Martin Brudnizki, un cotizado diseñador de hoteles: “Cualquier alojamiento necesita un gran bar que respire diversión y frivolidad”
El arquitecto e interiorista sueco, fundador del estudio MBDS, es uno de los diseñadores de hoteles más demandados del planeta con proyectos en París, Nueva York, Estocolmo, Copenhague o Londres. Con un estilo ecléctico, prima la comodidad del huésped y la personalidad del edificio por encima de todo
Confluyen en Martin Brudnizki diversas circunstancias vitales que tienen influencia en el modo en cómo afronta su profesión. El que es hoy uno de los diseñadores de hoteles más demandados del planeta, nació en 1966 en Estocolmo de una madre alemana, que trabajaba como estilista con gran interés en su herencia centroeuropea y con pasión por la riqueza estética de colores, estampados y objetos. Su padre era un ingeniero mecánico interesado en los aspectos técnicos de las cosas y en la simplicidad funcional del diseño escandinavo. Con esos mimbres heredados de su contexto familiar, Brunizki, que se mudó pronto a Londres, diseña espacios hechos a medida, sin receta preconcebida, que resultan cómodos a la par que proporcionan una experiencia impactante tanto visual como sensorialmente con una pequeña dosis de irreverencia y un mucho de fantasía, de alegría, que impregnan la atmósfera y la subrayan con un glamur que se disfruta como un pecado venial.
A él le gusta ese aire ecléctico que surge de combinar diferentes periodos, de mezclar elementos clásicos y modernos, y la yuxtaposición de materiales naturales que le permite zafarse de una predecible estandardización y conseguir un aire personal y diferenciado en cada uno de sus proyectos. En ellos presta atención al edificio tanto como al barrio en el que se encuentra, e interpreta cada lugar a través de detalles en el interiorismo que cuentan una historia a partir de una elección muy pensada de artesanos y referencias culturales locales.
Martin Brudnizki fundó su estudio de diseño, MBDS, en el año 2.000 y hoy trabajan en sus dos espacios de Londres y Nueva York más de cien personas en proyectos de residencias privadas, alojamientos, bares y restaurantes. Entre ellos están los restaurantes Sexy Fish o The Ivy, en la capital británica; el Carne Mare de Nueva York; el Pink Mamma, en París, y clubs privados como el famoso Annabel’s de Londres o el Soho Beach House, en Miami. Entre los hoteles más significativos que ha diseñado la lista incluye Mr. C (Miami), The Beekman (Nueva York), Park MGM (Las Vegas), Twenty Eight (Ámsterdam), 25hours (Copenhague), Eden Rock (St Barths), Le Grand Mazarin (París) o The Grand Hôtel (Estocolmo). El último gran éxito de este arquitecto e interiorista es el Broadwick Soho, abierto recientemente también en Londres. Con casi 85.000 seguidores en su cuenta de Instagram, hablamos con él sobre cómo convertir la estancia en un hotel en una experiencia en sí misma.
Pregunta. ¿Cuál es el cliente ideal, teniendo en cuenta que no diseña su casa sino un hotel, que es un lugar público?
Respuesta. Es fantástico trabajar con clientes que tienen una visión muy clara. Como estudio trabajamos muy de cerca con ellos, dando vida a su visión. Somos su caja de resonancia para determinar si su visión es factible y los ayudamos a tomar direcciones en las que, quizás, no habían pensado. El cliente es el aspecto más importante de cualquier proyecto; los egos deben dejarse en la puerta para poder trabajar en auténtica colaboración. Un buen hotel es un lugar donde sabes que lo vas a pasar genial; desde beber los mejores cócteles y comer la mejor comida hasta estar en la mejor ubicación y dormir lo mejor posible.
P. ¿Cuáles son las características que contribuyen al confort total?
R. El interior de un hotel debe ser cómodo, esto no solo crea un ambiente acogedor, sino que también significa que los huéspedes se relajarán y disfrutarán de su tiempo libre. Es algo que no solo se logra en las habitaciones, también es un aspecto del diseño que debe destacarse en toda la propiedad. Desde el momento en que llega un huésped, debería poder sentarse en el sillón más cómodo y disfrutar de una bebida antes de que le lleven el equipaje a su habitación, que ofrece todas las comodidades hogareñas que cabe esperar. Por supuesto, la cama debe ser extremadamente cómoda, pero incluso aspectos como la textura del suelo, la ubicación de los enchufes y la distribución del restaurante son fundamentales para el disfrute y la comodidad de los huéspedes.
P. A la hora de diseñar un alojamiento, ¿qué importancia tiene la ciudad donde se ubica? ¿Cómo traduce eso a la atmósfera del espacio?
R. Para nosotros la ubicación y el interior de un proyecto están intrínsecamente ligados. Ya sea que el edificio sea nuevo o viejo, su situación e historia alimentan una narrativa más amplia. Al conectar ambos, descubrimos que podemos crear interiores que evocan un sentido de pertenencia y autenticidad que es parte integral de la experiencia general. En el Broadwick Soho, el glamur atrevido y la herencia del Soho fueron los cimientos sobre los que construir.
