Preguntas y respuestas de un viaje por el eje cafetero de Colombia
Dónde iniciar la ruta, las visitas imprescindibles y otros consejos para recorrer un paisaje reconocido por la Unesco como patrimonio mundial
Jamás imaginé, y eso que ya me habían hablado mil maravillas de Colombia, en particular de su eje cafetero, que visitarlo me iba a gustar tanto. Podría incluso decir que se ha convertido en uno de los viajes más bonitos que he realizado nunca, por lo que no puedo dejar de recomendarlo.
Así que os dejo las claves de mi ruta perfecta por el eje cafetero, así como mi experiencia recorriéndolo.
¿Dónde se ubica?
El eje cafetero se desarrolla por la región central de Colombia y pasa por los departamentos de Antioquia, Tolima, Valle del Cauca, Quindío, Caldas y Risaralda, aunque son estos tres últimos los que más atractivos concentran y, por lo tanto, los más visitados. En total, incluye seis paisajes cafetaleros y 18 centros urbanos de las cadenas occidental y central de la Cordillera de los Andes. El Paisaje cultural del café de Colombia fue reconocido por la Unesco como patrimonio mundial en 2011, por ser “un ejemplo excepcional de un paisaje cultural sostenible y productivo que es único y representativo de una tradición que es un fuerte símbolo para las zonas productoras de café en todo el mundo”.
¿Qué se encuentra a lo largo del eje cafetero de Colombia?
Que el nombre no lleve a error. En este viaje por supuesto que se prueba el mejor café del mundo y uno puede encontrar todo sobre la cultura del café, pero también es posible realizar trekkings de ensueño y realizar deportes de aventura, pasear entre colibríes, visitar ciudades históricas con un encanto especial y, sobre todo, llenar el estómago de buena comida y el corazón de experiencias con la gente que lo habita, de lo más amable.
¿Cómo comenzar el viaje?
Lo habitual cuando se viaja a Colombia es hacer una primera parada en una gran ciudad, como Bogotá o Medellín. Para ir después hasta el eje cafetero, lo más habitual es desplazarse hasta una de las capitales de los departamentos que nombrábamos antes, es decir, Pereira (Risaralda), Manizales (Caldas) o Armenia (Quindío), para comenzar el viaje desde allí.
Para llegar hasta estas ciudades se puede coger un vuelo interno o bien el transporte público, como por ejemplo el autobús. Si optáis por avión, los billetes no suelen ser muy caros y el tiempo de viaje es mínimo frente a ir por carretera. Nosotros pagamos 60 euros, aproximadamente, por un vuelo de Bogotá a Pereira y tardamos más o menos una hora en llegar. Podríamos haberlo hecho en autobús, por una tercera parte del dinero, pero ocupando, fácilmente, 10 horas en el trayecto.
Una vez establecido el punto desde donde partir para ver el eje cafetero, hay que decidir si alquilar un coche y hacerlo por cuenta propia o bien hacer los desplazamientos entre ciudades con jeeps que cuentan con un conductor que suele acercar a los pasajeros desde las capitales a los puntos más turísticos, como el valle de Cocora. En nuestra opinión, es mejor alquilar un coche: la conducción es relativamente sencilla, los alquileres son asequibles y la libertad que te da es genial para montar el viaje por tu cuenta.
¿Cuáles son los lugares clave?
Hay muchos lugares atractivos para visitar en el eje cafetero, encontraréis pueblos preciosos, cada uno con un encanto particular. Pero, sin duda, hay unos básicos imprescindibles que son los siguientes, ordenados de norte a sur:
- Termales Santa Rosa de Cabal: ubicados a algo más de unos 20 kilómetros al noreste de Pereira, este es un fantástico entorno natural rodeado de cascadas y de piscinas con aguas termales. Se trata de un balneario que también cuenta con un hotel perfecto para quienes buscan tranquilidad. Eso sí, mejor evitad el fin de semana para que la experiencia sea completa.
- Pereira: se trata de la capital de Risaralda y muchas veces se utiliza como base para comenzar el viaje por el eje cafetero. Aunque se esté de paso, hay que visitar al menos la plaza de Simón Bolívar y, junto a ella, la Catedral de Nuestra Señora de la Pobreza de Pereira.
