Valparaíso experimental
El músico argentino Fede Cabral lo pasó en grande durante una visita a la ciudad chilena y nos lo cuenta
Se considera “hacedor de canciones pop”, y, tras una primavera de giras por Japón y España con su charango y su iPad, acaba de volver a Buenos Aires. El argentino Fede Cabral bebe musicalmente del rock de su país y ha viajado por toda Latinoamérica con su música. En su visita a Valparaíso (Chile), lo pasó estupendamente y nos lo cuenta.
¿Qué le llevó allí?
Fui a tocar a Santiago de Chile y a raíz de eso me propusieron dar una charla sobre producción musical en un lugar muy interesante de Valparaíso llamado La Chuchoca.
¿Qué se cuece en La Chuchoca?
Es una casa increíble, de estilo victoriano y medio destartalada. Funciona como centro cultural autogestionado. Tienen mil actividades y sirven comida vegana. En general, en toda la ciudad hay esa energía punk, semianarquista entre comillas. Todo muy humano: en los barrios puedes ver a los vecinos cocinando en la calle.
¿Se come rico pescado?
Muy bueno, porque están junto al Pacífico. El puerto es el lugar perfecto para comerlo. Y en los cerros que hay por todo Valparaíso, animo a la gente a buscar restaurantitos sencillos. Hay una onda de cocina integral, orgánica, por el tipo de gente que vive allí.
¿La población es joven?
Valparaíso es superloca. Además de muchos jóvenes, vive toda esa gente que en los noventa tenían 20 años y ahora tienen hijos, y que echaron raíces allí en busca de unos ideales. Al lado está otra ciudad costera, Viña del Mar, que es más conservadora. El contraste entre ambas es peculiar. Sobre todo musicalmente: en el Festival de Viña del Mar programan canción tipo Julio Iglesias y en Valparaíso es todo más experimental.
¿Le recuerda a otros lugares que conozca o es única?
Por un lado es muy especial, pero recordemos que por allí pasaron los ingleses y construyeron un puerto que parece británico. Hay casas victorianas, pero también tiene un aire brasileño por los morros o montes dentro de la ciudad. Por eso tiene ascensores, para subir a los barrios. Y la energía de la ciudad es muy berlinesa.
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