P. En cuanto al edificio…
R. Creo que es muy importante incorporar la herencia de la arquitectura en cualquier proyecto, de lo contrario se crea una sensación de discordia y, como resultado, un proyecto nunca será realmente apropiado. Lo interesante es cuando te presentan un proyecto que combina un edificio antiguo y original con una ampliación más nueva. Como diseñadores, tenemos la tarea de combinar a la perfección estas identidades para trabajar en armonía con el posicionamiento de la marca.
P. ¿Intenta integrar rasgos de la cultura y la artesanía local?
R. Para seguir con el ejemplo de Broadwick Soho, este se construyó a partir de la cultura local del Soho londinense, su historia, gente y aventuras. Sentimos que no podíamos crear un hotel en el corazón del Soho sin vincularlo a su colorido barrio. Esto no solo garantiza una sensación de autenticidad sino que también crea un sentido de pertenencia, como si el hotel siempre hubiera sido parte de la comunidad y su historia.
P. ¿Puede dar ejemplos concretos de cómo hace eso?
R. The Nook, por ejemplo, es un salón y bar exclusivo para residentes que hemos cubierto con el nostálgico revestimiento de paredes de tela de cretona Trees and Peonies. Lo diseñamos como un remanso estilo boudoir que lo aleja de la concurrida escena del Soho. Para encapsular una sensación acogedora y una reminiscencia de las influencias del estilo de los años setenta, el amarillo mostaza es el color central utilizado en todo este espacio, envolviendo a los huéspedes tan pronto como entran. Se han distribuido sillas de cóctel por todas partes, en una sinfonía de telas en tonos verde y azul, cuidadosamente elegidos para mezclarse armoniosamente y en un guiño a la famosa vida nocturna del Soho. Una pared de espejos antiguos rodea la chimenea de época de Jamb, diseñada como un pozo de luz que baña este espacio con un brillo suave y cálido y lo adorna con un encanto atemporal.
P. ¿Cómo establece la narrativa de un proyecto?
R. Siempre miramos primero el edificio, luego nos movemos hacia afuera para incluir la calle y el barrio. En Broadwick Soho nos inspiramos en su glamur y diversidad e incorporamos influencias desde prácticas eróticas hasta elementos disco pop de los años setenta o la excentricidad británica. También nos inspiramos en las mujeres fuertes que frecuentaban el Soho en los sesenta y setenta, como Mary Fedden, Molly Parkin y Muriel Belcher, esas musas desempeñaron un papel importante en la configuración del enfoque de nuestro diseño, que se puede resumir como “Studio 54 se encuentra con la casa de tu abuela”. En el diseño del hotel se usaron una mezcla de materiales, colores y texturas para dar con un estilo ecléctico que es un tributo a la esencia vibrante de este icónico barrio.
P. Habla frecuentemente de buen gusto, sabemos que el gusto es una cuestión de opinión, ¿cómo lo define usted?
R. Tienes razón, es algo subjetivo y es probable que el buen gusto para una persona sea mal gusto para otra. Para el estudio, buscamos crear esquemas cohesivos que se unan sin esfuerzo y que realmente comuniquen una historia y un objetivo. El buen gusto consiste en divertirse y no tomarse demasiado en serio; un interior debe hacerte sonreír, no hacerte sentir ansioso.
P. Si tuviera que elegir lo esencial que hace que una habitación sea genial, ¿qué sería?
R. Una cama cómoda.
P. ¿Qué importancia tiene el bar en un hotel?
R. El bar ha experimentado un resurgimiento en popularidad. Históricamente, era el lugar para empezar la noche, tomando un martini y reuniéndose con amigos. Creo que el concepto ha evolucionado con el tiempo, pero todavía existe esa sensación muy indulgente y glamurosa en un bar de hotel.
P. ¿Cuál es la principal petición del viajero moderno respecto al lugar donde se aloja?
R. El viajero moderno está interesado en la cultura local y se sumerge en ese mundo. También busca experiencias auténticas que solo puede tener en ese sitio en particular. Teniendo esto en cuenta, un alojamiento también debería abordar esos temas, proporcionando una transición perfecta entre el hotel y el lugar.
P. Muchos viajeros exigen cada vez más cualidades relacionadas con la sostenibilidad, ¿cómo mantiene estos estándares presentes en sus diseños?
R. Trabajamos de la manera más sostenible posible utilizando fabricantes y artesanos locales para reducir las millas aéreas y también usamos muchas piezas antiguas, retapizamos o reelaborarlos para garantizar que se les dé una segunda vida. La pintura también se está volviendo mucho más sostenible, a menudo, utilizamos pinturas naturales que son transpirables y están inspiradas en pigmentos naturales.
P. Si tuviera que diseñar un hotel de bajo presupuesto, ¿cuáles son las pocas características que seguro mantendría?
R. Se puede combinar alta y baja materialidad en un hotel de bajo presupuesto y aun así se sentirá fresco y acogedor. Cualquier hotel necesita un gran bar que respire diversión y frivolidad. También debes crear habitaciones que sean increíblemente cómodas y lo suficientemente espaciosas como para que se sientan como un auténtico placer.
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