Querida adolescencia LGTBIQ+
No se trata solo de a quién amas, se trata de quién eres. Por eso, aunque nos rompa por dentro, somos también Samuel
No es fácil tener 15 años. Pero eso ya lo sabes, así que no subrayaré preguntas para las que quizá no haya respuesta, pues por mucho que intenten convencernos de que crecer equivale a resolver dudas, sospecho que consiste en lo contrario.
Me gustaría hablarte de lo distintos que fueron esos años en los noventa cuando yo tuve tu edad. Me gustaría celebrar que la adolescencia actual no se niega su voz como sí la silenciamos quienes fuimos adolescentes entonces. Quizá hayan intentado convencerte de que éramos más libres y felices. Y te lo habrán contado desde esa nostalgia que engrandece un tiempo que no se parece al que se recuerda, olvidando que su relato excluye a quienes, como jóvenes LGTBIQ+, ni siquiera gozábamos de una triste mención.
Ahora debería ser diferente. Debería estar describiendo la felicidad con que viven sus identidades y orientaciones todas las personas de tu edad, celebrando que nadie cuestiona la existencia de la infancia y adolescencia LGTBIQ+, que se respeta vuestra voz en una sociedad que entiende que vuestra vida es solo vuestra. Desearía hablarte de cómo hemos erradicado el bullying LGTBIQfóbico y que ya no escucháis despectivos “maricones” ni “bolleras” en el instituto, ni vuestros deadnames. Hablarte de que ya no hay menores LGTBIQ+ que sufren la violencia de sus familias. Me gustaría decirte que los intentos de suicidio entre adolescentes LGTBIQ+ son inexistentes, que no quedan países donde se nos criminaliza, que ya no nos matan por ser.
Pero entonces te estaría mintiendo. Y no te ayudaría a ser más libre: necesitamos asumir los problemas para afrontarlos y que nadie se robe sus días, ocultándose tras una máscara que nos impide ser. Porque no se trata solo de a quién amas, se trata de quién eres. De esa raíz identitaria que únicamente te pertenece a ti. La raíz que algunos pretenden cercenar con su odio y nos exigen unirnos desde las leyes, la cultura y la educación, empuñando con orgullo tizas y libros a los que debemos sumar la memoria de quienes nos precedieron, esa generación condenada a la clandestinidad que luchó por los derechos que hoy disfrutamos.
No permitamos que se borren sus nombres. Los de quienes no pudieron ser entonces y los de quienes no han podido ser ahora. Por eso, aunque nos rompa por dentro, somos también Samuel. Somos la herida abierta de un joven de 24 años al que la homofobia, encarnada en turba salvaje, le arrebató su luz y su futuro. Quienes seguimos aquí le debemos la memoria y la lucha para que nunca vuelva a suceder, bordando su nombre —hagamos caso a Lorca— en la bandera de nuestra libertad.
Me gustaría decirte que tener 15 años es sencillo. Que ser LGTBIQ+ en 2021, también. A cambio, puedo asegurarte que hemos avanzado. Y continuaremos haciéndolo. Porque estamos aquí, porque somos contigo y cuentas con nuestro apoyo para ser y expresarte. Para vivir tus días con la intensidad que se merecen. Sin que nada ni nadie te robe uno solo de ellos.
Nando López es novelista y dramaturgo, premio Gran Angular 2020 con La versión de Eric.
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