Ocho planes para abrir el apetito en Alicante, la Capital Española de la Gastronomía 2025
Del castillo a la playa, de tapas a arroces, algunas propuestas para disfrutar de los mejores sabores de la ciudad mediterránea
Alicante es el destino perfecto para disfrutar de una rica oferta culinaria, y más después de ser nombrada Capital Española de la Gastronomía 2025. La ciudad mediterránea toma el relevo a Oviedo para proponer los mejores platos, tapas y arroces de la zona. También aquí se puede disfrutar de degustaciones de chocolate, turrón y vino, sin olvidar que la horchata es una de las bebidas más reclamadas.
A continuación proponemos ocho pistas deliciosas que no hay que perderse en la próxima visita.
1. La isla de Tabarca en invierno
En verano, los turistas se apretujan en este barrio insular de la capital como los granos de arroz del caldero tabarquino de Casa Gloria. En invierno, solo quedan 20 vecinos y cuatro forasteros enamorados de la soledad y de las estrellas: la isla de Tabarca es Paraje Starlight.
2. El MARQ y el BARQ
El MARQ es un museo arqueológico moderno, sorprendente, y el BARQ, que está en su jardín, es un restaurante más. Andando un poco, en el mismo barrio de Alicante se saborean dos delicias: la ensaladilla en el Rincón de la Amistad y el arroz con pata del restaurante Racó del Pla.
3. ¿De tapas en Alicante?
No es Sevilla, vale, pero en esta ciudad se tapea de maravilla. Por ejemplo, en la barra de Nou Manolín, que se nutre de los pescados y mariscos de Santa Pola y Dénia. El que sabe picotea también en La Taberna del Gourmet, en El Portal y en Manero Mollá.
4. San Juan, una playa para no parar
Otro lugar idóneo para mantenerse fit es esta playa inmensa —¡siete kilómetros!—, cuyo paseo es frecuentadísimo por runners, caminantes y ciclistas. Para reponer carbohidratos, nada como un arroz en Casa Julio o en Casa Domingo, en la misma arena.
5. Vistas bárbaras desde el castillo
Se puede subir al castillo de Santa Bárbara en ascensor, pegarse un atracón de vistas y de cosas ricas —hay degustaciones de chocolate y turrón, de vinos, de cervezas artesanas…—, y bajar hecho una bola. O subir y bajar a pie para no asustar a la balanza.
6. Mercado Central: del puesto a la mesa
Es bonito por fuera y rico por dentro, como un pastel. ¡Un pastel que se hizo hace 102 años y huele a mar! Abajo del Mercado Central de Alicante están los pescados frescos, los lugares para comer del puesto a la mesa y Salazones Juanelo, para llevarse de recuerdo de mojama y hueva.
7. Aquí no se come paella, sino arroz
En Alicante se cocinan más de 80 tipos de arroces. En el restaurante Dársena es sobresaliente el negro con zamburiñas de Alma de Barra. Y fuera de serie el de sepionets, calabaza y alcachofa del restaurante Monastrell.
8. Una horchata y algo más
En esta ciudad no se pide una horchata sin más. Se pide granizada, más o menos líquida, con fartons o sin ellos. El helado de turrón es otro potentísimo reclamo de los quioscos de la Explanada. Y la Horchatería Azul, un clásico del verano, el mayor.
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