_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Reconstrucción

Toca a los Gobiernos evitar que las consecuencias económicas de la pandemia profundicen en una desigualdad que ya era un riesgo para la democracia antes de esta crisis

Pepa Bueno
Una mujer pasa por una calle con todos los comercios cerrados en Terrassa.
Una mujer pasa por una calle con todos los comercios cerrados en Terrassa.Cristobal Castro

Quienes permitieron que se especulara con nuestras casas y, tras el estallido de la burbuja, buscaron nicho de negocio en la privatización de parte de nuestra Sanidad, tienen prisa ahora en que haya otro Gobierno en España. Deberían explicitar directamente cuál cuadra mejor a sus intereses en la reconstrucción que vendrá después de la pandemia. Alertan del peligro inminente de un Estado bolivariano en nuestro país. No se pronuncian sobre Viktor Orbán, que ya se ha dotado a sí mismo de poderes ilimitados e indefinidos por el coronavirus.

Más información
España defiende la creación de un fondo europeo para la recuperación económica
‘Cuatro prioridades para una estrategia mundial’, por J. Borrell
La UE ultima préstamos de medio billón pero aparca el ‘plan Marshall’

La reconstrucción moverá mucho dinero, sí. Público y privado. Pero el marco lo tiene que establecer Europa y tenemos que confiar en que esta vez no falle en el método y en el objetivo. El Estado de bienestar que levantó sobre las cenizas de la II Guerra Mundial tenía enfrente a la URSS y la necesidad de demostrar que el capitalismo democrático también se ocupaba de las necesidades materiales de los suyos. Esa obligación de servir de contraejemplo al peligro soviético se vino abajo del todo con la caída del muro de Berlín. La cabalgada que se inició entonces —crecer, crecer, crecer, y el que sea listo, que pille— se estrelló contra el suelo en 2008, se cepilló a las clases medias y trajo el populismo como regalo de despedida.

Hoy, Bruselas no tiene enfrente a la URSS, pero la democracia tiene que medir su eficacia y su capacidad de proporcionar seguridad, con los métodos autoritarios de China. En España e Italia, la ciudadanía ha demostrado que no necesita vigilancia policial en cada portal, para responder mayoritariamente al llamamiento de preservar la salud de los demás. Toca a los Gobiernos evitar que las consecuencias económicas de la pandemia profundicen en una desigualdad que ya era un riesgo para la democracia antes de esta crisis, según el FMI, el BM y la OCDE. Desaparecido Estados Unidos del liderazgo mundial, corresponde a la Unión Europea demostrar si esta vez también quiere intentarlo como en 1945 o si prefiere que cada cual levante sus fronteras y se ampare en el liderazgo chino. Y el intento va más allá de taponar las sangrías inmediatas. Va de liderazgo de un modelo de democracia que haga compatible la libertad, la seguridad y el bienestar material de todos sus miembros. En 2009 no lo hizo, 2020 puede ser la última oportunidad. @PepaBueno

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_