Ha llegado la hora de darle una vuelta a los cócteles de siempre

Cuando a François Monti le pidieron que escribiera un libro sobre recetas de cócteles, tenía claro que debía ser algo fácil y sin elitismos. Así surgió Mueble Bar: Coctelería clásica y básica en casa, un volumen, editado por Abalon Books, que hace alarde de tragos sencillos donde a partir de tres o cuatro ingredientes se puede llegar a la cima del buen beber.

Monti, nacido en Lieja hace 40 años, pero instalado en Madrid hace 13, se ha convertido en una de las máximas eminencias del mundo de las mezclas: elegido una de las 100 personas más influyentes por la revista Drinks International, es, a la vez, un cuidado defensor de los bares de siempre y de la historia de los destilados.

La ginebra y el ron han formado parte de la cultura española desde tiempo inmemorial. La primera ha contado con primitivas destilerías en localidades como Mataró, donde hay referencias de “ginebra de calidad” allá por 1797. Mientras, el segundo tiende sus lazos mucho más lejos debido a las relaciones entre esclavismo e industria azucarera que se fraguaron en el Caribe. Hoy todo ha cambiado.

“Dado que para muchos españoles el primer paso en el mundo de la coctelería llegó tras descubrir el universo del gin-tonic, la ginebra es sin duda la bebida espirituosa sobre la que más información se ha dado”, cuenta Monti sobre el devenir de esta bebida, con la que se pueden preparar combinados de tanto interés como un Southside (ginebra, lima, azúcar, hierbabuena), un Bees Knees (ginebra, limón, miel) o un Gin Fizz (ginebra, limón, azúcar).

Los cambios que se han vivido en poco más de una década han posibilitado que se normalice lo premium. “En España, con las bebidas pasa como con los equipos de fútbol o los partidos políticos, las personas no cambian. Sin embargo, con la locura de la ginebra y la explosión de sabores y perfiles hemos realizado un camino de no retorno. La gente ahora quiere pagar un poco más por algo de calidad”, reflexiona. Entre sus recomendaciones hay desde exquisiteces holandesas como la Old Duff Maltwijn, cuyo sabor es similar al de un whisky no añejado, a firmas mucho más reconocibles, pero igual de interesantes, como Tanqueray, Bombay, Beefeater o Plymouth.

Para iniciarse en rones, no tan dulces como los que se consumen en España, es recomendable hacerse con aquellos que vienen de Cuba o Jamaica, como Havana Club Selección de Maestros, Appleton V/X o Plantation Xaymaca Dry. “El ron jamaicano es único. Tiene un perfil más intenso, lo que algunos expertos llaman funk”, comenta Monti, enamorado de las islas y de aquellos daiquiris que descubrió en la Asociación Canaria de La Habana, en 2012, cuando viajó por primera vez.

Mueble Bar, más que una guía líquida, es un certero mapa con el que viajar y avistar historias y realidades diferentes. Una manera, como cualquier otra, de aprender a beber con mucho conocimiento y algo de mesura. “En el libro recomiendo seis botellas para empezar, con ellas quien quiera podrá realizar más de una veintena de cócteles, que es mucho más de lo que probablemente la gente vaya a hacer”, indica con sabia retranca belga.

Ramos Gin Fizz

→ Ingredientes: 60 mililitros (ml) de ginebra London Dry, 15 ml de zumo de limón, 15 ml de zumo de lima, 30 ml de jarabe de azúcar, 15 ml de nata, 2 gotas de azahar, clara de huevo y agua con gas.

→ Decoración: Piel de limón.

→ Vaso: Vaso largo.

Martinez

→ Ingredientes: 60 ml de vermut rojo dulce, 30 ml de ginebra Old Tom, 5 ml de licor de marrasquino, 2 golpes de bitters aromáticos y un golpe de bitters de naranja.

→ Decoración: Guinda.

→ Vaso: Copa de cóctel.

Daiquiri

→ Ingredientes: 60 ml de ron blanco estilo cubano, 30 ml de zumo de lima y 15 ml de jarabe de azúcar.

→ Decoración: No necesaria.

→ Vaso: Copa de cóctel.

Mojito

→ Ingredientes: 60 ml de ron blanco estilo cubano, 30 ml de zumo de lima, 1 cucharada sopera de azúcar, 1 ramita de hierbabuena y agua con gas.

→ Decoración: Ramita de hierbabuena y, opcional, bitters aromáticos.

→ Vaso: Caña / tubo ancho.