¿Sirven las monedas sociales para superar la crisis post covid-19?
He aquí un listado y reflexión sobre las distintas posibilidades que pueden ser de ayuda a la hora de elegir
En las últimas semanas se han empezado a relajar las medidas relacionadas con el estado de alarma y sé que mucha gente quiere saber si las monedas sociales nos pueden ayudan a superar la crisis económica que vendrá. Si bien es muy difícil generalizar, es posible contar algunas tendencias.
- Monedas respaldadas con euro (Chiemgauer, Banco Palmas etc.): funcionarían bien si la administración pública, ya sea a nivel local, regional o autonómico, pusiera una cierta cantidad de dinero para impulsar el consumo de kilómetro cero. (ej.: REC en Barcelona, Ossetana en San Juan de Aznalfarache (Sevilla) y algunas monedas en Corea del Sur) o si los consumidores estuvieran dispuestos a adelantar el pago a los comercios locales con el fin de ayudarlos financieramente (ej.: Deli Dollars en Great Barrington, Massachusetts, EEUU)
- Monedas respaldadas con bienes y/o servicios depositados (Banco de Horas Comunitario etc.): Serían muy eficaces si se tratara de empresas locales que pueden dejar sus productos en el almacén comunitario. Por ejemplo, un productor de aceite de oliva deposita 1.000 botellas de un litro, cada una vale 5 euros, y recibe el equivalente de 5.000 euros en moneda social y lo gasta para pagar salario de sus trabajadores, a sus proveedores...
- Monedas basadas en crédito mutuo (LETS, barter comercial): Funcionarían siempre y cuando los socios se comprometieran a ofrecer sus productos y/o servicios.
- Moneda emitida como crédito bancario (Banco WIR): En teoría funcionaría y de hecho este banco cooperativo suizo lleva más de 80 años de experiencia, aunque habría que realizar un estudio para ver si un sistema parecido es jurídicamente viable en España.
- Monedas sociales sin respaldo (Clubes de Trueque, Ithaca Hours etc.): No es recomendable, porque la moneda tiende a acumularse en pocas manos que no pueden gastar todo lo que hayan ganado para perder interés en seguir usando este medio de intercambio.
En general se pueden recomendar las primeras tres modalidades: las respaldadas en euro, las de bienes y/o servicios depositados y las que funcionan bajo confianza mutua. Pero, independientemente del modelo que se elija, hay un factor muy importante: Determinar bien cómo se emite dinero y se retira de la circulación.
Es muy importante explicar a cada actor cómo se obtiene y se gasta esta moneda para que se entienda su utilidad
En la segunda modalidad, por ejemplo, la moneda está emitida por el administrador del almacén cuando un campesino deja una cantidad de productos, y se retira de la circulación cuando alguien viene a rembolsar esos productos con la misma moneda social. También es muy importante saber explicar a cada actor —bien sea comercios locales, empleados de comercios, consumidores generales y autónomos— cómo se obtiene y se gasta esta moneda para que la gente entienda la utilidad de este nuevo medio de intercambio.
Otro programa muy útil que se puede combinar, en el momento de diseñar una moneda social, es realizar el mapeo de la economía más cercana para ver qué productos que actualmente son importados podrían ser sustituidos por producción local. Hablé de ello en mi post titulado Cómo aumentar la autosuficiencia local y regional y en otro post, que es su segunda parte. Las monedas sociales no sirven mucho si no están acompañadas por otras medidas destinadas a incrementar la autosuficiencia de la comunidad y es muy relevante seguir haciendo estudios periódicos para detectar las potencialidades de reducir la dependencia del mundo exterior.
Si bien hay otros elementos a tener en cuenta, por ejemplo, qué soporte tecnológico se va a usar y cómo cubrir el gasto operacional en euros, es obvio que la selección del respaldo es muy importante porque afecta el funcionamiento de la moneda. Espero que muchas comunidades lleguen a prestar atención a la moneda social en este contexto específico en que se prevé una tremenda crisis económica mundial.
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