Tu liderazgo se define por la forma en que hablas de ti mismo
Un estudio revela que la manera en que relatamos nuestra historia personal de dificultades, superación y logros condiciona la lente con la que vemos la realidad
Somos lo que pensamos, así que aquello que nos decimos conforma nuestra realidad. Una investigación reciente concluye que la forma en la que hablamos de nosotros mismos define nuestro liderazgo. Los profesores Alyson Meister, Wei Zheng y Brianna Barker Caza publicaron hace un mes en la Harvard Business Review los resultados de un curioso análisis. Tras entrevistar a 92 responsables de equipo descubrieron que podían definir su actual estilo de dirección conforme explicaban la manera en la que se habían convertido en líderes. Es decir, la historia personal de dificultades, superaciones y logros condiciona la lente con la que vemos la realidad y la manera en la que lideramos otras personas. Según los autores del estudio, dichas lentes se pueden agrupar en cuatro tipos. Las denominan liderar desde el ser, desde el compromiso, desde el rendimiento y desde la aceptación.
La realidad es que ninguna clasificación es perfecta, y menos en estos temas, pero esta que abordamos da pistas interesantes sobre cómo se puede desarrollar el liderazgo en las organizaciones y en nosotros mismos. Recordemos que liderar no es sinónimo de jerarquía, sino de capacidad de influencia, algo que está al alcance de todas las personas, independientemente de la edad o de la posición que tengan. Veamos la clasificación que realizan estos profesores y qué claves encierra para organizaciones y personas.
1. Liderar desde el ser: quien siempre se ha visto con capacidad de dirigir
Hay personas que se recuerdan a sí mismas con capacidad de influencia desde el colegio, organizando eventos, siendo capitanes de los equipos en los que participaba… Y lo más importante, cuentan con una narrativa de su propia vida basada en dicha capacidad. Se perciben seguros de sí mismos, optimistas y con una habilidad natural, lo que suele conocerse como líderes inspiradores, según los investigadores. Muchas personas entienden que el liderazgo es exclusivamente aquel que se explica en este modelo. Que se nace siendo líder. Sin embargo, es solo uno de los diferentes tipos que existen y no tiene por qué ser el mejor. También tiene ciertas desventajas. Entre ellas, la excesiva seguridad en uno mismo, que puede generar poco espacio para el aprendizaje y despertar algunas dificultades para convivir con otros individuos con el mismo perfil.
2. Desde el compromiso: quien asume el reto como desafío
Existen personas que nunca se han encontrado ante una dificultad y que jamás han asumido el desafío de dirigir. No se perciben a sí mismas como líderes naturales, sino como personas comprometidas para resolver una necesidad urgente, como poner en marcha una nueva organización, abordar una situación de crisis o mediar en un conflicto. Según los autores de la investigación, estos líderes gravitan hacia un estilo de liderazgo más facilitador, enfocándose en involucrar a otros para alcanzar una acción colectiva. El estudio demuestra que se trata de un estilo más común en las mujeres.
3. Desde el desempeño: quien lidera por el deber y la responsabilidad
En este punto se encuentran las personas que asumen posiciones directivas por el deber a la empresa o la responsabilidad por su equipo. Nunca se han sentido líderes naturales, pero parece que llega un momento en el que toman conciencia de que deben ejercer dicha dirección. Estas personas suelen tener estilos paternalistas y están marcados por una demostración de control, apoyo y orientación por su equipo, según los autores del informe. Parece que esta tipología está más extendida entre hombres.
4. Desde la aceptación: quien lidera porque otros le siguen
Por último, encontramos a las personas que no se reconocen a sí mismas como líderes hasta que se dan cuenta de que otros les seguían. Puede que los compañeros del colegio o del trabajo les pidieran ayuda o consejos y en ese momento toman conciencia del papel que están asumiendo. Este perfil suele verse en personas discretas que tienden a apoyar a otros individuos incluso por encima de ellos mismos.
Insistimos en que ninguna clasificación que se realice sobre el comportamiento humano es perfecta, pero esta propuesta nos ayuda a reflexionar sobre la importancia de brindar oportunidades a las personas para que desarrollen capacidades que incluso ellos mismos desconocen. Además, nos ofrece la oportunidad de revisar nuestra propia narrativa o lo que nos decimos de nosotros mismos. Cerremos el tema con dos preguntas para reflexionar: ¿cómo te convertiste en el líder que eres hoy? ¿A cuál de las tipologías anteriores tiendes más naturalmente? Las respuestas que ofrezcas explicarán tu liderazgo.
Pilar Jericó es emprendedora, escritora, conferenciante, doctora en Organización de Empresas y divulgadora de investigaciones sobre el comportamiento humano. www.pilarjerico.com
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