Elisabet Benavent: “Siempre que cuento que en mi despacho teníamos un fantasma, me toman por loca”
Esta escritora empezó autoeditándose a través de Amazon antes de que una editorial apostara por su obra. Hoy ha vendido dos millones de ejemplares y Netflix acaba de estrenar 'Valeria', la serie inspirada en la saga de mismo nombre que la escritora publicó en 2013
El número de mayo ya está disponible en formato PDF, y es descargable de forma gratuita haciendo clic aquí.
Elísabet Benavent (Valencia, 1984) pertenece a esa generación de escritores superventas que deben su éxito únicamente a su capacidad de empatizar con el lector y a Internet. Como Javier Castillo, esta valenciana empezó autoeditándose y vendiendo sus libros online a través de Amazon antes de que una editorial apostara por su obra. Hoy Benavent ha vendido más de dos millones de ejemplares e incluso Netflix ha sucumbido a sus historias de amor y amistad que podrían ser el reflejo de la vida de cualquier mortal. Acaba de estrenarse Valeria, la serie inspirada en la saga de mismo nombre que la escritora publicó en 2013 y de eso, además de otras confesiones, nos hablar en esta nueva entrega del cuestionario ICON.
Está a punto de estrenarse Valeria, la serie de Netflix basada en tus novelas, ¿cómo surgió esta oportunidad? Yo sigo pensando que es cosa de magia. Una de esas reuniones para las que te dices “demasiado bonito para ser verdad”… y te equivocas. Hay cosas preciosas agazapadas para sorprendernos cuando menos lo esperamos.
¿Qué has aprendido de Valeria? Con Valeria aprendí que, como dice el refranero popular, que quien no arriesga no gana. Con ella me lancé a la autopublicación y ella fue también quien me llevó, meses después, hasta la editorial con la que trabajo desde hace ya siete años. Además, Valeria vino a reafirmar algo que ya intuía: que los amigos son la familia que escogemos y que teniéndolos cerca quizá la vida no sea más fácil, pero sí más divertida.
¿Cómo imaginarías a Valeria, Lola, Carmen y Nerea durante un confinamiento como el que estamos viviendo? A Valeria la imagino peleándose con las musas, delante del ordenador, con su sempiterno moño mal peinado en la cabeza y desesperada por encontrar las palabras con las que iniciar una nueva novela. Lola, por su parte, estaría frustrada por el hecho de que la vida social se limite al ámbito digital, pero estoy segura de que habría encontrado una forma de divertirse respetando el confinamiento. Carmen era la más casera, así que sin duda es la que imagino haciendo pan en casa y subiendo el resultado a redes sociales. Nerea aprovecharía estos días para pensar… pensar mucho. Planear cosas al milímetro, gestionar hasta el detalle más nimio de su vida y… haciendo gimnasia. A diario.
¿Qué es lo que más le gusta a los demás de ti misma? Creo que mi sentido del humor. No sé si puedo considerarme alguien divertido, pero supongo que soy… original.
Tráiler de la serie de Netflix 'Valeria'.
¿Y lo que más te gusta a ti de ti misma? Me gusta ser una persona que se amolda fácilmente a las situaciones. Mi madre siempre ha dicho de mí que “donde voy, me encuentro”. Siempre he considerado importante la capacidad de adaptación… bueno, y la de reírse de una misma.
¿Cuál es tu forma favorita de perder el control? Me encanta el “me tomo una y me voy a casa” que termina a las siete de la mañana. No es que me considere excesivamente juerguista, pero no está mal cederle el control de mando al lado hedonista por un ratito.
¿Qué te compraste con tu primer sueldo? Ropa. Tenía dieciséis años y en aquel momento me parecía una inversión imprescindible.
¿Qué tienes de fondo en tu pantalla del móvil? Un montaje de la cara de varios amigos míos. Es inquietante, pero me amenazaron con torturas si lo cambiaba por otra foto.
¿Cuál es tu habilidad oculta? No canto mal. Tampoco canto bien, vaya, pero me defiendo.
¿Tu palabrota favorita? Hijodelagrandísimaputa. Así, todo junto y sin respirar.