- Filandia: un turístico pero no masificado, en el que hay mucho que visitar. Tres lugares clave: la calle del Tiempo Detenido, con una arquitectura de decorado de película; el mirador Colina Iluminada, con unas vistas de impresión según se van subiendo metros; y la Reserva Natural Barbas Bremen, habitado por fauna difícil de avistar en otros lugares, como los monos aulladores.
- Salento, aunque mucho más turístico, no hay que pasar por alto la calle Real. Si queréis buenas fotos sin gente, toca madrugar e ir antes de las ocho de la mañana, hora a la que abren los comercios y la calle se llene de gente. También es recomendable subir al mirador de Salento para disfrutar de cafetales y vegetación en estado puro en todos los alrededores. Una pista: nuestro alojamiento fue el Vista Hermosa, donde pasamos un par de noches cuatro personas por 115 euros.
- A pesar de que se ubica en la zona de Salento, hay que dedicar un punto exclusivo al increíble valle de Cocora: hay que visitarlo sí o sí. Es aquí donde se ven las inconfundibles palmas de cera. Hay que elegir qué caminata se adapta más a vosotros de las dos disponibles. Una contempla la zona donde se encuentran las palmas, tiene una longitud de unos seis kilómetros y en ella encontraréis, además de estos preciosos árboles, varios miradores (quizá demasiados) para la típica foto de Instagram. Otra manera de recorrerlo, más auténtica, es haciendo un trekking algo más duro, ya que atraviesa zonas de pendiente, puentes que recuerdan a Indiana Jones, cafetales, colibríes… Una excursión que, a pesar de tener el doble de longitud, merece la pena completamente.
- Aunque Buenavista tiene mucho encanto por sí misma y ofrece la posibilidad de subir al Cerro de las Tres Cruces a divisar las espectaculares vistas, nosotros fuimos porque teníamos mucho interés en ver y dormir en una finca cafetera llamada Café Yurumu (Caficultur) y cuya visita y alojamiento, sin duda, recomendamos. Allí pudimos conocer la impactante historia de Leo, vinculada por momentos al narcotráfico. Ahora, lejos ya de aquello, posee esta finca cafetera en la que trata a los trabajadores como a su propia familia y por la que da gusto caminar mientras escuchas la historia de su vida y degustas un excelente café. Dormir, hacer el tour, cenar y desayunar nos costó 32 euros por persona. Nada mal para la genial experiencia que es.
- Pijao: este es uno de los lugares más bonitos y coloridos del eje cafetero, que se caracteriza por su ritmo lento, no en vano es, junto a Marulanda, una de las dos poblaciones del país reconocidas por la red internacional Cittaslow con mejor calidad de vida, por ir sin prisas entre otras cosas.
Estos son solo unos pocos pueblos y lugares en los que seguro pararéis en vuestra visita al eje cafetero de Colombia, pero tenéis que saber que no son los únicos y que, seguramente, en función del tiempo que dediquéis a esta parte del país también pararéis en zonas como Armenia, donde estuvimos viendo un partido de fútbol, en Quimbaya, en el jardín botánico del Quindío, en Circasia o en Córdoba, por ejemplo.
Consejos viajeros
- En primer lugar, nosotros volamos a Pereira como punto de partida, pero quizá podríamos haber obviado esta parada para ir directamente a Armenia y, de ahí, visitar Filandia y Salento y después tirar al sur para llegar hasta Buenavista, ya que, finalmente, no visitamos las termas.
- Evitad, en la medida de lo posible, coincidir con los fines de semana a la hora de ver los lugares más turísticos como el valle de Cocora o los Termales Santa Rosa de Cabal, os ahorrarán esperas y mucha gente en general.
- Alquilad coche, no tengáis miedo. Las carreteras están bien y no muy masificadas. Además, seguro que disfrutaréis del recorrido rodeado de cafetales. Nosotros tuvimos que atravesar pequeños arroyos por el camino, pero fueron obstáculos salvables.
- Como en cualquier destino, os recomendamos que vayáis con seguro de viaje Iati. Desde la picadura de un insecto a algo mayor, nadie está libre de necesitar atención médica en vacaciones.
- Hay muchos lugares para disfrutar del café. Nuestra opción: el Café San Alberto, en Buenavista, donde tomarlo se convierte en todo un ritual.
- Aprovechad los vuelos internos de Colombia para ir de un lado a otro. Los precios son muy asequibles para las distancias que se salvan.
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