Diez secretos del carnaval de Salvador de Bahía
Guía básica para dejarse llevar y no perderse nada en una de las celebraciones callejeras más multitudinarias del mundo
Los problemas se olvidan. Las barreras sociales se rompen. Y las calles se llenan. Desde el viernes Brasil está oficialmente de carnaval, pero Salvador de Bahía, ciudad fundada en 1549 y primera capital del país, arrancó los festejos el pasado miércoles. La fiesta -con arraigo en el país latinoamericano desde el siglo XIX, cuando portugueses y españoles importaron la tradición- se convirtió en la década de 1960 en parte inseparable de la identidad del país.
El carnaval de Salvador de Bahía es una de las fiestas callejeras más grandes de Brasil y del mundo. Este año, la ciudad espera llenar sus calles con dos millones de personas (770.000 de ellos turistas) atraídas por cientos de horas de música en directo. Los brasileños recomiendan prepararse físicamente para la fiesta: “El esfuerzo que se hace caminando y bailando es muy grande”, avisan. Diez pistas para unirse a esta oda a la celebración.
1. La calle
El carnaval se celebra en la calle y tanto los bahianos como los visitantes toman las avenidas fantaseados (disfrazados). La zona de Barra es uno de los epicentros de esta actividad callejera. Por la avenida Oceánica desfilan -cada día desde las 13.00- comparsas, blocos (peñas musicales) y tríos eléctricos. Esta última formación, creada en Bahía en 1951 por los músicos Dodô y Osmar, a los que se unió Temístocles Aragão, consiste en una carro -el originario era un coche Ford de 1929- con música en directo y toques de guitarra eléctrica. Ahora son espectaculares camiones. Armandinho, hijo de Osmar, también desfila este carnaval con su propio trío. Lo hace el domingo 11 de febrero por el llamado Circuito de Centro (que también recibe el sobrenombre de su padre y que va de la plaza de Campo Grande a la plaza Castro Alves). Tanto en Barra como en Centro, ambos circuitos vigilados por 25.000 policías, hay desfiles a diario.
2. Los 'blocos'
Son parte del alma de la fiesta en Bahía. Estas peñas musicales, de todo tipo, color y estilo musical, animan a la gente con bailes, percusión y mucho ritmo. Ilê Alyê (o el bloco afro) mantiene vivo el legado afroamericano del país a través de la música. El sábado 10 de febrero, este bloco surca la ciudad partiendo desde el barrio de Curuzú (20.00), el que más población negra concentra de la ciudad. También hay peñas LGTBIQ como Mascarados y Crocodrilo (que sale el domingo a las 18.45; y el lunes 11 de febrero a las 19.00), que desfila acompañado de la estrella carnavalera Daniela Mercury.
3. Beco Da Off
En esta pequeña calle (Rua Dias d’ Ávila, 33) se concentra toda la actividad LGTBIQ del carnaval. DJ a diario, purpurina, bailes, caipirinhas y cervezas (la que más se toma en Salvador es Skol) toman este callejón en el que el ritmo no para desde el primer día de carnaval hasta el último.
4. Camarote
Este es el nombre que reciben las carpas privadas (similar a las casetas de la Feria de Sevilla) que se instalan a lo largo del recorrido de los múltiples desfiles de carnaval (principalmente junto a la playa, del Farol de Barra a Ondina). Hay de todo tipo, clase y precio: la entrada de un día oscila entre los 150 reales (uno 40 euros) y los 4.000 reales (1.000 euros). En los camarotes de lujo, además de comida y bebida hay salón de belleza donde te puedes cortar el pelo, recortarte la barba o hacerte las uñas. Uno de los camarotes más interesantes es el de Gilberto Gil, compositor, autor de Expresso 2222 y exministro de cultura de Lula. En este camarote (entrada desde 1.890 reales) nunca deja de sonar música.
5. Pelourinho
Este es el corazón de Salvador de Bahía, el punto de origen de la ciudad. El vocablo no significa nada en particular, simplemente designaba la zona en la que se reunía la gente bien del siglo XVI, cuando la ciudad era capital de Brasil. Pelourinho también era la plaza en la que se comerciaba con esclavos y en la que la rumorología popular situaba el espacio donde se castigaba a los negros. Casas de arquitectura colonial salpican la zona, donde destaca la estatua de Zumbi dos Palmares, icono de la lucha por la libertad de los esclavos y la plaza en la que Michael Jackson grabó el videoclip de They don't even care about us. El barrio no solo cuenta con su propio programa de carnaval, sino que es el mejor lugar para fantasearse o pintarse el cuerpo de pintura blanca, costumbre que tiene su origen en el maquillaje que usaban en sus actuaciones el grupo de percusión Timbalada, creado por Carlinhos Brown, originario de la ciudad, concretamente de la favela Candeal.
6. Casa do Carnaval
En pleno corazón del Pelourinho acaba de abrir sus puertas la Casa do Carnaval. En este espacio cultural -erigido en la antigua Casa do Frontispício, originaria 1911- se narra la historia del carnaval, se exhiben trajes míticos, se recuerdan algunos de los mejores tríos eléctricos o se enfatiza en las influencias africanas de la fiesta. También se puede aprender a bailar samba, guiados por una serie de vídeos para no perder el paso.
7. Carnaval naútico
Frente al Solar d’Unhao, antiguo almacén portuario que actualmente es el MAM (Museo de Arte Moderno de Salvador de Bahía), se celebra el domingo 11 de febrero el Carnaval Naútico. Es la primera edición de esta curiosa propuesta que traslada el ambiente festivo al océano. El plan consiste en embarcar (50 reales; unos 12 euros) y disfrutar de la música y del baile desde cubierta.
8. Electrocarnaval
Aunque siempre ha estado presente, este año el carnaval pone especial énfasis a una sección dedicada a la música electrónica. En los camarotes siempre suena; en las calles, también. En la presente edición actúan estrellas nacionales como Dj NDV o Dj Alok, el pinchadiscos más famoso de Brasil (que actuará en Barra el martes 13 de febrero a las 17.00).
9. Costa Itapuã
Esta antigua villa de pescadores (Itapuã significa la piedra que ronca, por el sonido que hace el Atántico al chocar contra esta zona rocosa de la costa de la ciudad de Salvador) permanece ajena al carnaval. A pesar de ello, es un bello lugar, perfecto para hacer un descanso de la fiesta. En Praia Stella Maris se puede hacer surf, darse un baño o tomar algo en el chiringuito de Loro para recuperar fuerzas.
10. Río Vermelho
Esta es la zona de marcha por excelencia de Salvador de Bahía. También en carnaval. Si después de la celebración callejera hay ganas de más, este es el lugar al que acudir. El bar Santa María Pinta e Nina (Largo de Santana s/n), que toma su nombre de las tres carabelas con las que Cristobal Colón llegó a América, invita a continuar la noche mientras que la discoteca XYZ (rua João Gomes, 249) anima a exprimirla hasta la mañana. Si se duda, como dicen los bahianos, lo mejor es fluir con el carnaval; dejarse llevar por lo que ocurra.
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