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El sueño americano de Jay-Z

El rapero y marido de Beyoncé cumple 50 años convertido en multimillonario y en una de las figuras más importantes del mundo del espectáculo

El rapero Jay Z, en Nueva York, el pasado enero. En vídeo, su perfil.
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La historia de Jay-Z es la encarnación del sueño americano, pero en su versión más cruda. De vender droga en las calles de Brooklyn ha pasado a ser uno de los raperos más respetados y el primero que consigue convertirse en multimillonario. Artista, empresario y, por supuesto, la otra mitad del tándem imparable que forma con su esposa, la también cantante Beyoncé, hoy cumple 50 años convertido en una de las figuras más importantes del mundo del espectáculo.

El pequeño de cuatro hermanos, se crió en Marcy Projects, una barriada de viviendas de protección oficial en Brooklyn, Nueva York. A los nueve años, empezó a rapear él solo en su cocina. A los 11, su padre les abandonó. A los 12, disparó en el hombro a uno de sus hermanos, que era adicto al crack. Y pronto se hizo un nombre (y una pequeña fortuna) en el barrio como traficante.

“De muchas formas, esta es la América de Jay-Z al igual que es la América de Obama, Trump o Martin Luther King”, defiende el sociólogo Michael Eric Dyson en su nuevo libro Jay-Z: Made in America (Jay-Z: Hecho en América). Este experto, que lleva más de 10 años dando un curso sobre el rapero en la Universidad de Georgetown, le cataloga como todo un icono cultural: “Es uno de los mejores poetas que ha visto este país”.

Calidad literaria aparte —sí fue, al menos, el primer rapero que consiguió entrar en el salón de la fama de los compositores, en 2017—, las cifras son indiscutibles. Desde que lanzó su álbum debut en 1996, Reasonable doubt, ha conseguido 22 premios Grammy y más de 100 millones de discos vendidos. Es el músico con más álbumes número uno en EE UU, 14, y ha tenido como protegidos a superestrellas de la talla de Rihanna y Kanye West.

Jay-Z junto a su esposa Beyoncé y su hija Blue Ivy Carter, en los premios Grammy, en Nueva York, en 2018.
Jay-Z junto a su esposa Beyoncé y su hija Blue Ivy Carter, en los premios Grammy, en Nueva York, en 2018. Lester Cohen (Getty Images)

Es de sobra conocida la leyenda de que entra a grabar sin haber escrito una sola línea sobre el papel. Su talento le ha llevado muy alto. Más incluso de lo que él mismo preveía. En 2005, cuando en una entrevista con la revista GQ le sugirieron que su fortuna podía alcanzar los 350 millones de dólares, él se rió: “No sé de dónde sacáis esas cifras. ¡Ojalá alguien me diera algo de ese dinero!”. Puede que fuera una táctica para distraer la atención. O puede que simplemente no se imaginara que, 14 años después, iba a convertirse en el primer rapero capaz de sumar una fortuna valorada en 1.000 millones de dólares, según los cálculos de la revista Forbes.

La fama le viene de su música, pero el dinero es sobre todo fruto de sus aventuras empresariales. Empezó con ellas antes incluso de haberse hecho un hueco en el hip hop, pues decidió montar su propia discográfica independiente, Roc-A-Fella Records, para lanzar su álbum debut. Hoy, en su imperio cuenta con participaciones millonarias en empresas como Uber y en las marcas de champán Armand de Brignac y de coñac D'Usse, además de con un patrimonio inmobiliario de unos 50 millones de dólares. Está también al frente de la plataforma de música en streaming Tidal, un proyecto que sin embargo no ha conseguido alcanzar el nivel de popularidad de rivales como Spotify.

Su última incursión en el mundo de los negocios ha sido controvertida: ha firmado un acuerdo con la NFL, la liga de fútbol americano, para, entre otras iniciativas, participar en la producción del espectáculo musical de la final de la Super Bowl. El movimiento ha provocado críticas por la polémica de la NFL con Colin Kaepernick y porque el propio Jay-Z había defendido públicamente al jugador: “Dije que no a la Super Bowl. Vosotros me necesitáis, yo a vosotros no”, canta en Apeshit, una de las canciones de su álbum a dúo con Beyoncé, Everything is love (2017).

El matrimonio más poderoso del mundo de la música comenzó a fraguarse en 2003, cuando Jay-Z le prestó a Beyoncé una de sus rimas para Crazy in love, el tema con el que la cantante presentó su candidatura a diva del pop. Después llegarían más colaboraciones musicales, su boda, en 2008, los tres hijos que tienen en común, Blue Ivy y los gemelos Sir y Rumi… y también el escándalo de las infidelidades de él.

Famosos por ser celosos de su intimidad, la propia Beyoncé sorprendía al mundo al revelar en su último álbum, Lemonade (2016), que su marido le había sido desleal. Y que ella había decidido perdonarle. “Hace unos años hice algo que no debería haber hecho. Es mi culpa y mi responsabilidad, pero hemos trabajado para estar en un lugar mejor “, confesó él en una entrevista el año pasado con David Letterman.

En la misma conversación habló de cómo su madre, Gloria, le había confesado que era homosexual: “Se sentó frente a mí y me dijo: 'Creo que amo a alguien'. Y yo lloré, estaba feliz porque ella fuera finalmente libre”. Ella misma cuenta en uno de los temas del rapero cómo supo del talento de su hijo nada más nacer: “Fue el último de mis hijos y el único que no me provocó dolores cuando di a luz. Así es como supe que era un niño especial".

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