Cinco debuts Olímpicos
Cuatro deportes se estrenan en Tokio: surf, skateboarding, escalada y kárate. Otro, softbol, regresa a los Juegos. Un deportista de cada disciplina nos cuenta cómo se preparan para pelear por estas nuevas medallas
Surf, skateboarding, escalada, kárate y softbol. Cuatro deportes que debutan en Tokio y uno que regresa a los Juegos. Retratamos a algunos de los atletas que aspiran a hacer historia llevándose una medalla en estas categorías sin tradición olímpica, pero con mucha relevancia popular.
Alexis Sablone ( EE UU). Skateboarding
- Nacida en Connecticut (EE UU) hace 34 años, Alexis Sablone lleva patinando desde los 12. Es skater, arquitecta y también ilustradora. Una plaza de Malmoe (Suecia) está decorada con una escultura que ella misma diseñó titulada Lady in the Square. Sablone, que atesora seis medallas internacionales, es una de las veteranas del circuito y compite en una modalidad denominada street. El skateboard debuta en Tokio. Competirán 40 mujeres y 40 hombres repartidos en dos modalidades: parque (park) y calle (street). El park consiste en un circuito con rampas, mientras que el street cuenta en su recorrido con bordillos, barandillas y escaleras.
- Es un deporte peculiar que no se rige por los mismos esquemas que el resto. Se suele aprender en la calle, sin instalaciones homologadas. Alexis Sablone afirma que esto ha cambiado.
- “Si cuando era más joven me hubiesen preguntado si el skateboarding iba a ser mi obsesión, me hubiera reído y contestado: ‘¡De ninguna manera!”, relató a la revista Rolling Stone. “Pero ahora me siento parte de ello. Algo en mí siente nostalgia por el viejo skateboarding. El de ahora es muy diferente, pero emociona. Ha hecho mucho por las mujeres al brindarnos una posición de igualdad. Ha tenido un impacto económico importante”. Compara el skateboarding con la arquitectura. “Con la tabla te mueves por espacios preexistentes y buscas la manera de darles otro uso; es como coreografiar algo a través de un espacio que fue diseñado para otro propósito. En la arquitectura tratas de crear algo a partir de espacios vacíos”. A ella le mueve la misma obsesión que cuando dibuja: el impulso de repetir una y otra vez (el diseño o el movimiento) hasta que está contenta. “El skateboarding es exactamente eso, una obra en progreso”.
Damián Quintero (España). Kárate.
- Damián Quintero nació en Buenos Aires, pero de porteño no tiene ni el acento. Se instaló en España por casualidad cuando tenía cinco años. La meta de sus padres era Australia, pero se enamoraron de Málaga. Al traste los papeles que ya estaban tramitados para empezar una nueva vida en la otra punta del mundo. Ingeniero aeronáutico, Quintero (36 años) tiene además dos másteres. Uno en Materiales Compuestos de Aeronáutica y otro en Administración y Gestión Deportiva. Cuando en 2015 avisó en su casa de que iba a pedir una excedencia, la madre se tiró de los pelos.
- El kárate todavía no era olímpico, pero había rumores de que lo iba a ser, y Quintero apostó por ello y por dedicarse a él en exclusiva. Pasó muchas horas entrenándose en soledad en una sala del Centro de Alto Rendimiento de Madrid. Finalmente, el deporte que practica al más alto nivel desde hace 19 años debutará en los Juegos de Tokio, y Quintero es uno de los favoritos para las medallas. Solo le falta la olímpica; tiene las de 5 mundiales (un oro, dos platas y dos bronces) y otras 10 de europeos (seis oros y cuatro platas).
- Japón es la cuna del kárate. Kata (la disciplina de Quintero) es una palabra japonesa que describe una secuencia de movimientos. Cada kata tiene un nombre, y no hay golpes ni contrincantes. Es un combate contra un rival imaginario en el que se llevan a cabo una serie de movimientos establecidos y donde se evalúa la fuerza, la velocidad, la potencia, el equilibrio y la capacidad de transmitir. Para trabajar el equilibrio, hacen muchas sesiones con los ojos vendados. Dice Quintero que la parte del cuerpo que más le duele después de un día en el tatami es el cuello y los trapecios. “De los tirones que pegamos”, explica el deportista.
Silvana Lima (Brasil). Surf.
- Tiene 36 años y es brasileña. Fue declarada ocho veces la mejor surfista de su país y subcampeona mundial en 2008 y 2009. Ahora se estrena en los Juegos. Ella y también su deporte. Lima tuvo unos comienzos muy diferentes a la mayoría de surfistas. Creció en una cabaña en las playas de Paracuru, al norte de Fortaleza. Sus padres tenían un puesto de bocadillos y ella los vendía por la playa a los bañistas. Se subió a una tabla de surf con siete años y no volvió a separarse de ella pese a que no le ha sido fácil hacer carrera. Cuenta que la sensación de libertad que produce estar en el agua es “única y maravillosa”.
