Storm Pablo: el estilista que convirtió a Bad Bunny en icono también de la moda
Este joven nacido en la Isla de Guam pasó de poner copas a ponerle una falda al monarca de la música urbana. En su coctelera caben el reguetón, Kurt Cobain y Dennis Rodman
Al poner un pie dentro del apartamento de Storm Pablo, llama la atención un kilt escocés, con una gran franja de cuero como cinturón, enmarcado sobre la encimera de la cocina. Se trata de la falda que Bad Bunny utiliza en el vídeo de ‘Yo perreo sola’ (2020). La canción estaba incluida en el álbum YHLQMDLG, las siglas de lo que el puertorriqueño ha hecho con su meteórica carrera: yo hago lo que me da la gana. Esa es también la principal enseñanza que el conejo malo le ha dejado a su estilista Storm en los tres años que llevan trabajando juntos.
La falda enmarcada sirve de recordatorio de que el estilismo se ha convertido en “una forma de arte”. Con ‘Yo perreo sola’ le quedó claro a Storm, de 31 años, que con Bad Bunny no valían las fronteras. El cantante estaría dispuesto a cualquier cosa. “Fue la primera falda que le pusimos. También fue la primera vez que sentí que, para el futuro, así sería como tendríamos que empujar los límites”, cuenta en su apartamento en Los Ángeles. Su trabajo se convirtió entonces en algo más que buscar la ropa de moda. Estaba construyendo una estética para la música pop moderna junto a lo que hacen Rosalía y los también puertorriqueños Rauw Alejandro y Jhay Cortez, quien es también cliente de La Tormenta, como le llaman todos. “Nunca se trató de que fuera a las tiendas en busca de lo más loco que pudiera hallar. Eso no era mi meta. Solo estaba cansado de ver siempre lo mismo”, dice.
La química entre Storm y Bad Bunny es un misterio. El estilista no habla español, lo está aprendiendo, y la estrella del reguetón no habla inglés. Ambos tienen orígenes similares. Nacieron en islas, pero rompieron una vida insular para lanzarse a la conquista de otras regiones. Storm, cuyo nombre es Manuel San Agustín Pablo III, nació en Guam, la más grande de las islas Marianas, un archipiélago en el Pacífico. Guam, como Puerto Rico bajo el protectorado de Washington, sirve como zona de repostaje a los barcos de la Armada estadounidense. Su padre era militar.
Su familia dejó Guam cuando tenía 11 años. Desde entonces, su vida estuvo regada por lugares muy tranquilos donde le fue difícil echar raíces. Kansas, Oklahoma, Alaska. Desde pequeño tuvo la “urgencia” de expresarse a través de su vestimenta. “Siempre iba a la escuela y la gente me decía: ‘Te vistes de forma demasiado ostentosa”. Llama “hogar” a Seattle, donde cursó el bachillerato y se hizo mayor de edad. En esa ciudad del Estado de Washington, Pablo se impregnó del estilo de las leyendas locales, entre ellas Kurt Cobain, cuyo famoso cárdigan de segunda mano ha sido subastado recientemente por más de 300.000 dólares. Como hijo de los noventa, Cobain es uno de sus grandes referentes. También lo es Dennis Rodman, quien rompió esquemas en la NBA con vestimentas estrafalarias y pelo de colores chillantes.
Pablo dejó Seattle por Los Ángeles, adonde llegó con 27 años y el sueño de dedicarse a lo que amaba. “Era el momento”. Ya había trabajado como vendedor en tiendas de ropa, pero en la ciudad californiana comenzó a hacerse cargo de algunos showrooms, donde coordinaba algunas sesiones para raperos o grupos masculinos de pop, un empleo que compaginaba con servir tragos en bares. Así llegó a Bodega, una tienda de ropa popular entre los aficionados a la moda. Como encargado de relaciones públicas, tenía entre sus obligaciones regalar prendas y accesorios a los artistas. Y conoció al equipo de Bad Bunny. Una llamada le cambió la vida un día. “Me preguntaron si quería hacer el estilismo para los VMA [los premios de MTV, en 2019]”, cuenta.
