Luca Guadagnino: “Llevo escuchando la profecía de la muerte del cine desde hace 40 años y no ha ocurrido”
El director de cine italiano ha removido al público y al jurado del Festival de Venecia con su última película, una historia de dos caníbales con sed de sangre y hambre de amor. Ya está preparando su próximo golpe, su primer filme para un gran estudio de Hollywood
Una de las películas favoritas de Luca Guadagnino (Palermo, 51 años) es El conformista (1970). La cinta de Bernardo Bertolucci, basada en la novela de Alberto Moravia, cuenta la historia de Marcello Clerici, un hombre que se une al partido fascista italiano en tiempos de Mussolini y que reprime su homosexualidad para pasar inadvertido en esa sociedad violenta y totalitaria. Para Guadagnino es inconcebible la idea de que otros le dicten quién debe ser. No le gusta que lo encasillen. Si uno se refiere a su obra como “cine de autor” o cine de culto queer, él aclara sutilmente que no se siente identificado con esos términos. Si lo defines como un esteta, te dice educadamente que no lo comparte. “No suelo creer en las etiquetas que se ponen las personas o en las que me ponen a mí”, explica el director de cine por videoconferencia desde Milán.
Así es Guadagnino, imposible de clasificar y fuera de todo convencionalismo. Lleva más de 20 años dirigiendo y produciendo películas y documentales, pero también es interiorista —ha creado su propia oficina de decoración y arquitectura—, agricultor —ha comprado una villa del siglo XIX en el norte de Italia en la que va a cultivar uvas— y hasta ha dirigido óperas —en 2011 debutó con Falstaff, de Verdi—. Además, ha fundado una agencia creativa que asesora a marcas de moda y lujo como Fendi, cuyas prendas luce en este reportaje. “Luca es un artista completo, siempre está lleno de energía y con una imaginación extraordinaria”, dice Silvia Venturini Fendi, directora creativa de accesorios y de la línea masculina para la firma italiana, en conversación con El País Semanal. “Lo que me gusta de él es el gran equilibrio que tiene entre su estética y su visión. Yo soy muy rápida, pero me aburro muy fácilmente. Luca, cuando tiene una idea, puede esperar años, elaborando lentamente una historia en torno a su visión”.
La filmografía del artista es casi tan inclasificable como él mismo. Io sono l’amore (2009) narra la caída de Emma Recchi, una rica burguesa expulsada de su familia por seguir sus impulsos; Cegados por el sol (2015) es un drama en torno a Marianne Lane, una cantante de rock que ha perdido su voz; Call Me By Your Name (2017), su título más famoso, aborda el romance imposible entre Elio, un joven prodigio de la música, y Oliver, un académico bastante mayor que él; mientras que Suspiria (2018) es un filme de terror sobrenatural basado en el clásico homónimo de Dario Argento. Su universo de personajes es rico y diverso, pero todos tienen algo en común entre sí y con él: son o se sienten parias, forasteros en su propio mundo.
Su nueva película, Hasta los huesos: Bones and All, cuyo estreno en España está previsto para noviembre, va por la misma senda. En ella, Guadagnino retrata el viaje por carretera que emprenden dos adolescentes caníbales con sed de sangre y hambre de comprensión. Para algunos críticos, la cinta, protagonizada por Timothée Chalamet y Taylor Russell, es cine gore —incluye escenas viscerales y de violencia extrema—, para otros es un road trip. Para él es sencillamente una historia de amor. “Es el retrato de dos vagabundos que están unidos por la imposibilidad de su naturaleza y que buscan la manera de consolarse el uno al otro y de encontrar una sensación de normalidad inviable”, reflexiona su autor.
Las críticas de Hasta los huesos han sido dispares, pero el jurado y el público del Festival de Cine de Venecia han caído rendidos a los pies de Guadagnino. La película recibió una ovación de más de ocho minutos en la sala grande de la Mostra y su creador regresó a su casa con el León de Plata a la Mejor Dirección. “Nunca presento mis filmes con expectativas, más bien con tensión y un poco de miedo. La forma en que este fue recibido ha sido tan conmovedora… Estoy sorprendido y emocionado. Esa sorpresa siempre es una gran razón para seguir adelante”, reconoce el director, que ahora está rodando Challengers para MGM. Este drama, ambientado en el mundo del tenis, estará protagonizado por Josh O’Connor y la superestrella Zendaya, y será su primer filme para un gran estudio de Hollywood.
