Por qué es importante saber la procedencia de nuestras plantas para el futuro del planeta
A través de la campaña #PlantHealth4Life, la Unión Europea y el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación nos ayudan a evitar plagas y otras amenazas para el medio ambiente y la economía.
A la vuelta de vacaciones, es habitual que muchos viajeros traigan un recuerdo a casa. Puede ser una pieza de artesanía, un cuadro o simplemente una camiseta, pero también hay turistas que optan por llevarse una planta exótica, frutas o unas semillas, buscando recrear esa belleza natural que se encontraron en su viaje en su propio hogar. Un gesto en apariencia tan inocente puede desencadenar una plaga vegetal que afecte al ecosistema del lugar en el que se ha introducido. Por esa razón, la norma de declarar la introducción de especies vegetales en un país está ya muy arraigada en lugares como Estados Unidos o Australia. Aunque dentro de la Unión Europea también existen medidas para preservar el ecosistema y evitar la propagación de plagas y enfermedades, existe poca concienciación. Por ello la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), junto a organismos en 22 Estados miembro como el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación de España, han lanzado la campaña #PlantHealth4Life para difundir las buenas prácticas para prevenir estas amenazas.
Romper el equilibrio
Puede parecer exagerado que la introducción de una planta -e incluso una pieza de madera sin tratar- desencadene un problema medioambiental, pero la historia nos muestra muchos ejemplos de cómo los ecosistemas y las economías de un país se pueden ver alterados de forma drástica. Dos de ellos son la hambruna de la patata de Irlanda y la plaga de la filoxera que asoló las vides de Europa, ambas surgidas a finales del siglo XIX. En la primera, la introducción de un hongo provocó una epidemia de mildiu, una enfermedad que afecta a tubérculos como la patata, de cuya producción y consumo dependía una gran parte de la población del país. Los resultados fueron devastadores: entre 1845 y 1849, la población irlandesa decreció un 20% debido a los fallecimientos y los movimientos migratorios. En el caso de la filoxera, este parásito de la vid entró en Francia a mediados del siglo XIX y en la Península Ibérica en 1875 por Málaga, extendiéndose por toda la península arrasando gran parte de las plantaciones, y provocando que varias variedades de vid prácticamente se extinguieran.
Esto se debe a que las especies nativas muchas veces no tienen defensas naturales contra organismos extraños para ellas, ya se trate de hongos, bacterias, virus o insectos. Al no tener una barrera natural, estos organismos tienen vía libre para reproducirse y, con ello, afectar a la población de ciertas especies vegetales de manera drástica. Otros ejemplos más recientes los encontramos en la grafiosis del olmo, provocada por un hongo, que ha afectado de manera catastrófica a esta especie de árbol en Europa, o el nematodo de la madera de pino, un gusano que llegó de Norteamérica y que ha provocado graves daños a las poblaciones de pinos en Portugal y en España.
En la actualidad, la Unión Europea tiene una lista con una veintena de plagas que se consideran prioritarias, y que trabaja para que no se propaguen. La Xylella fastidiosa es una bacteria que entró por primera vez en Europa a través de Italia en 2013. Causa enfermedades en distintas variedades de plantas, entre ellas la vid, el almendro o los olivos. Por su parte, la HLB es una enfermedad bacteriana que está considerada como la mayor amenaza mundial para los cítricos, afecta a los frutos, haciéndolos inservibles para el consumo, y matando a la mayoría de los árboles infectados en un plazo de tres a diez años. Actualmente, no existe una cura para esta enfermedad y, de suceder, su introducción en Europa podría tener consecuencias devastadoras para la citricultura mediterránea.
Estos desequilibrios no solo tienen un coste medioambiental, sino que también afectan a las cosechas y, como consecuencia, a la economía. Para hacernos una idea, una investigación del Instituto de Agricultura Sostenible IAS-CSIC sobre el impacto económico en los olivos europeos de la pauca, una de las subespecies de la Xylella fastidiosa, cifra en 17.000 millones de euros la repercusión que tendría su introducción en España en un horizonte temporal de cincuenta años.
Cómo prevenir las plagas
Pese a que pueda pensarse que estas plagas están más relacionadas con el mundo agrícola, la introducción de estos elementos externos que pueden provocarlas es una responsabilidad compartida, por lo que todos los ciudadanos y ciudadanas que tengan plantas en casa deben seguir una serie de medidas de precaución. Por ejemplo, es fundamental no traer plantas, flores y semillas, pero tampoco frutas o verduras, e incluso souvenirs de madera no tratada, de fuera de la Unión Europea. Ese recuerdo de un viaje a alguna zona de Asia, África o América puede albergar un microorganismo que puede poner en riesgo nuestro entorno.
En el caso de tener un jardín o una zona de plantas en casa, también es importante saber la procedencia de las especies que se plantan en él. Las plantas autóctonas siempre tendrán una mejor adaptación y resistencia al medio que otras que no sean propias del lugar. También nos ayudarán a gestionar mejor el agua, ya que son capaces de conservarla con mayor eficacia.
En caso de comprar plantas o semillas de fuera de la Unión Europea, es fundamental que vengan acompañadas de un certificado fitosanitario, mientras que para el comercio de plantas dentro de la propia UE es necesario que todos productos vegetales cuenten con un pasaporte fitosanitario. Este salvoconducto recoge la información básica para el comercio de semillas, esquejes, plantas y árboles dentro de la unión, especifica su procedencia y garantiza que su uso es seguro. Este documento se aplica no solo a plantas y productos vegetales, sino también a semillas, tanto para uso agrícola como para el consumidor que las planta en su propia casa. En caso de que no cuente con ese documento, debemos evitar introducir esa especie en nuestro entorno.
Estos y otros consejos se pueden encontrar en la web de #PlantHealth4Life, la campaña de la Unión Europea que difunde las buenas prácticas en cuanto a nuestra relación con plantas y otras especies vegetales presente en 22 países de la unión. Difundir entre todos la importancia de estas medidas, ser más conscientes del papel de cada uno en preservar el ecosistema local y adoptar pequeños gestos y decisiones en el día a día contribuye a preservar nuestro entorno.
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