¿Qué figura pública amas? A Harry Styles. Con toda mi alma.
¿Y qué figura pública no querrías tener cerca? No me gusta demasiado la política... por ahí iría la cosa.
¿Cómo es tu decoración ideal? Sencilla, entre el estilo nórdico y el industrial.
¿Y tu decoración odiada? Todo lo recargado. Con los brocados y los dorados tengo una relación especialmente complicada.
¿Qué viaje te marcó? Soy incapaz de quedarme solo con uno… pero mi viaje a Las Vegas con mis amigos fue… épico.
¿Y a qué lugar no volverías? Aún no he viajado a ningún sitio al que no volvería.
¿Qué canción te pones para animarte? Dog days are over, de Florence & the Machine.
¿Y para seducir? If you can’t say no, de Lenny Kravitz.
¿Cuál es tu cuenta favorita de Instagram? @designlovefest. Pertenece a una chica que vive en Los Ángeles y hace unas fotos preciosas.
¿Y el vídeo que más veces has visto en YouTube? El tutorial de una receta de cocina que nunca me sale comestible. Las monas de pascua se me resisten.
¿Quién es la persona más famosa a la que has conocido? Si por conocer entendemos estar en la misma fiesta… creo que a parte del elenco de La casa de papel.
¿Quién fue tu primer ídolo erótico? David Duchovny. Estaba completamente enamorada del agente Mulder.
¿Y cuál ha sido el último? Me da una vergüenza tremenda porque es muy joven pero… me encanta Timothée Chalamet.
¿Qué encuentras cuanto te buscas a ti mismo en Google? No me busco nunca. Me da un poco de miedo hacerlo.
¿Cuál es la peor pregunta que te han hecho en una entrevista? En una misma entrevista me preguntaron si mis padres se sentían avergonzados por el tono de mis libros y qué opinaba mi marido de mi éxito. Estoy segura de que son preguntas que no se le harían a un hombre.
¿Qué es lo que siempre quisiste saber hacer pero consideras que es demasiado tarde para intentar aprender? Tocar algún instrumento musical.
¿Excitantes o calmantes? Café. Siempre. Mucho y en vena.
¿Qué plato dominas y en cuál fracasas en la cocina? Domino la lasaña. No quiero presumir, pero me sale buenísima. Con los postres… ya es otra cosa. Fracaso absoluto.
¿Cuál es el fracaso del que más aprendiste? De todos los que han significado que, a veces, con querer no es suficiente.
¿Qué es lo más valiente que has hecho en tu vida? Dejar mi trabajo fijo para dedicarme a la literatura.
¿Cuál es la prenda más cara que tienes en tu armario? Un abrigo negro de cachemir.
¿Qué no perdonarías en un amigo/a? La humillación.
¿Qué no perdonarías en un amante? La humillación.
¿Qué querías ser cuando eras pequeña? Escritora hasta los doce años. Después médico… pero la vocación me duró poco.
¿Cómo sería tu senectud soñada? En una casita en Somió con vistas al mar y una habitación llena de libros.
¿Cuál es tu miedo o fobia más irracional? Confieso que odio a la gente disfrazada.
¿Recuerdas cuál fue el momento más feliz de tu vida? Recuerdo muchos. La fiesta que organizamos para celebrar que había alcanzado el millón de ejemplares vendidos y un amanecer en una playa de Villaricos, Almería, visto desde la ventana de la autocaravana están a la cabeza.
¿Y el más triste? El día que asumí que, a veces, por más que nos empeñemos en lo contrario, estamos solos.
¿Qué actividad te ayuda a relajarte y desconectar completamente? Pintar. Lo hago fatal, pero me deja la mente en blanco.
Cuéntanos un chiste absurdo que te hizo muchísima gracia.
— ¡Camarero! Este filete tiene muchos nervios.
— Normal, es la primera vez que se lo comen.
¿Alguna vez te ha ocurrido algo a lo que no encuentres explicación racional? Sí, pero siempre que cuento que en mi anterior despacho teníamos un fantasma, me toman por loca.
¿Qué cualidad humana consideras más sobrevalorada? El orden. Creo que del caos nacen cosas preciosas.
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