Hasta los huesos: Bones and All es bastante provocativa…
La provocación siempre está en los ojos de quien la contempla. Yo no hice esta historia para provocar, sino con la firme creencia en la belleza de los personajes y su viaje. Me siento completamente conectado con su bella imposibilidad. Nunca me ha interesado demasiado hacer una película con la mera intención de escandalizar o alborotar. Lo considero un gesto vacío.
Entonces, ¿qué siente cuando la crítica se refiere a usted como un provocador?
El periodismo es un trabajo y la crítica cinematográfica bien hecha es un arte. Yo no pido que mis películas sean bien o mal recibidas, solo pido una buena crítica. Para mí, una mala crítica que está bien escrita es una buena crítica. Si algo está bien escrito, es interesante y puedes aprender algo. Siempre aprendo algo leyendo lo que se escribe sobre mi trabajo, sea positivo o no.
Call Me By Your Name es considerada una película de culto por la comunidad gay. De hecho, a veces se habla de su obra como cine queer. ¿Se siente identificado con esa etiqueta?
En los últimos años, he tenido más contacto con la cultura estadounidense y he entendido que la mente anglosajona necesita etiquetar todo y meterlo en cajas. Es su forma de ser y es su forma de pensar. Así funcionan, aunque yo no clasifico las cosas de esa manera. Pero me gusta la idea de que alguien utilice el término queer con una intención subversiva.
Ciertamente es difícil etiquetarlo. Es director, diseñador de interiores, consultor. ¿Hay algo que no le interese?
Es difícil decir que algo no me interesa porque entonces me estaría contradiciendo. Siempre me encuentro con algo interesante que no esperaba ver. Soy una persona muy curiosa y capaz de hacer muchas cosas al mismo tiempo. E intento hacerlas lo mejor posible. Ahora mismo solo hay dos cosas que no me interesan en absoluto: el discurso público mainstream, el dominante y establecido, y las redes sociales.
No se está perdiendo nada en las redes sociales.
Ya.
¿Qué opina sobre la cultura de la cancelación?
Prefiero no decir nada sobre la cultura de la cancelación. Es algo sobre lo que no tengo una opinión.
Parece un hombre tranquilo. ¿Qué le preocupa?
Muchas cosas.
¿Por ejemplo?
Es una pregunta demasiado íntima. No puedo responderla.
Pero estamos viviendo tiempos difíciles: la guerra, la crisis energética, la inflación, la política… ¿Cómo afecta todo eso a su trabajo y creatividad?
Estoy acostumbrado a las crisis porque soy de la generación del posapocalipsis. Recuerdo perfectamente el accidente de Chernóbil, en 1986. Ya entonces la idea del fin de los tiempos era una constante. Crecí con todo eso: el apocalipsis nuclear, la Guerra Fría, Ronald Reagan, la guerra de Irak, el horrible genocidio en Ruanda…, pero el fin de los tiempos no ha llegado, no ha ocurrido. Por eso digo que formo parte de la generación del posapocalipsis. ¿Estamos inmersos en una crisis? Sí. No digo que sea una sensación bonita, pero yo ya me he acostumbrado.
Todas sus películas están empapadas de belleza. ¿Es intencional o natural?
Bertolucci conoció al Dalái Lama durante el rodaje de Pequeño Buda. Este le dijo: “Lo que es forma es vacío, lo que es vacío es forma”. Tengo la esperanza de estar luchando por eso.
Su filmografía también está llena de sensualidad. ¿Qué cosas le parecen sexis?
Supongo que la nariz y los pies de un hombre [risas].
La moda siempre tiene un papel importante en su universo creativo. ¿También lo tiene en su vida personal?
La moda es una forma de expresión y un negocio, y en ese sentido me parece fascinante. Tengo muchos amigos que trabajan en diferentes sectores de la moda: desde el negocio hasta la creatividad, pasando por la distribución y el marketing. También conozco a muchos arquitectos, doctores y abogados. Mi verdadera pasión son los abogados, ¿sabes? Me gusta la manera en que piensan y razonan. La moda per se no significa nada para mí. Respecto a mi modo de vestir, antes era más aburrido. Ahora me gusta jugar más con la ropa. Finalmente, disfruto jugando con las prendas, como he hecho en esta producción. Me lo he pasado muy bien.
¿Cómo surgió su amistad con la casa Fendi?
Conocí a Silvia Fendi en un balcón durante la inauguración del Palazzo Fendi, en 2005. Me encontré con una mujer bella y con una mente bella. Una persona con ingenio, con un gran sentido del humor y con un enorme conocimiento de lo que hace. Ella crea desde su propio punto de vista de la vida. Y además es de signo Leo, como yo. Así que nos hicimos amigos inmediatamente. Conocerla ha sido una de las mejores cosas que me han pasado en la vida.