“La diferencia entre todos los artistas con los que he trabajado y Benito [Bad Bunny] es que ha sido el único que me dijo que no estaba pensando lo suficientemente en grande. Los demás dicen: ‘Oh, muy bien, gran trabajo’ o ‘No uso esto o no uso aquello’, pero él me ha permitido empujar su agenda”, añade Storm. “Siento que lo encontré en el mejor punto de su carrera. Su estilo ya era muy cool, pero pudimos elevarlo al nivel 100″.
El pequeño apartamento de Pablo es un rectángulo de doble altura. Al entrar, uno se topa con un número enmarcado de ‘El País Semanal’. La revista, de enero de 2021, tiene en la portada a Bad Bunny. “Eso ya estaba allí, ha sido una coincidencia”, ríe Storm, quien pide permiso para usar lentes oscuros en la sesión de fotos para ocultar el cansancio en los ojos, provocado por dos meses de gira. La noche anterior a la entrevista fue el concierto en Los Ángeles que cerró la primera parte del tour Un verano sin ti. Pablo estará unos días en casa antes de viajar a Nueva York para trabajar con el rapero sureño Jack Harlow.
Debajo de una gran televisión hay varias revistas y un par de libros, uno de fotografías de Helmut Newton y otro del escritor negro y activista gay James Baldwin. Al fondo hay un enorme espejo enfrentado a un guardarropa de dos niveles. Son las prendas que ha utilizado Benito Antonio Martínez Ocasio en el tiempo que lleva trabajando con La Tormenta. Allí está la acolchada chaqueta a cuadros diseñada por el escocés Charles Jeffrey Loverboy que usó Bad Bunny en los premios de 2019 del gigante de la pornografía Porn Hub. Cuelga del perchero también un chaleco popularizado durante la gira de El último tour del mundo. “Este daba unas vibras playeras”, dice Storm, vestido de negro, y quien define el estilo para vestirse a sí mismo como de corte limpio y sobrio, con la marca Acne Studios entre sus predilectas. La prenda que sostiene en sus manos se asemeja a un salvavidas del que salen largas tiras. Storm asegura que los fanáticos del puertorriqueño acudían a los conciertos con versiones fabricadas de esa misma pieza.
Minutos después, descuelga una chaqueta de plumón que parece a la vez chaleco policial y una estilosa pieza, nada práctica, para sobrevivir en el Ártico. Está decorada con unos parches con versos. Firmada por TAKAHIROMIYASHITA The Soloist, solo se fabricó un puñado a 7.000 dólares la prenda. Bad Bunny la utilizó en el videoclip de ‘Ignorantes’, donde le daba un look futurista. Storm posa con ella un par de minutos, que ya considera demasiados para el cálido clima angelino.
Ocupa un lugar especial en su guardarropa una chupa roja y negra. La diseñó inspirado en Kane, uno de sus ídolos de la WWE. “Es otra de las cosas que tenemos en común Benito y yo, nos encanta la lucha libre”, dice. Una figura de acción de Bad Bunny como luchador sobre un buró lo avala. Benito, su amigo, posó con el traje de Kane en su cumpleaños, dando un gran impulso a la marca de ropa de Pablo, llamada CNTRA.
El nombre de su marca le llegó mientras cenaba alitas de pollo con su socio, Campbell. Era uno de los conceptos que había visto en sus clases de español. Inmediatamente supo que las cinco letras le bastaban para definir lo que querían decir. “Queríamos ser muy cuidadosos con el nombre porque no queríamos que existiera ningún límite en lo que podíamos hacer con ella”. Además de vender en línea, la única tienda se encuentra en un lugar algo excéntrico, un centro comercial de Scottsdale, Arizona. No tienen prisa por estar en una ciudad de referencia. Por el momento, La Tormenta seguirá a la contra.
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