- Cuando en 2016, año de los Juegos en su tierra brasileña, todavía no era oficial que el surf sería olímpico en Tokio, Lima denunció que no tenía patrocinador y que las marcas le daban la espalda por no cumplir los cánones de belleza. Sin embargo, se buscó la vida para costearse los viajes por el circuito mundial: vendió su casa, su coche y empezó a criar perros. “Las marcas de surf buscan, aparte de que seas una deportista, que seas modelo o estés estupenda. Yo no soy modelo ni una barbie, soy una profesional del surf. Podría pasar por el quirófano e implantarme pecho, pelo, hacer modificaciones en mi cara e incluso usar lentillas, pero no sería yo”, denunció.
- Este año en Tokio, en la playa de Tsurigasaki, en la costa del Pacífico, aspira a una medalla. Los surfistas podrán tomar un máximo de 25 olas y cinco jueces calificarán cada una de ellas basándose en el grado de dificultad, maniobras innovadoras, variedad, velocidad, dominio y estilo.
Yukiko Ueno (Japón). Softbol.
- De los cinco deportes que debutan o retornan en los Juegos de Tokio, el béisbol es el único de equipo. Apareció por primera vez en los Juegos Olímpicos de San Luis 1904 como deporte de exhibición, es decir, sin entrega de medallas. Desde Atlanta 96 hasta Pekín 2008 formó parte del programa olímpico. Luego desapareció. Y este año regresa. Los países con más medallas son Cuba (cinco), Estados Unidos (cinco, pero con menos oros), Corea del Sur (dos), Japón (tres) y Australia (una). Yukiko Ueno es japonesa, tiene 39 años (los cumplirá justo el día antes de la ceremonia de inauguración) y es una veterana. Formó parte del equipo nipón que logró el oro en Pekín 2008, derrotando a la todopoderosa selección de Estados Unidos, y el bronce en Atenas 2004. Estos Juegos serán su última oportunidad de luchar por otro oro olímpico, después de la epopeya de 2008, porque ya se ha anunciado que el softbol no estará en los Juegos de París 2024. Ella dice que el sueño de conseguir un oro olímpico se lo ha tomado como una misión.
- Conocida como la Lanzadora de Hierro, fue considerada durante muchos años como la pitcher más veloz del softbol femenino. Tenía otra misión, que aún no ha podido cumplir. “Un amigo me invitó a jugar cuando tenía 10 años. Me gustó mucho y cuando se incluyó en los Juegos Olímpicos de 1996 comencé a soñar con participar en una competición de ese tipo. Ahora mi labor es ayudar a que este deporte tenga de una vez por todas representación en los Juegos. Esa es una de las razones por las que sigo jugando”, declaró en 2018.
Julia Chanourdie (Francia). Escalada.
- “Cuando tengo dudas, me gusta recordar que la escalada es solo un juego”, dice Julia Chanourdie, francesa de 24 años. Ese juego debutará este verano en los Juegos Olímpicos. Sin embargo, cualquiera que piense en escalada, lo primero que visualiza son montañas, paredes al aire libre y naturaleza. La escalada olímpica poco tiene que ver con eso, es indoor y mezcla tres especialidades muy diferentes: velocidad, bloque y dificultad. Como escribió un responsable técnico de la federación española, es como si en atletismo se eligiera el ganador haciendo el promedio de los resultados de lanzamiento de jabalina, 100 metros y maratón.
- Chanourdie, que nació y vive a orillas del lago de Annecy (Francia), combina la roca con la escalada indoor. Tiene un perfil polivalente y una educación alpina. Su padre, que es también su entrenador, la llevó a la montaña desde pequeña. No tiene medallas en mundiales (sexta en 2016 y octava en 2018), pero es la tercera mujer que ha hecho un 9b de dificultad (dentro de una escala que empieza en el cuarto grado y finaliza, de momento, en el 9c).
- Lo que más destaca, sin embargo, es su biotipo: atlético, sin grasa, pero fuerte. Mide 1,62 metros y pesa 53 kilos, y no 40, que es lo que parecía que se estaba imponiendo en este deporte. Varios expertos han alertado del problema de la anorexia en la escalada. El documental Light, de Caroline Treadway, denuncia los trastornos de conducta alimentaria en la escalada deportiva a través del testimonio de Treadway, que quiso ser una escaladora de élite y empezó tomando un atajo: dejar de comer.
Producción de Sara Cuesta en colaboración con el International Olympic Committee (IOC), Hannah Burns y Marta Téllez. Agradecimientos: Estados Unidos: USOPC. España: COE. Brasil: COB. Japón: JOC, WBSC y JSA. Francia: CNOSF, FFME y IFSC.
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