosistema en que consiste el complejo hotelero.

La carnicería del complejo parece casi una sala de un museo de arte contemporáneo, donde paredes traslúcidas con bloques de sal del Himalaya protegen y maduran las piezas de las reses de la finca, con el propósito de aprovechar —e intentar respetar de ese modo— todas las partes del animal.

Museo arqueológico de The Newt in Somerset, con la villa romana reconstruida al fondo.
Museo arqueológico de The Newt in Somerset, con la villa romana reconstruida al fondo.Manuel Vázquez

Estilo contemporáneo en un marco georgiano. La principal mansión cuenta con 13 habitaciones, a las que se suman cuatro más de los establos adyacentes. Los graneros y vaquerías de la granja lindante han sido reconvertidos en suites con una decoración exquisita.

Que nadie espere los terciopelos georgianos, los grandes cortinajes o los salones recargados de la época. Es evidente la mano de Karen Roos a la hora de reinventar una decoración que mezcla los muebles contemporáneos de Tom Dixon, Moroso o Mooi con pequeños detalles que recuerdan la historia de la residencia. Los retratos de la familia Hobhouse, amontonados en el ático, decoran ahora el bar principal del hotel.

The Newt in Somerset es una lucha constante, exitosa en gran medida, por apropiarse de su entorno y convertirlo en una propuesta de arte, lujo y confort con una marca fácilmente identificable. El japonés Atsushi Hasegawa, diseñador y DJ que trabajó el mundo de la moda durante casi dos décadas en París, aterrizó en la campiña inglesa para replantear a diario la imagen del hotel. “Cuando llegué a esta región me quedé asombrado por la belleza de las distintas tonalidades del verde. Conocía Normandía, en Francia, pero no era lo mismo. Aquí tienes capas de neblina mires donde mires. Las colinas ruedan suavemente en el horizonte, y crean una maravillosa graduación de los distintos verdes. Estamos en Somerset. No tenemos montañas, no tenemos un paisaje marino. Tenemos todo esto. Hagamos algo con ello”, explica Hasegawa, que se obsesionó con impregnar de verde la marca The Newt.

Interior de la piscina climatizada y spa de The Newt in Somerset.
Interior de la piscina climatizada y spa de The Newt in Somerset.Manuel Vázquez

Jardines, manzanas y una villa romana. Los dueños sudafricanos contrataron una vez más las buenas artes de Patrice Taravella, el diseñador de jardines ítalo-francés que había creado el paraíso de Babylonstoren. Su tarea en Somerset era más compleja porque heredaba una finca que ya había disfrutado de las maravillosas ideas de Penelope Hobhouse o de los canadienses Nori y Sandra Pope, que pusieron en pie a principios de la década de 2000 una explosión de armonía y color en la Parábola, el espacio ovoide rodeado de un muro de piedra y ladrillos que constituía el principal jardín de la finca. Hoy su interior es una bella propuesta geométrica que sirve de homenaje al producto estrella de Somerset, la manzana.

The Newt, además de sus jardines, tiene 3.500 manzanos con más de 200 variedades, y una sidrería que ha comenzado a producir productos como el espumoso The Winston, de doble fermentación, la botella de Kingston o la Ice Cider, que se acercan sin complejos a la sofisticación ofrecida por los hoteles viñedos.

Mirador al final de la avenida, que surge de un lateral de Hadspen House. Según la leyenda, en una de las colinas del fondo se encontraba el reino de Camelot.
Mirador al final de la avenida, que surge de un lateral de Hadspen House. Según la leyenda, en una de las colinas del fondo se encontraba el reino de Camelot. Manuel Vázquez

“Normalmente, en cualquier casa de campo inglesa las habitaciones están llenas de flores o de plantas. Aquí tenemos claro que los huéspedes han llegado a una finca maravillosa donde las plantas, los jardines, están todos fuera. Los invitamos a lanzarse a explorarlos”, sugiere el director del hotel, Chris Bancroft.

El hotel es un desafío constante a ensayar la excelencia. Koos Bekker invitó a un equipo de arqueólogos de Oxford a dedicar 18 meses de sus vidas a investigar y reconstruir los restos de Villa Ventorum, la casa romana localizada hace décadas en la finca. Hoy es un fascinante edificio reconstruido con material de la zona y rodeado de viñedos.

Existe la creencia de que Avalon, en la antigua lengua bretona, significaba “isla de las manzanas”. En la mitología inglesa es la isla donde descansan los héroes y está enterrado el rey Arturo. La manzana siempre ha sido la llave del paraíso, y The Newt in Somerset es un intento de llevar ese paraíso a la campiña inglesa.


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Sobre la firma

Rafa de Miguel
Es el corresponsal de EL PAÍS para el Reino Unido e Irlanda. Fue el primer corresponsal de CNN+ en EE UU, donde cubrió el 11-S. Ha dirigido los Servicios Informativos de la SER, fue redactor Jefe de España y Director Adjunto de EL PAÍS. Licenciado en Derecho y Máster en Periodismo por la Escuela de EL PAÍS/UNAM.
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