Se necesitan 76 millones de dólares para apoyar al Cuerno de África en la lucha contra la plaga de langostas
Yibuti y Eritrea también sufren el impacto del enjambre de insectos, que se ha desplazado a Uganda en las últimas 24 horas. La región experimenta actualmente el peor brote en décadas
Tal es el desastre que dejan a su paso que Naciones Unidas ha pedido 76 millones de dólares para apoyar de manera "urgente" la lucha contra la plaga de langostas que está asolando el Cuerno de África. Así lo han comunicado tras una reunión informativa celebrada este lunes. Hace tres semanas, cuando fue creciendo la voz de alarma, se desembolsaron ya 10 millones de dólares del Fondo Central para la Acción en Casos de Emergencia debido a los negativos pronósticos de la crisis de las langostas y también, en parte, porque se esperaban capitalizar otros fondos de forma inmediata. El experto de la Organización de la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO) Dominique Burgeon ha explicado que de este monto solo se ha recaudado un 28% del total.
El Cuerno de África experimenta actualmente el peor brote de langosta del desierto en décadas. Se trata de la plaga migratoria más antigua y destructiva del mundo, cuyos enjambres pueden devastar los cultivos y los pastos de forma rápida y completa. Afecta a Etiopía, Kenia y Somalia, donde ha dañado decenas de miles de hectáreas de tierras. Yibuti y Eritrea también sufren el impacto de la plaga, que se ha desplazado a Uganda en las últimas 24 horas.
Las claves para entender por qué se ha producido son variadas sin descartar los factores climáticos y los cambios en las estaciones de lluvia. En general, todo el Cuerno de África ha vivido la estación de lluvias más húmeda de los últimos 40 años. El paso sobre el océano Índico de dos ciclones tropicales consecutivos, con fuertes lluvias torrenciales, creó entre mayo y octubre de 2018 las condiciones propicias de reproducción para estos insectos, que requieren suelos húmedos donde depositar sus huevos. Así, según publicaba EFE hace unos días, las lluvias permitieron que, durante nueve meses, millares de langostas se multiplicaran en el desierto Rub al-Jali de Arabia, para después desplazarse a países vecinos donde un clima inusualmente húmedo ha facilitado que sigan creciendo en número.
El mismo Secretario general de la ONU, António Guterres, vinculó este fin de semana el cambio climático con la plaga de langostas. Según especificó, el aumento de temperaturas en los océanos genera más ciclones que crean "el caldo de cultivo perfecto" para las langostas. "Hoy en día, las nubes de langostas son del tamaño de las grandes ciudades y la situación empeora día a día. La FAO nos dice que una nube del tamaño de París consumirá en un día tantos alimentos como la mitad de la población de Francia", indicó Guterres en la apertura de la Cumbre de la Unión Africana en Addis Abeba.
"Una nube promedio de langostas de un kilómetro cuadrado, es decir, de 40 a 80 millones de langostas, puede consumir en un solo día alimentos suficientes para alimentar a 35.000 personas al día", ha destacado el secretario general adjunto de Asuntos Humanitarios de la ONU, Mark Lowcock, que ha presidido la reunión entre la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios y la FAO.
"Se estima que un enjambre en el noreste de Kenia tiene un tamaño de hasta 2.400 kilómetros cuadrados; de modo que, si mi calculadora funciona, significa que habría entre cien y doscientos mil millones de langostas en ese solo enjambre y que estarían devorando suficientes alimentos para alimentar a 84 millones de personas en un solo día", ha continuado.
Por otra parte, las previsiones de lluvias podría hacer crecer el brote hasta 500 veces más en junio. Además, las nubes de langostas se desplazan rápidamente, hasta 150 kilómetros en un solo día.
Lucha contra el hambre
Una nube de 40 a 80 millones de langostas puede consumir en un solo día alimentos suficientes para alimentar a 35.000 personas al día
A esta situación se añade el combate a la hambruna en estos tres países, con 13 millones de personas que están al borde de ella y que alcanzarían los 19 millones si se suma a Sudán del Sur y Uganda. Lowcock ha insistido por su parte también en que durante los dos últimos años, estas comunidades también han sufrido graves afectaciones meteorológicas. "Han soportado lluvias escasas, sequías e inundaciones, su capacidad de recuperación se ha visto socavada y muchas familias, especialmente mujeres y niñas, se han visto obligadas a adoptar mecanismos extremos para hacer frente a la situación", ha afirmado.
"En estas regiones, donde hay tanto sufrimiento y tanta vulnerabilidad y fragilidad, no podemos permitirnos otra gran perturbación y por eso tenemos que actuar con rapidez", ha insistido, al tiempo que ha valorado que "se nos acaba el tiempo". "La temporada de lluvias comienza en marzo. Después será mucho más difícil controlar esta invasión, así que tenemos que actuar con decisión ahora para mitigar la posibilidad de que haya más sufrimiento humano y también para evitar un posible deterioro catastrófico de la situación", ha alertado.
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