Nacho y Esther Manzano nacieron bajo el mismo techo donde ahora cocinan. Casa Marcial fue colmado y local de comidas por encargo. “El único recurso que teníamos era nuestro hábitat y la memoria de lo que hacía mi madre”. En La Salgar (Asturias), una aldea de menos de 15 habitantes, ofrecen una cocina de compromiso con su tierra.