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“Es una tontería no aprovechar todos los recursos naturales con los que un país esté bendecido”

Christine Harada es la ingeniera que redujo las emisiones de gases y el uso de energía del Gobierno estadounidense en la era Obama y ahorró 669.945 millones de litros de agua potable

Christine Harada. Fotografía cedida por el Foro Global de Restauración del Clima.
Christine Harada. Fotografía cedida por el Foro Global de Restauración del Clima.

Christine Harada es ahora una “inversora de impacto climático” que apoya la campaña de Joe Biden, pero antes tuvo uno de los trabajos más desconocidos y, al mismo tiempo, más influyentes que se pueden hacer en una administración pública para combatir el calentamiento global: durante la segunda Administración de Obama, esta ingeniera fue la Directora Federal de Sostenibilidad, lo que significó hacerse cargo de los 360.000 edificios y 650.000 vehículos del Gobierno estadounidense.

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Harada manejó un presupuesto de 445.000 millones de dólares y se dedicó a enseñar con el ejemplo. Desde el gasto en comida de perros hasta satélites, todo pasó por su mirada verde, que redujo en un 18% las emisiones de gases de efecto invernadero, un 23% el uso de energía y un ahorro de 669.945 millones de litros de agua potable en las instalaciones federales.

También fue responsable de invertir 4.000 millones de dólares en edificios federales para mejorar la infraestructura envejecida y reducir el consumo general de energía, lo que generó un estimado de 33.700 empleos en el sector privado y resultó en ganancias de eficiencia que ahorrarán 1,4 millones de toneladas de emisiones de CO2 anualmente. Hoy, desde su California natal resume su trabajo en la Casa Blanca como un “desafío realmente fantástico”.

En esta entrevista, con motivo de su participación del Foro Global de Restauración del Clima, Harada llama al mundo a “drenar” el exceso de CO2 en la atmósfera y recomienda oportunidades de inversión en nuevas tecnologías para el combate al cambio climático.

Pregunta. ¿Cree que el trabajo que hizo en el Gobierno Obama tuvo un impacto en la sociedad estadounidense?

Respuesta. Puede que me esté dando mucho crédito a mí misma, pero realmente lo creo. Pudimos reducir nuestras emisiones de gases de efecto invernadero en más del 15% desde la línea de base de 2008. También redujimos significativamente nuestro uso de agua (669.945 millones de litros de agua potable, citado arriba). En el Gobierno Federal hicimos un gran uso de las asociaciones público-privadas para realizar inversiones en nuestras instalaciones. Desde nuestra perspectiva, gran parte del trabajo realizado, todavía se está llevando a cabo de manera muy silenciosa. Algunas de las personas y mis antiguos colegas todavía están allí; muchas de las cosas perduran.

Para el Departamento de Defensa, el cambio climático es un problema de seguridad nacional, lo han declarado con o sin audacia en múltiples publicaciones. Y los ves en muchas de las inversiones que hacen o en las renovaciones que están realizando en sus bases y en sus nuevos códigos de construcción. Desde que la Administración Trump fue elegida, el mayor impacto ha sido que la acción realmente importante ha pasado a los Gobiernos estatales y locales.

Yo vivo en California, que ha sido durante mucho tiempo líder en materia ambiental, pero como resultado de, diría yo, de que el Gobierno Federal no puso en marcha sus acciones. Ahora esto se ha extendido a muchos otros Estados. El buen ejemplo que dimos durante la Administración Obama no solo es lo correcto porque debemos salvar el planeta, sino que también es una manera fantástica de ahorrar dinero.

