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Transformismo, ‘voyeurismo’ y género fluido: la estrecha relación del flamenco con lo ‘queer’

El bailaor Fernando López publica un libro sobre esta conexión tan fértil como pocas veces explorada. “Mi objetivo era el de reinterpretar algunos aspectos de la historia del flamenco, en relación con las cuestiones de género y de sexualidad, que habían quedado desatendidos”

Abraham Rivera
La Paquera de Jerez, gitana del barrio de san miguel, fue conocida como ‘la reina de la bulería’.
La Paquera de Jerez, gitana del barrio de san miguel, fue conocida como ‘la reina de la bulería’.Foto: Getty

El flamenco no es tan rancio y cerrado como nos lo han intentado vender. Esto es algo que podía intuirse a poco que rascáramos en su superficie. Sin embargo, en ocasiones es necesario tener certezas. Pruebas. Y eso es lo que nos ofrece Fernando López. Este madrileño, bailaor, coreógrafo e investigador, además de doctor en Estética, Ciencias y Tecnologías de las Artes por la Universidad París 8, ha escrito uno de los libros más brillantes sobre la periferia del cante y el baile. “Mi interés por las cuestiones de género empieza en el mismo momento en que decido bailar, a los 11 años, siguiendo los pasos de mi hermana mayor y sintiendo que haciéndolo rompía con unos patrones de comportamiento establecidos para los niños de mi edad, que no bailaban porque la danza era para niñas y para mariquitas”, cuenta el autor de Historia queer del flamenco: desvíos, transiciones y retornos en el baile flamenco (1808-2018), un recorrido transversal por figuras, momentos y lugares que en origen quedaron al margen del discurso oficial.

La madrileña Sara Lezana, actriz y bailaora, protagonizó en 1963 la película ‘Los tarantos’.
La madrileña Sara Lezana, actriz y bailaora, protagonizó en 1963 la película ‘Los tarantos’.Foto: Getty

“La danza fue un refugio pero también un lugar de coerción, ya que la manera de moverse estaba muy fijada en función de su género, tanto para hombres como para mujeres, lo cual hizo de mis años de aprendizaje, y hasta convertirme en bailaor profesional, una experiencia a veces muy insatisfactoria”, continúa para justificar su interés por llevar a cabo una investigación de este calado. “Necesitaba entender de manera precisa qué cosas se nos había permitido hacer a los bailarines a lo largo de la historia y qué cosas, de manera más o menos velada, se nos habían prohibido”.

El libro no tiene miedo a hablar de prostitución masculina en el tablao, transformismo femenino, voyeurismo y artistas de genero fluido en el siglo XIX. Temas que han formado parte del adn del género desde su creación pero que habían sido ocultados, olvidados o borrados. “Mi objetivo para el periodo entre 1808 y 1975 era el de releer, reinterpretar e incluso reescribir algunos aspectos de la historia del flamenco, en relación con las cuestiones de género y de sexualidad, que habían quedado desatendidos dentro de la bibliografía clásica”, recuerda López, que comienza trazando una certera genealogía de cómo la danza nace “macho” en contraposición al afrancesamiento de ciertos bailes, y lentamente se va feminizando hasta emprender un viaje sin retorno.

El canario Paco España empezó imitando a Joselito en la radio y luego pasó a emular a Lola Flores en sus espectáculos.
El canario Paco España empezó imitando a Joselito en la radio y luego pasó a emular a Lola Flores en sus espectáculos.Foto: Getty

Una de las partes más acertadas del ensayo, publicado por la editorial Egales, especializada en literatura LGTBIQ+, es aquella que pone de relieve el valor de artistas en principio marginales. Es el caso de Mr. Artur, Paco España, Carmen de Mairena, Ocaña, Enrique El Travesti Cojo, La Otra Pantoja o Las Folclóricas Gaditanas, un cuadro flamenco formado enteramente por transexuales que tuvo un enorme éxito en los setenta y ochenta, llegando a firmar un contrato para actuar en Miami, donde estuvieron dos años. “Este grupo de gente rara incluye feministas, travestis, machorras y afeminados, pero también a gitanos, personas con diversidad funcional e intelectual, guiris y artistas incomprensibles empeñados en hacer las cosas de otra manera”, destaca el autor.

Las historias y anécdotas que López narra se acercan a todo tipo de perfiles y mundos. Del Torremolinos de los sesenta, cuna del movimiento gai y donde el bar Tony’s hizo furor, hasta el Copacabana barcelonés, emblema del travestismo y hogar del bailaor Margarita. La obra concluye con una mirada al incierto presente, tocado por la crisis de 2008, y en el que se describen valiosas iniciativas como Sueños reales para cuerpos posibles, espectáculo protagonizado por Lola López, bailaora con diversidad funcional, o Flamenco inclusivo, un proyecto de José Galán en el que se investigan algunos de los referentes tullidos de la historia del género. Sobre si ve con optimismo el futuro del flamenco queer, responde: “No tengo ni esperanza ni falta de ella, aunque sí una cierta curiosidad por ver lo que nos depara a mí y a mis compañeros artistas este nuevo periodo que se abre. En cualquier caso, estoy conforme con haber aportado mi granito de arena, tanto en la universidad como en los escenarios, y el efecto de ello solo el tiempo podrá determinarlo”.

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Sobre la firma

Abraham Rivera
Escribe desde 2015 para EL PAÍS sobre gastronomía, buen beber, música y cultura. Antes ha sido comisario de diversos festivales, entre ellos Electrónica en Abril para La Casa Encendida, y ha colaborado con Museo Reina Sofía, CA2M y Matadero. También ha presentado el programa Retromanía, en Radio 3, durante una década.

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