Cómo cobrar un décimo de Lotería de Navidad roto, deshecho en la lavadora o mordido por un perro

Los boletos de lotería son como un cheque al portador que se tienen que presentar en la administración para ser cobrados, pero puede ocurrir que estén dañados y no se distingan bien sus números. Por eso, el laboratorio de la Fábrica de la Moneda y Timbre, entidad que elabora los décimos de la Lotería Nacional, se dedica a recomponerlos y comprobar qué cifra aparecía en ellos. Pilar Fernández, técnica de ese laboratorio en el que lleva más de 20 años trabajando con boletos deteriorados, asegura que “cerca del 90% de las veces es porque el propietario lo ha metido con alguna prenda a la lavadora”.

En estos casos, Fernández recomienda a los dueños de los décimos maltrechos que los manipulen lo menos posible y que se aseguren de que recogen todas las partes, aunque sea en varios trozos: “Tienen que meter todos los cachitos en una bolsa de plástico y llevarla a una administración de Lotería. Hay veces que nos ha llegado alguno que ha intentado pegarlo con cinta y eso es mucho peor. Si nos traen todas las partes sin toquetearlas mucho lo más seguro es que lo podamos recomponerlo del todo”, cuenta la trabajadora. Explica que las posibilidades de recuperar los décimos que salen de la lavadora dependen de varias factores, “desde el programa de lavado a si estaba en un bolsillo abierto o cerrado”.

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La técnico de laboratorio aclara que peritar los décimos deteriorados es solo una pequeña parte de su trabajo, que de hecho se concentra entre los meses de enero y marzo, “cuando ha pasado la Lotería de Navidad y del Niño”. En lo que va de 2019, han revisado 109 boletos, mucho más que en años anteriores, cuando han recibido entre 70 u 80, según recuerda Fernández. No se atreve a dar una cifra de cuántos décimos logran recuperar de todos ellos, pero sí que sabe que han recompuesto décimos que llevaban el número del Gordo de Navidad: “Hemos llegado a tener un premio de tres millones de euros de un premio extraordinario de la Lotería”. En otras ocasiones, no logran recomponer el décimo entero, pero sí alguna de sus cifras, lo que le puede servir a su dueño para cobrar las terminaciones si han sido premiadas.

Normalmente, a Fernández le lleva un solo día hacer el peritaje de los décimos que salen de la lavadora. Sin embargo, José Silván, trabajador de este laboratorio desde 1985 y su actual responsable, recuerda otros casos más llamativos. Él ha visto décimos quemados, rotos manualmente o mordidos por un perro, pero el que siempre recuerda es el que más tiempo les consumió. “Hubo un caso de 400 décimos que habían pasado por una trituradora de papel y tuvimos que pegar las miles de tiras. No nos dedicábamos a tiempo completo a ello, pero nos llevó más de dos años tener todos, y lo peor es que ninguno estaba premiado”, asegura Silván.