Próximo destino: el bienestar
Por su combinación de montañas, playas, aire puro, cultura y gastronomía, Asturias es un lugar en el que regenerar el cuerpo y la mente.
Existen muchas maneras de viajar. Podemos hacerlo simplemente trasladándonos de un lugar a otro, dejándonos llevar por lo que nos transmite la vista. Pero el resto de nuestros sentidos también se pueden activar al llegar a un lugar nuevo. Cuando respiramos una bocanada de aire puro, no solo nuestro organismo se beneficia de una menor carga de CO2, sino que nuestro olfato detecta olores de la naturaleza que actúan como un disparador de emociones. Al sumergirnos en el agua de una playa o un lago se activa la circulación sanguínea y nos invade una sensación de relajación y vitalidad. Si probamos un plato cocinado con ingredientes frescos generamos un aumento de serotonina capaz de cambiar nuestro estado de ánimo. Y, de la misma forma, escuchar el rumor de las olas o el viento en las copas de los árboles nos transmite esa serenidad que tanto ansiamos.
El proyecto En clave de bienestar, de Turismo de Asturias en colaboración con EL PAÍS, nos descubre todos los estímulos y oportunidades que nos ofrece esta tierra como nuestro próximo destino vacacional. Desde las cimas escarpadas de la cordillera Cantábrica a sus verdes valles, de sus parques naturales, entre los que se incluyen siete reservas de la biosfera declaradas por la UNESCO, a las playas y acantilados de la costa Cantábrica, además de una de las gastronomías más reconocidas de España, visitar Asturias es una experiencia para los sentidos. En una época en la que intentamos alcanzar un muy añorado equilibrio, es un destino que nos ayuda a encontrar el bienestar.
Dentro de las muchas opciones que Asturias ofrece al viajero, hay un buen número de paradas obligatorias por su interés natural y cultural en el interior. Picos de Europa, el primer parque nacional de España, protegido desde 1918, nos ofrece sus impresionantes vistas, que se abren a los lagos de Covadonga, además de ser un lugar perfecto para los amantes de la escalada y las rutas a pie. El parque natural de Redes cuenta con una cascada emblemática, la del Tabayón del Mongayo, y algunos de sus paisajes más representativos, como los del lago Ubales o la Braña de Brañagallones. Otra posibilidad es visitar el parque natural de Ponga, que alberga el bosque de Peloño, un impresionante hayedo, y en el que los ríos Ponga y Sella crean escarpados relieves, conformando un paisaje salpicado de hórreos beyuscos.
Los 400 kilómetros de costa de Asturias albergan otros muchos atractivos. El tramo entre las localidades de Castropol y Bustio presume de ser uno de los paisajes costeros mejor conservados del país, según un estudio de Greenpeace. En esa misma zona, los atardeceres en la playa de Penarronda son conocidos por su belleza, mientras que las de Mexota y Porcía llaman la atención del visitante por su combinación de arena fina y espectaculares. formaciones rocosas. Los paseos bordeando los acantilados en Colunga y los pueblos pesqueros, como Tazones y Ortigueira, hacen que el paso del tiempo se dilate, mientras embargamos nuestros sentidos.
Disfrutar del camino
Recorrer Asturias a pie es una de las mejores maneras de descubrir sus secretos. La Senda del Oso, que recorre una antigua vía de tren minero, nos conduce al parque natural de Las Ubiñas. Los cuatro kilómetros que atraviesan un desfiladero en la Ruta de Xanas han sido declarados monumento natural. Para descubrir la costa de Gijón, la Ruta de la Ñora recorre la ribera del río del mismo nombre. Y la de El Cares, una de las más conocidas de Asturias, discurre en el corazón de los Picos de Europa para ofrecernos la experiencia de caminar por sus túneles y desfiladeros.
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