_
_
_
_
La imagen
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Que sea para bien

Columna de Juan José Millás.

El canciller alemán Olaf Scholz durante un viaje a Bruselas de camino al Consejo Europeo el 15 de diciembre de 2021.
El canciller alemán Olaf Scholz durante un viaje a Bruselas de camino al Consejo Europeo el 15 de diciembre de 2021.Jesco Denzel (Getty Images)
Juan José Millás

He aquí a Olaf Scholz, sucesor de Angela Merkel al frente de la cancillería alemana, en una de las primeras fotos que han circulado de él desde su toma de posesión.

¿Qué nos dice esta imagen?

Nos dice que a Scholz, como a nuestro Pedro Sánchez, entre otros, le gusta la estética kennedyana, que viene a ser la de un hombre en mangas de camisa (blanca), dotado de la energía del que ha dormido bien, recién duchado, recién afeitado, y quizá después de haber hecho un poco de cardio en el gimnasio. Se trata de una estética que, como la de los buenos detergentes, sufre pocas modificaciones porque sirve para todos los tiempos. La limpieza exterior sugiere en el que la observa una pulcritud de carácter moral que, racionalmente hablando, no tiene por qué darse. Pero aquí no hablamos de la razón, sino de los sentimientos, y este señor transmite una sentimentalidad política de una eficacia sorprendente.

Funciona su postura corporal. Funciona el juego de sus manos, funciona la alianza matrimonial. Le funciona la calva, el entrecejo, las orejas, las gafas, le funciona todo del mismo modo que funcionan los asientos de piel, el cinturón de seguridad que atraviesa uno de ellos y la luz sin mácula que entra por la ventanilla de la izquierda. Cabe suponer que funcionan asimismo los motores de la aeronave que lo conducen de un lado a otro leyendo siempre el mismo informe. Si un pedazo tan pequeño del país que dirige este hombre funciona así, el país debe de ir como una moto. Y de eso se trata, de que parezca que va como una moto. Lo que hace falta es que sea para bien.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Juan José Millás
Escritor y periodista (1946). Su obra, traducida a 25 idiomas, ha obtenido, entre otros, el Premio Nadal, el Planeta y el Nacional de Narrativa, además del Miguel Delibes de periodismo. Destacan sus novelas El desorden de tu nombre, El mundo o Que nadie duerma. Colaborador de diversos medios escritos y del programa A vivir, de la Cadena SER.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_