P. ¿Puedo preguntarle sobre Trump? ¿Cómo explicar el cambio climático a quienes lo niegan? 

Hablar con alguien como Trump, en realidad, es un poco como hablar con una pared

R. En ese caso particular, hablar con alguien como Trump, en realidad, es un poco como hablar con una pared. Estoy firmemente convencida de que arrojaría a sus propios hijos debajo del autobús si eso significa que va a salvar su trasero. Ese es el tipo de persona que es. Más de la mitad de nuestras tierras forestales en California son federales, no estatales, lo que significa que técnicamente es responsabilidad del Gobierno Federal ocuparse de eso [el sistema de prevención de incendios]. No hemos caído en ello durante las últimas dos décadas y es algo que se debe subsanar. Pero con alguien como Trump no se puede hablar con tantos matices.

P. ¿Qué empresas están invirtiendo en reducir las emisiones?

R. Hay una serie de tecnologías y empresas que son pioneras en reducir el coste de la captura directa de carbono por aire: ventiladores gigantes que aspiran el aire, lo procesan y escupen el dióxido de carbono y luego lo usan para otra cosa. Ya sea para hacer fertilizantes, para plásticos o generación de energía. Por ejemplo, Climeworks y Global Thermostat hacen un gran trabajo; otra es Carbon Cure, que usa el exceso de dióxido de carbono para incrustarlo en el hormigón y vende en Singapur, Canadá, Estados Unidos. Hay una compañía en el Reino Unido llamada CCM que hace un gran trabajo y creo que anunciaron una asociación con Pepsi no hace mucho. Por lo tanto, Pepsi utilizará su tecnología para cosechar o utilizar los desechos agrícolas de sus patatas fritas.

P. ¿Qué sugerencias tiene para los gobiernos en Europa a partir de su experiencia en la Administración estadounidense? ¿Qué podrían hacer mañana y sin tener que esperar una larga batalla en el Congreso?

R. Número uno, a nivel gubernamental creo que hoy es una tontería no aprovechar todos los recursos naturales con los que un país esté bendecido. La energía solar es una de esas cosas que no desaparece, ¿verdad? No es una industria de extracción abusiva; no es minería, no deja agua sucia. Por lo tanto, debe haber un impulso importante para lograr una energía 100% limpia, especialmente en un país como España. Pero, además de eso, desde la perspectiva del Gobierno, eso crea empleos locales. Alguien tiene que calzarse las botas, subir al techo e instalar un panel solar, ¿verdad? Alguien tiene que entrar a la casa y reemplazar el sistema de aire acondicionado para ayudar a que la vivienda sea más eficiente energéticamente.

P. ¿Qué lecciones debemos aprender de la pandemia y de la crisis que estamos viviendo?

R. Si observa los datos, vemos que en Estados Unidos, y a nivel global, la disparidad salarial y la desigual distribución de la riqueza ha aumentado de manera espectacular. ¿A quién consideramos un trabajador esencial? Son los trabajadores del mercado, son los conductores de autobuses, es la gente como mi padre que se levanta en medio de la noche para ir a trabajar. Y entonces, en el lado de la formulación de políticas, ¿cómo pensamos asegurar que esas personas estén protegidas? Pienso en los modelos de negocios como Uber y Lift; no me malinterpreten, son geniales porque son muy útiles, pero al mismo tiempo, si esos conductores no tienen la protección adecuada cuando estalla la pandemia, ¿cómo se suponen que deben sobrevivir? Creo que, al menos desde la perspectiva del Gobierno, debemos pensar mucho más en eso.

Desde una perspectiva técnica, pensando en el diseño de edificios. Aquí en Estados Unidos, se empieza a escuchar que probablemente no volveremos a la normalidad anterior a la pandemia hasta 2022. Entonces, ¿cómo debemos pensar los edificios, diseñar obras o viviendas? ¿Cómo queremos modernizar una casa? Personalmente, he actualizado mi Internet en casa; estoy compartiendo la oficina con mis hijos porque ambos reciben clases en línea. A veces somos cinco personas usando Zoom a la vez.

La soluciones a los peores miedos del teletrabajo o el cambio climático son las oportunidades en las que Harada elige invertir.

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