¿Entonces cree en el horóscopo?
¡Sí! Lo más bonito es conseguir que el horóscopo te diga lo que tú quieres oír. Una vez, una amiga me dijo: “Puedes ir al psicólogo o puedes leer el horóscopo. Uno es más barato que el otro”.
Así que nunca ha ido al psicólogo.
Solo una vez. Me dijo que no la necesitaba, que podía irme a casa. Bueno, me lo dijo en ese momento, hace 15 años. Quizá debería pensar en volver.
Volviendo a la moda, acaba de hacer un documental sobre el zapatero Salvatore Ferragamo, que se estrenará en noviembre en Estados Unidos. ¿Qué le interesó sobre él?
Ferragamo fue un inventor, un forjador, un pionero, un maverick… una persona que consigue todo lo que se propone siempre es interesante. Quería saber más sobre él y descubrí muchos conceptos atractivos: la idea del inmigrante italiano que llega a Estados Unidos, la idea del hombre que conquista Hollywood y que crea algo icónico. Además, formó una familia…
¿Qué hay de cierto sobre los rumores de que dirigirá un biopic de Audrey Hepburn?
Cuando lees una noticia que dice “Luca está haciendo esto”, no soy yo quien la cuenta. No quiero hablar sobre rumores.
Pero, ¿por qué siempre hay tantas noticias y rumores sobre los proyectos que va a dirigir?
No lo sé.
Será porque queremos verlo más.
Me estás viendo ahora.
Lo que sí es cierto es que está rodando Challengers, su primera película con un gran estudio de Hollywood. ¿Cómo está siendo la experiencia?
He trabajado con grandes amigos, incluida Amy Pascal, que es la jefa del estudio desde hace muchos años. Ella conoce bien cómo funciona Hollywood y cómo funcionan las grandes películas, así que ha sido una gran fuente de inspiración trabajar con ella. En general, me han dejado mucha libertad para hacer lo que consideraba que era mejor.
A todos nos gusta la libertad.
Ahora, con casi 51 años, siento que he llegado a una posición en la que tengo el control. Hago lo que realmente creo que tengo que hacer. No sé si he hecho grandes cosas o no, eso es discutible. Pero tengo el control.
¿Trabajar en Hollywood es un sueño cumplido?
Para mí, hacer una película en Hollywood no es necesariamente un sueño hecho realidad.
En 2020 dirigió la serie We Are Who We Are para HBO. ¿Le apetece dirigir un proyecto para alguna plataforma de streaming como Amazon o Netflix?
Las he investigado a todas. He intentado entender cómo funcionan estas nuevas plataformas. En general, la manera en que inundan al usuario con tanto contenido similar entre sí no me parece muy atractiva. Esa modalidad no me seduce.
¿No cree que el streaming está matando al viejo Hollywood y a las salas de cine?
Recuerdo que cuando tenía 16 años conocí al gran Franco Maresco, director de Cinico TV [un programa de televisión italiano satírico que estuvo en el aire en la RAI 3 desde 1992 hasta 1996] y de grandes películas de los años noventa [Lo zio di Brooklyn, Enzo, domani a Palermo!]. Este hombre, que era un poco mayor que yo, muy elevado y con un gran conocimiento sobre el cine, me introdujo al trabajo de Jean Renoir. Yo tenía 16 años y me recomendó ver la película Boudu salvado de las aguas, una obra maestra de la que yo no sabía nada. Me dijo: “Tienes que ver esta película y aprender de ella”. Ese fue un gran momento de transmisión de conocimientos de un hombre mayor a un chico joven. Al mismo tiempo, él sabía que yo quería ser director de cine y me desaconsejó seriamente que lo fuera. Me dijo que el cine estaba muerto. Así que llevo escuchando la profecía de la muerte del cine desde hace 40 años y no ha ocurrido.
Tampoco muere la fascinación por Call Me By Your Name. Han pasado ya cinco años de su estreno y le siguen preguntando por ella. ¿Le sorprende? ¿Lo hace sentir orgulloso o le molesta?
[Breve pausa]. No lo sé. Amo esa película y amo haberla hecho. Y aunque hayan pasado cinco años, todavía me sigue interesando oír lo que la gente tiene que decir sobre ella.
Los fans esperan una segunda parte. ¿Habrá una secuela?
En mi vida he aprendido que todo es posible.
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